Volver a Nosotros

19 octubre 2014 ·

El paso inicial que debemos dar, para comenzar con la gestación del Personal Branding, parte de nuestro interior. Si no llegamos a ponernos en caja, conociéndonos con honestidad, humildad y realismo, sería contraproducente avanzar con todo lo demás. ¿Por qué? Porque si no somos conscientes de nuestras aspiraciones, fortalezas, limitaciones y debilidades, terminaremos errando o sobreactuando y, quizás, hasta deshonrando la propia identidad, es decir, el nombre y apellido.

Qué pretendemos ser
Aunque algunos crean que es más propio del ser egoísta, es necesario que en algún momento uno se repliegue en sí mismo a fin de dar respuesta a cuestiones fundamentales de la existencia. Al menos, para las siguientes preguntas:

- ¿Quién soy yo?
- ¿Por qué y para qué decidí venir al planeta Tierra?

- ¿Qué sentido tiene ello para mí y para mis prójimos?
Se trata, entonces, de poder descubrirnos en la medida de nuestras posibilidades. Si bien no son preguntas fáciles ni simples, bien vale el intento, porque gracias a ello vamos a poder darle un sentido a nuestra existencia y razón de ser.

Lamentablemente esta práctica para el descubrimiento personal no es frecuente en nuestra cultura occidental, la que se caracteriza por privilegiar tiempos y resultados. En cambio es casi una rutina en oriente, en donde la meditación y la conversación interna son valoradas como una necesidad, porque hacen a la higiene espiritual del hombre.
Tal vez algunos se hayan sorprendido de la segunda pregunta. Tanto la vida como el ser humano son un misterio. La vida es un don que no está a nuestro alcance, pero ello no deja también de ser una gracia. Es así como al instante de la concepción –nadie viene al mundo por “accidente”– terminamos siendo elegidos para que nuestra entidad o yo espiritual –que sí aspira venir a la vida– anide en un cuerpo humano al que nuestros padres le sumaron el factor herencia.

La respuesta dada a esas preguntas también nos permitirá definir, con mayor conocimiento de causa, a dos de los tres requisitos que son básicos para el posterior diseño de la estrategia de Personal Branding. Ellos son:
- La Misión. Vincula con la razón y el sentido de ser de nuestra existencia. Por tanto, nos sirve para descubrir, para qué existimos. En la Visión radica nuestra vocación, ya sea para lo laboral, social o profesional. Sin embargo, no todos suelen tener en claro cuál es realmente su vocación de vida.

- Los Valores. Tienen que ver con nuestras creencias y convicciones; es todo lo que emana de nuestro ser anímico-espiritual. Son los principios atemporales que guían a nuestra conducta.
Una vez que tenemos resuelto estos dos requisitos, recién podemos pasar al tercero; éste tiene que ver con:

- La Visión, que es la imagen anticipada, con los pies en la Tierra, de cómo nos vemos hoy y haciendo qué dentro del mediano o largo plazo. Se trata del gran objetivo que nos irá movilizando, por etapas, a lo largo de nuestra existencia o Misión. Por tanto, con ello estamos evitando que dentro de cinco o diez años nos encontremos haciendo cualquier cosa en la vida, o lo que es peor, que “otros” hayan decidido por uno lo que debemos hacer para su propio beneficio.
En la Visión establecemos, entonces, en qué fecha estaremos realizando una determinada actividad o profesión, vinculada con la vocación personal. Luego viene el siguiente paso, que tiene que ver con la estrategia.

- La Estrategia consiste en diseñar lo que consideramos adecuado para alcanzar la Visión en el plazo estipulado. Nos ayuda para separar, apartar o dejar de hacer todo aquello que no tiene relación o sentido con la Visión. De esta manera, podemos concentrarnos decididamente en su logro.
Luego, qué hacemos

Ponernos a trabajar en nuestro proyecto. Para ello se irán enunciando e implementando, en un Plan de Acción, qué cosas básicas y necesarias deberemos realizar para alcanzar el objetivo de la Visión, en tiempo y forma. Este Plan se confecciona anualmente y se lo va ajustando sobre la marcha. Si la Visión establece que para llegar al objetivo se necesitarán cinco años, en el Plan se irá detallando el conjunto de actividades que anualmente deberán llevarse a cabo, para poder así ir avanzando en el tiempo hasta el logro del objetivo.
Una vez que lo hemos alcanzado, se vuelve a repetir el ciclo, es decir: la formulación de  una nueva Visión, con su respectiva Estrategia y Plan de Acción. De esta forma vamos avanzando paso-a-paso, en las diferentes etapas de la vida, movilizados por nuestra vocación, sabiendo de antemano el por qué y el para qué lo hacemos, por el hecho que venimos manteniendo como norte nuestra Misión en lo personal, laboral o profesional.

A medida que lo vamos realizando, nuestros prójimos comenzarán por descubrirnos y valorarnos por lo que somos y también por nuestras obras. Tal reconocimiento es el que califica y posiciona a nuestro Personal Branding, gracias a la marca o huella que hemos ido dejando como protagonista del trabajo o servicio brindados y por el sentido de valor que ello tiene en los demás.
¡El portador de Tu Marca Personal es la consecuencia de lo expresado, siempre y cuando lo suyo haya sido el resultado honesto de su razón y vocación de ser, en lugar de un mero recurso, ardid o práctica egoísta para ganar celebridad, prestigio y dinero!
José Podestá

 

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