La Pasión Equilibrada, es Buena

12 enero 2013 ·

La pasión suele manifestarse a partir de la superación del umbral de la conducta humana, que no es la misma para todos. En nuestras actividades uno puede estar motivado y por ello llegar a disfrutar de lo que hace. Pero cuando a esta motivación se le suma un impulso mayor, aflora la pasión para también hacer lo suyo. Y para nada está mal, salvo cuando ésta se torna en una demanda y exigencia interna que termina desbordando a su portador.


Cuando la pasión nos supera

Si uno tiene plena consciencia que la pasión aplicada para alcanzar las metas lo está consumiendo, es necesario y conveniente soltar el lastre. ¿Por qué? Porque de continuar en la misma frecuencia, el organismo se verá desbordado y aplicará cualquier mecanismo de salvaguarda, muchas veces con consecuencias para nada felices para nuestra salud y bienestar.

Tal vez alguno se pregunte a qué alude el lastre. En este caso tiene que ver con la indiferencia. El equilibrio entre pasión e indiferencia permite desacelerar el primer impulso para darnos  tiempo a repensar qué es lo más conveniente para ambos: uno mismo y la empresa.

Visto en perspectiva, la indiferencia es tan importante como la pasión: es una herramienta de supervivencia clave. Cuando se debe dar curso-solución a un conjunto de tareas que no son centrales pero necesarias de realización, es muy saludable no ponerle vehemencia a algo que carece de relevancia y que por ello no demanda mayor preocupación.

Lo mencionado es útil para aquellos que les cuesta, en lo laboral, separar lo importante de lo rutinario, asignándole a todo el mismo nivel de importancia y urgencia.

A quién le importa

La pasión, reitero, no es algo malo en sí. El problema radica cuando se le asigna mayor impulso de lo que las circunstancias demandan. Está bien claro que un músico que no le pone pasión y alma en lo que escribe o ejecuta, seguramente que terminará por causar somnolencia en la audiencia.

En cambio es útil tener en cuenta que si bien la indiferencia no es algo muy tenido en cuenta por los autores de obras sobre management, no debería ser descartada en situaciones personales de riesgo.

Ser vehemente en extremo no es bueno por dos razones:

a.  El límite cognitivo nos dice que las personas pueden hacer una cantidad limitada de
tareas simultáneas. Por tanto, si uno pone todo el esfuerzo físico y emocional en cada
tarea, es seguro que terminará haciendo varias cosas mal.

b. Si bien es fabuloso sentir pasión cuando la  empresa se ocupa de uno, puede ello terminar en una autodestrucción cuando en ese contexto uno quedó atrapado en un sector en donde los empleados no responden y el jefe del sector es un inoperante. Lo que aquí se impone es desacelerar y poner en claro la situación reinante entre los involucrados. Y si ello no tiene solución e incluso puede llegar hasta interferir el plan de carrera laboral-profesional, es una clara señal de que llegó la hora de ponerse a trabajar en el recambio.

En consecuencia, de lo que se trata es de autopreservarse, es decir, mantener intacta la auto estima y la salud mental.

¡El portador de Tu Marca Personal debe extremar los cuidados de su desempeño por ser, además, el Presidente-CEO de Yo SA!
José Podestá

 

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