Explicaciones Versus Resultados

06 abril 2014 ·

Lo que importa en la vida, como en la profesión y el trabajo, son las acciones. No cualquiera, sino las que tienen un valor y un sentido para el autor y para los demás. En este andar es habitual que nos encontremos con seres que exhiben resultados, mientras que otros se empeñan en darnos explicaciones.

Las excusas no suman
Desde que nacemos vamos tomando consciencia que los recursos, de todo tipo, son escasos. De allí que en nuestro trayecto de vida nos vamos sorprendiendo de algunas personas que, a pesar de su origen muy humilde, logran ganar una posición destacada en la sociedad. Estos hechos nos llevan a preguntarnos –y a veces hasta a cuestionarnos– cómo hicieron, cómo lo lograron.

Si tuviéramos que resumirlo, seguramente que nos plantearíamos dos razones básicas:
a. Con trabajo, método y persistencia.

b. Con dosis de creatividad y responsabilidad.
Lo primero que uno vislumbra en estos seres, porque incluso lo irradian sin darse cuenta, es una alta dosis de motivación y resistencia al fracaso; ya  bastante tienen con lo que les deparó el destino, desde pequeños.

Por otra parte, las dos razones apuntadas son, prácticamente, las mismas que caracterizan al emprendedor. Parten de un sueño, con los pies en la tierra, y no claudican hasta “darlo a luz.”
Por supuesto que en todo el trayecto no están ausentes las dificultades ni los conflictos. Pero lo interesante de estas personas es que no se paralizan ante los inconvenientes ni pierden el tiempo en dar explicaciones, ni andar declamando sus desdichas o frustraciones. Todo lo contrario. Se corren hacia un costado del problema para buscarle la vuelta o solución –léase innovar– no sólo para seguir avanzando sino también para aprender sobre lo sucedido.

Esto ya nos dice algo muy interesante: de nada vale la pena lamentarse y quejarse. Y así como a nadie le gusta perder el tiempo –que también es un recurso escaso– es preferible activar nuestras neuronas para seguir en camino. El objetivo-resultado final así lo demanda y lo justifica.
Pero además del trabajo y la perseverancia continua, estos seres no dejan de ser creativos en lo suyo. Esto no significa que se deba ser un iluminado o un fuera de serie, sino una persona aplicada en la búsqueda de una nueva salida o solución, a partir de lo que dispone y no con lo que le falta o no tiene.

Muchas veces se piensa o se cree que la creatividad es una facultad que califica al buen publicitario y al artista. Lo cierto es que todos disponemos del don de la creatividad –está latente en nuestro cerebro como respuesta o salida ante un peligro inminente, para preservarnos la vida. El hecho que no seamos conscientes de nuestra creatividad, es porque la hemos dejado “dormir” en nosotros. Y si alguien duda de ello, les sugiero que observe a los niños y verá cómo aplican o recurren, con naturalidad, a las soluciones creativas para poder adaptarse al mundo hostil y complejo en el que necesitan desarrollarse.
Entonces, la creatividad es el mejor antídoto para las excusas, las justificaciones y las explicaciones muchas veces tediosas que escuchamos de aquellos consagrados al no hacer.

¡El portador de Tu Marca Personal, que bien puede ser una persona de origen humilde, ha logrado su desarrollo y posicionamiento a través de algunas de las acciones responsables aquí mencionadas!
José Podestá

 

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