Generosidad y Alegría

26 octubre 2014 ·

En las búsquedas de personal las empresas suelen coincidir en sus demandas respecto de las fortalezas básicas que deben reunir los postulantes, como ser:

- Tener condición de líder.
- Ser participativo.

- Ser anticipador-proactivo.
- Ser emocionalmente estable y autónomo.

Todo ello no deja de ser razonable y hasta funcional para los resultados esperados del postulante. Sin embargo, nada se dice ni se le exige acerca de la actitud ante los valores constitutivos de su moral y la ética, a pesar del creciente problema interno que vienen padeciendo las organizaciones debido al grave default moral existente y de la expansión de los comportamientos fraudulentos y corruptos entre el personal –a todo nivel– como así también en el proceso de contratación de proveedores y en la relación con los clientes.
Las nuevas fortalezas

Cuando uno se informa y analiza acerca de la filosofía que hoy caracteriza a las empresas de excelencia, se observa que en la cultura organizacional privilegian otras cosas. Más allá de lo moral-ético –que es un valor central que no puede estar ausente en la selección de las personas– el postulante debe ser habilidoso, curioso y actualizado en conocimientos, más allá del puesto que ocupe. Pero también les exigen otras cualidades que no todos están dispuestos a brindar, ya sea por desconocimiento o bien por carencia. Dos de ellas, son:
- La generosidad

Si bien la persona es por naturaleza un ser inconscientemente egoísta –aunque veamos que algunos suelen manifestarse abiertamente en tal sentido– también es un dato de la realidad que necesitamos del otro, es decir de nuestro prójimo, en el buen sentido de la palabra. Ello pasa a ser un factor clave cuando trabajamos en una organización, más allá que su fin sea comercial o filantrópico.
Para algunas empresas la generosidad del personal es, además de una virtud, una prioridad central que antecede al conocimiento o al expertise que demanda el puesto. Ya sea como parte constitutiva de un equipo, de una red global de trabajadores e incluso como socio de un emprendimiento, la generosidad en las ideas, en el compartir, en el estar atento para poder asistir incluso a compañeros de otras áreas, se constituye en una fortaleza para la persona.

Quizás se piense que ello es una obviedad implícita en las personas, pero en realidad no lo es. En la práctica se observa, con frecuencia, la resistencia al no compartir. Incluso hasta se dan impedimentos de tipo gremial que “obligan”, al afiliado, a no brindar nada que no se corresponda a lo específicamente establecido en su tarea.
La generosidad es un don propio que caracteriza a determinadas personas y por ello es considerado como un recurso escaso. La empresa de excelencia lo sabe y por ello lo privilegia sobre el conocimiento técnico, porque mientras éste se aprende el otro sólo se encuentra en la mochila personal de no muchos.

- Ser alegre, divertido
La cultura imperante nos ha condicionado –y hasta castrado– la veta de alegría que debiera estar latente en las personas para poder exteriorizarla, incluso en el ámbito del trabajo o de una profesión. Se trata, en realidad, de un requisito actitudinal que nos ayuda a humanizarnos en lo que hacemos y cómo lo hacemos. Más aún, el estar predispuesto a mostrarnos con una sonrisa honesta, hace a la inteligencia emocional.

Herb Kelleher, fundador de la exitosa y rentable compañía Southwest Airlines, de los Estados Unidos, estableció en la cultura de la empresa que el empleado debe ser una persona generosa, alegre y divertida. Por tanto, no basta con ser un experimentado piloto profesional si carece de tal fortaleza.
Kelleher además fue un pionero al haber establecido, a partir de 1971, que él área de personal se denominara “Departamento de las Personas”, por considerar que el empleado es un factor clave y vital, no un recurso humano ni capital humano.

El clima de una organización es radicalmente distinto cuando los empleados están a gusto y contentos con lo que hacen. Lo exteriorizan con naturalidad, porque es algo que está aceptado por todos. Cuando esa empresa brinda un servicio, ello pasa ser parte de su ventaja competitiva.
¡El portador de Tu Marca Personal sabe que hacer muy bien las cosas es fundamental, pero lo es mucho más cuando en el hacer se integran la alegría y la generosidad para con los demás!
José Podestá

Volver a Nosotros

19 octubre 2014 ·

El paso inicial que debemos dar, para comenzar con la gestación del Personal Branding, parte de nuestro interior. Si no llegamos a ponernos en caja, conociéndonos con honestidad, humildad y realismo, sería contraproducente avanzar con todo lo demás. ¿Por qué? Porque si no somos conscientes de nuestras aspiraciones, fortalezas, limitaciones y debilidades, terminaremos errando o sobreactuando y, quizás, hasta deshonrando la propia identidad, es decir, el nombre y apellido.

Qué pretendemos ser
Aunque algunos crean que es más propio del ser egoísta, es necesario que en algún momento uno se repliegue en sí mismo a fin de dar respuesta a cuestiones fundamentales de la existencia. Al menos, para las siguientes preguntas:

- ¿Quién soy yo?
- ¿Por qué y para qué decidí venir al planeta Tierra?

- ¿Qué sentido tiene ello para mí y para mis prójimos?
Se trata, entonces, de poder descubrirnos en la medida de nuestras posibilidades. Si bien no son preguntas fáciles ni simples, bien vale el intento, porque gracias a ello vamos a poder darle un sentido a nuestra existencia y razón de ser.

Lamentablemente esta práctica para el descubrimiento personal no es frecuente en nuestra cultura occidental, la que se caracteriza por privilegiar tiempos y resultados. En cambio es casi una rutina en oriente, en donde la meditación y la conversación interna son valoradas como una necesidad, porque hacen a la higiene espiritual del hombre.
Tal vez algunos se hayan sorprendido de la segunda pregunta. Tanto la vida como el ser humano son un misterio. La vida es un don que no está a nuestro alcance, pero ello no deja también de ser una gracia. Es así como al instante de la concepción –nadie viene al mundo por “accidente”– terminamos siendo elegidos para que nuestra entidad o yo espiritual –que sí aspira venir a la vida– anide en un cuerpo humano al que nuestros padres le sumaron el factor herencia.

La respuesta dada a esas preguntas también nos permitirá definir, con mayor conocimiento de causa, a dos de los tres requisitos que son básicos para el posterior diseño de la estrategia de Personal Branding. Ellos son:
- La Misión. Vincula con la razón y el sentido de ser de nuestra existencia. Por tanto, nos sirve para descubrir, para qué existimos. En la Visión radica nuestra vocación, ya sea para lo laboral, social o profesional. Sin embargo, no todos suelen tener en claro cuál es realmente su vocación de vida.

- Los Valores. Tienen que ver con nuestras creencias y convicciones; es todo lo que emana de nuestro ser anímico-espiritual. Son los principios atemporales que guían a nuestra conducta.
Una vez que tenemos resuelto estos dos requisitos, recién podemos pasar al tercero; éste tiene que ver con:

- La Visión, que es la imagen anticipada, con los pies en la Tierra, de cómo nos vemos hoy y haciendo qué dentro del mediano o largo plazo. Se trata del gran objetivo que nos irá movilizando, por etapas, a lo largo de nuestra existencia o Misión. Por tanto, con ello estamos evitando que dentro de cinco o diez años nos encontremos haciendo cualquier cosa en la vida, o lo que es peor, que “otros” hayan decidido por uno lo que debemos hacer para su propio beneficio.
En la Visión establecemos, entonces, en qué fecha estaremos realizando una determinada actividad o profesión, vinculada con la vocación personal. Luego viene el siguiente paso, que tiene que ver con la estrategia.

- La Estrategia consiste en diseñar lo que consideramos adecuado para alcanzar la Visión en el plazo estipulado. Nos ayuda para separar, apartar o dejar de hacer todo aquello que no tiene relación o sentido con la Visión. De esta manera, podemos concentrarnos decididamente en su logro.
Luego, qué hacemos

Ponernos a trabajar en nuestro proyecto. Para ello se irán enunciando e implementando, en un Plan de Acción, qué cosas básicas y necesarias deberemos realizar para alcanzar el objetivo de la Visión, en tiempo y forma. Este Plan se confecciona anualmente y se lo va ajustando sobre la marcha. Si la Visión establece que para llegar al objetivo se necesitarán cinco años, en el Plan se irá detallando el conjunto de actividades que anualmente deberán llevarse a cabo, para poder así ir avanzando en el tiempo hasta el logro del objetivo.
Una vez que lo hemos alcanzado, se vuelve a repetir el ciclo, es decir: la formulación de  una nueva Visión, con su respectiva Estrategia y Plan de Acción. De esta forma vamos avanzando paso-a-paso, en las diferentes etapas de la vida, movilizados por nuestra vocación, sabiendo de antemano el por qué y el para qué lo hacemos, por el hecho que venimos manteniendo como norte nuestra Misión en lo personal, laboral o profesional.

A medida que lo vamos realizando, nuestros prójimos comenzarán por descubrirnos y valorarnos por lo que somos y también por nuestras obras. Tal reconocimiento es el que califica y posiciona a nuestro Personal Branding, gracias a la marca o huella que hemos ido dejando como protagonista del trabajo o servicio brindados y por el sentido de valor que ello tiene en los demás.
¡El portador de Tu Marca Personal es la consecuencia de lo expresado, siempre y cuando lo suyo haya sido el resultado honesto de su razón y vocación de ser, en lugar de un mero recurso, ardid o práctica egoísta para ganar celebridad, prestigio y dinero!
José Podestá

Exceso de Información

12 octubre 2014 ·

Cuando éramos niños teníamos la sensación que el paso del tiempo era muy lento. Hoy decimos qué tiempos aquellos, porque el día de veinticuatro horas no nos alcanza, incluso para hacer las cosas más básicas. Cotidianamente vemos pasar la vida y nuestras circunstancias como una película en cámara rápida, con la angustia de lo que nos demanda mantenernos y estar al día con la información y los conocimientos.

No se trata de ganar una carrera
Si en el mundo la información inunda y desborda por todos lados, pretender dominarla es literalmente utópico. Más aún, es una sinrazón, dado que el 90% de toda la información existente fue creada en los últimos dos años. Para graficarlo con total realismo, en el minuto que les ha insumido leer lo que les estoy comentando, más de cien nuevas horas de video se subieron a YouTube, se compartieron varios millones de posts en Facebook y se mandaron decenas de millones de WhatsApp.

Para las personas que vienen llevando adelante su plan de carrera laboral y profesional, saben muy bien lo que estamos diciendo. Entonces, lo que importa es entender la dinámica del cambio, que hoy está acelerado, para poder ir tomando las decisiones que son más funcionales con la visión de cada proyecto o plan de carrera. Así, se evitará perder de vista el objetivo que se espera alcanzar, en el tiempo oportunamente establecido.
Cuando uno está estresado por el exceso de información, termina por quedarse detenido. Sin embargo, intentar revertir esa parálisis no es fácil, al tiempo que las dudas y la inseguridad complica cualquier toma de decisión.

Hacer las cosas, caminando
Esperar el momento de tener las cosas en orden para avanzar, si bien era lo que se hacía y enseñaba en el ayer, ya no funciona. ¿Por qué? Porque la realidad, la vida y el mundo están en movimiento.

Lo mismo vale para las cosas probadas, las que funcionan. El hecho que así sea para nada asegura que lo seguirán de ahora en más; tal vez hasta ya son obsoletas y muchos no se han dado cuenta de ello. Por tanto, debemos acostumbrarnos a construir y destruir sobre la marcha, porque de esta forma evitaremos que los imitadores de siempre nos hagan disminuir nuestra marcha en su propio beneficio.
El desafío, entonces, pasa por tener básicamente en claro lo siguiente.

- Cuál es la misión-objetivo de lo deseado para el mediano o largo plazo. Ello vale también para un emprendimiento personal, un plan de carrera laboral-profesional o un proyecto de Personal Branding.
- El nivel de comprensión del presente para imaginar el futuro, a los efectos de poder anticiparse o rectificar el plan de acción que se viene implementando, paso-a-paso, para alcanzar el logro de la misión.

-El desarrollo de nuevas habilidades y actitudes necesarias para surfear los procesos de cambio provenientes del contexto.
En la medida que se contemple lo mencionado y se mantenga una actitud proactiva –imprescindible para el éxito de la misión– se estará en mejores condiciones para la toma de  decisiones más satisfactorias para el futuro personal.

En consecuencia, para poder convivir con los cambios e ir capitalizando sus beneficios, se necesitará disponer de un nivel de información básica y suficiente para comprender el futuro, hoy. En la medida que lo anticipemos, se estará en mejores condiciones para alcanzar un posicionamiento personal superlativo.
¡El portador de Tu Marca Personal, en su rol de gestor del cambio, podrá ir sedimentando su posicionamiento y desarrollo sin condicionamiento alguno!
José Podestá

La Mejor Marca, Nuestras Obras

05 octubre 2014 ·

La historia es útil, entre otras cosas, para darnos cuenta que los seres humanos que trascendieron en su época y son recordados hasta el presente, es porque hicieron algo memorable. Y lo más interesante es que no necesitaron para ello del Personal Branding, no sólo porque no existía esta herramienta en su tiempo, sino porque en ningún momento hicieron-lo-que-hicieron para seducir a su “mercado objetivo”.

Esto qué nos dice
Evidentemente hay algo que no funciona bien, a pesar que algunos expertos en Marca indiquen lo contrario. El Personal Branding no es un recurso para ganar visibilidad y reconocimiento personal. Pero sí es la resultante de lo que uno es a partir de sus obras. Por tanto, se trata de un medio que podrá brindarle a su portador de la merecida trascendencia por su vocación, talento, estilo, creatividad y compromiso plasmados en el trabajo o el servicio brindado.

Mozart pudo hacer lo que hizo no por el apremio económico –a pesar de haber sido éste el estigma que lo acompañó a lo largo de su existencia– sino por el talento y la pasión que le imprimió a cada una de sus obras. Sin embargo, murió en la pobreza y recién después de muchos años logró ser reconocido y valorado en el mundo.

Así como Mozart fue un ilustre destacado en lo suyo, como tantos otros lo fueron desde el inicio de la civilización, en ningún momento a todos ellos se les ocurrió adoptar una actitud egoísta y aspiracional para llegar a ser una celebridad en la posteridad, más allá de las excepciones que cada uno conozca.

No todos somos genios
Es muy bueno que ninguno de nosotros pueda ser un doble de algún genio destacado de la historia. En primer lugar, porque somos únicos, y también porque hemos decidido venir al planeta Tierra para una misión específica. Además, no es la persona quien toma la decisión de ser un talento ni tampoco la que decide ser una buena o mala persona. ¿Por qué? Porque es algo que la razón no puede hacer; es algo que está en nosotros y debemos descubrir.

Entonces, como no somos genios y porque mayoritariamente tampoco tenemos bien en claro cuál es nuestro destino, es que necesitamos indagar, en algún momento de nuestra existencia, quiénes somos y cuál es la real vocación que nos permitirá brindar un sentido a la vida. Por lo general no lo hacemos, pero en cambio creemos que hoy en día lo vamos a lograr recurriendo al Marketing y al Personal Branding. Y es aquí en donde uno cae en el error.
Para no reiterar o evitar una frustración en tal sentido, el punto de partida está en lo ya mencionado, es decir:

- Si nada sabemos de uno mismo ni del porqué del trabajo o profesión actual, aunque con ello ganemos un buen dinero, deberíamos preguntarnos con total honestidad si es eso lo que justifica nuestra razón de ser.
- Descubrir cuál es la habilidad, don o talento que anida en nuestro ser, para plasmarlo con pasión y vocación en una tarea, profesión o servicio que no sólo nos produzca satisfacción, dinero y disfrute por lo realizado, sino que nuestro trabajo también contribuya al bienestar de los demás, porque en definitiva son ellos los que nos permiten ser y crecer.

Como podemos ver, el hombre debe predisponerse en función de y reconocerse como un ser social. No porque cuente con una legión de amigos reales o virtuales en la Web, sino por algo realmente importante: ¡Para llegar a ser persona por lo que es, por lo que hace y por el sentido que todo ello tiene en su existencia!
De esta forma, los “otros” comenzarán a ver en uno –y en nuestras obras– que somos seres valiosos. Entonces podrá ocurrir que alguien que no conocemos, nos convoque en algún momento para un proyecto o algún emprendimiento que se vincula con nuestro ser y nuestro hacer. Por tanto, el Personal Branding no es algo que uno deba promover sino que es la resultante de lo que verdaderamente somos, tal como Mozart lo fue en lo suyo.

¡El portador de Tu Marca Personal es un ser muy comprometido con su trabajo-profesión, por tratarse de su vocación de vida puesta al servicio de los demás!
José Podestá

 

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