En Dónde No Trabajar

30 septiembre 2012 ·

Ante la necesidad y ausencia de empleo, suele considerarse como buenos los primeros ofrecimientos que se presentan. Seguramente que aquel que ha pasado por tal situación, al recibir la noticia que será contratado, habrá disfrutado inmensamente de ello. Y no se habrá cansado de propalar tal noticia, como prueba de su entusiasmo y agradecimiento.

Pero no todos reaccionamos por igual frente a un mismo suceso. También hay quien, al poco tiempo de ingresar en la empresa, comienza a expresar su desagrado por la tarea y el sueldo recibido. Su disconformidad y quizás falta de tacto, lo lleva a difundir lo injusto que terminó siendo la empresa con él. Y apenas logró una mejor oportunidad, decidirá marcharse sin dejar de reiterar el motivo de su partida.

Si uno comete la imprudencia de generalizar las motivaciones y actitudes que se desprenden de los dos ejemplos mencionados, es muy probable que nos equivoquemos. Lo correcto es hacer el análisis individualmente, porque cada caso hace a un peculiar vínculo-relación del empleado-empresa. Tal vez algunos piensan que muchas veces es la empresa la que se aprovecha de tal situación, haciendo valer así su posición de dominio.

¿Es realmente así?

Tal vez sí. Tal vez no.

En el primer caso, estaríamos ante un tipo de organización que hizo lo que hizo para tratar de sacar un provecho de ello. Y en ese sentido, es tan lamentable como el reclamo que hacía el empleado disconforme que mencionamos. Tal vez esta empresa no sabe que hoy los empleados, como ocurre en el mercado, están en estado de conversación. Es decir, saben mucho más de la empresa de lo que ésta imagina, y paulatinamente están haciendo valer su poder.

En el segundo, no supone ni implica que la empresa se aproveche de la grave situación que muchos padecen por la falta de trabajo. Al contrario, suman a su proyecto de responsabilidad social el dar cabida a los más perjudicados. Y no conforme con ello, luego lo van capacitando para que en tiempo y forma vayan ascendiendo en conocimientos y mayor responsabilidad, con la mejora salarial respectiva.

Quién hace la diferencia

Cuando se da la complementación empresa-empleado, los beneficiarios son ambos. Aquí no se trata de sacar el “mejor partido”. Si estamos en un contexto global que está expuesto a crisis recurrentes, el poder ser parte de un proyecto realista de mediano plazo, no deja de ser atrayente.

De esta forma, la empresa pone lo mejor para lo cual está preparada – recursos e infraestructura– mientras el empleado se va constituyendo en el artífice de llevar a buen puerto el plan de acción. Al respecto, en ello no estará solo. Gracias al compromiso asumido por todos los empleados –porque saben qué es lo que se espera de cada uno de ellos– y a la generosidad de compartir ideas-conocimientos y experiencias por sentirse parte de la visión de la empresa, saben que vale la pena el trabajo realizado, más allá de las diferencias naturales que siempre suelen darse.

¡El portador de Tu Marca Personal es un ser que debe tener presencia en todos los niveles de una organización, por la innovación y valor que van produciendo a diario!
                                                                                                                                            José Podestá

 

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