Nos Educaron Para Ser Empleados

11 noviembre 2012 ·

La Generación Y está llamada a producir un cambio disruptivo en materia laboral. Si bien arrastran es su formación educativa la predisposición a ser empleados, sus comportamientos son bien elocuentes y contrarios a esa consigna. Prueba de ello es la dificultad a la que están expuestas las selectoras de personal, toda vez que deben presentar a su cliente una terna integrada por gente joven.

Bienvenido el recambio

Más allá del disconformismo adolescente que presenta la Generación Y, lo importante a ser tenido en cuenta no está en sus manifestaciones aparentes sino en el rechazo que les produce, en una empresa, ser parte de un segundo hogar carente del significado que ello tuvo en las generaciones precedentes.

El trabajo en relación de dependencia, más allá de la dificultad que por faltas de oportunidades-desarrollo de las organizaciones hoy tiene, dejó de ser visto como un fin en sí mismo. Es decir, como el principal y único medio de subsistencia que tenía para aquel que lo vivía como la fuente de ingresos sobre la que giraba el sustento familiar y el futuro pasaporte hacia la jubilación.

Sin embargo, la vida nos viene señalando que tanta prolijidad y rutina temporal poco y nada tienen que ver con el hoy. Si la vida encierra en sí misma un andar caótico y de muy baja previsibilidad, se impone que para hacer frente a una digna subsistencia uno deba ser el artífice de su destino.

En consecuencia, el ser empleado puede ser una estupenda probabilidad y oportunidad. Pero sólo eso. De allí que forzar el mantenimiento del modelo a lo largo de la existencia puede terminar produciendo dolor y frustración. Y como nada ya se puede garantizar de por vida, está en cada uno pensar en su proyecto personal, hacerlo realidad y comenzar a disfrutarlo.

El inconformismo, un atributo de valor

El inconformismo es una de las características sobresalientes del portador de Tu Marca Personal, y es justamente lo que subyace en la Generación Y, mal que les pese y moleste a las organizaciones que todavía no se dieron cuenta de lo que implica y le demanda al individuo-empleado el ser protagonista de su desarrollo personal.

Tal vez sorprenda que las empresas exitosas hoy privilegien el inconformismo, la originalidad y la generosidad en el personal. De lo que se trata aquí es ser el opuesto del empleado clon y rebaño que, con tanto orgullo, lograron plasmar los cultores de los Recursos Humanos, con el daño que ello hoy les está produciendo a estas organizaciones.

De esta forma el ser emprendedor, que es la respuesta esperada y opuesta al ser empleado del ayer, es lo que desde lo actitudinal llevan en su ADN las nuevas generaciones. Que en algún momento lo canalicen en su propio proyecto personal o sean invitados a realizarlo dentro de una organización, poco importa. ¿Por qué? Porque en ambos casos se estará sumando valor a un proyecto que luego terminará siendo reconocido y retribuido como corresponde.

¡Ser portador de Tu Marca Personal es una de las demandas emergentes de los tiempos que corren, y el mejor reaseguro que tienen todos aquellos que trabajan por ello!

José Podestá

 

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