Reinventarse y Algo Más

15 enero 2012 ·

La aceleración del cambio, los nuevos paradigmas provenientes del entorno digital y la innovación en el valor, son factores más que suficientes y conducentes que vienen impulsando a las empresas a la reinvención. Tal vez el precursor de ello, en una época que era bastante diferente y más “amigable” que la actual, haya sido el ex CEO de General Electric, Jack Welch. Este ejecutivo y líder brillante tuvo el coraje de destruir y construir la empresa en cuatro oportunidades, durante el periodo 1980-2000. Su famosa sentencia “Destrúyalo.com” nos da una idea de la visión anticipadora que supo imprimirle a la organización, motivando al cambio a sus 300,000 empleados. El resultado fue digno de admiración, porque mientras otras empresas centenarias de los Estados Unidos han terminado en la quiebra, GE se mantiene en la actualidad entre las diez primeras en ventas y rentabilidad.

Seguramente que los empleados de GE tienen un beneficio a su favor, cual es el de pertenecer a una organización que está convencida que nada de lo que se proponga puede lograrse sin el aporte oportuno, diario y eficaz del personal. Por tanto, si la empresa se reinventa, también lo hace prácticamente el ochenta por ciento de sus empleados. Tal vez se pregunte ¿y por qué no el ciento por ciento? Por la sencilla razón de que nunca en una organización, aunque se trate de GE, la totalidad de los empleados están dispuestos a ser de la partida.

Esto ya nos dice que en una empresa siempre habrá empleados que no comulgan con su cultura ni con la visión. Lo bueno de GE, en estos casos, es que antes de despedirlos les brinda como oportunidad un año de gracia para que revean su postura. Si luego el empleado no responde, ya sabrá entonces a lo que estará expuesto.

Seguramente que son muchos los excelentes empleados y ejecutivos que no logran ser reconocidos en las empresas por sus habilidades, empuje e ideas, debido a que el staff de dirección no está actualizado ni motivado para hacerlo. Tal como ya lo manifestara en otra oportunidad, el problema aquí no es el empleado o ejecutivo no valorado sino los irresponsables mediocres que todavía subsisten en las organizaciones, con cargos ejecutivos o de dirección, produciéndoles con tal actitud un mal que luego les demandará tiempo y dinero en reparar. Quizás a muchos de ustedes les resulte familiar esta lamentable realidad.

Entonces, qué hacer

Volviendo al caso GE, estos empleados mayoritariamente sienten un alto grado de pertenencia. No sólo disfrutan de lo que hacen y proponen sino que hasta sienten que cada uno es una partícula clave de los resultados, todo lo que hacen parte de la convicción y percepción de ser ellos la empresa en cuestión, por la cual además sienten orgullo y admiración.

En consecuencia, cuando uno opta por realizar la carrera laboral-profesional en relación de dependencia, deberá estar plenamente convencido de ser un anticipador en ideas y soluciones, llevarlas a cabo a través de su habilidad peculiar y contar con la flexibilidad de reinventarse antes que otros lo hagan. No basta con pensarlo y decirlo: lo que importa es hacerlo e ir capitalizando, sobre la marcha, el aprendizaje derivado de algunos errores.

Si lo dicho le resulta extraño o imposible, le sugiero entonces que se ponga en el rol de jefe de esa persona y se preguntara: ¿Qué le gustaría que hiciera el empleado? ¿Lo que creativamente vaya sumando en propuestas de valor, a partir de su proactividad, o que se limite simplemente a hacer lo que yo le diga?

¡Ser parte de una organización que privilegia el aporte de ideas y soluciones creativas, es muy propicio para el desarrollo y posicionamiento de Tu Marca Personal!

José Podestá

 

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