Este Es Mi Lugar

21 diciembre 2014 ·

Aunque muchos no lo digan y quizás hasta lo nieguen, el ser humano busca y necesita seguridad para sí mismo en todos los ámbitos de la vida. Del tema se ocupó, tiempo atrás, el psicólogo estadounidense Abraham Maslow [1908-1970] célebre por su estudio de las motivaciones y necesidades del hombre; llegó a graficarlas en forma escalar en la pirámide que lleva su nombre.

“Este es mi escritorio”
Cuando en el ayer uno escuchaba tal expresión, el ocupante pretendía con ello marcar un lugar seguro y un espacio geográfico referencial para el resto de los empleados. De este modo definía no sólo el nivel jerárquico, sino también la distancia que todavía en el hoy existe en otras profesiones, como por ejemplo entre el médico, el abogado o el consultor con el cliente.

Pero en el mundo de las organizaciones este escenario se fue licuando, a partir de la globalización y de la aceleración del cambio. Por supuesto que el escritorio es necesario como lugar de apoyo y trabajo. Lo que ha perdido trascendencia es el rol de estatus y “poder” que cumplía dentro de la cultura organizacional autoritaria y vertical.
No obstante, posiblemente algunos de ustedes haya visto en la actualidad –o quizás hasta lo esté padeciendo– la barrera del escritorio como un factor demarcatorio y de diferenciación. Si así fuere, lo sensato sería sentir pena por su ocupante, porque tal vez se trata de un ser que necesita aferrarse a ello para suplir algunas de sus carencias internas; vincula más con el perfil de un burócrata y no del líder que las organizaciones necesitan para ser competitivas.

El otro lugar
Cuando a partir de un análisis de introspección uno logra descubrir cuál es la vocación que se enmarca en la misión, destino y sentido de la vida, se termina por saber lo que estamos  llamados a ser. Es decir, el lugar a ocupar en la vida, cualquiera sea la actividad, oficio o profesión que a uno lo motiva y convence.

De esta forma, si pudiéramos por un instante elevarnos y mirar en perspectiva a nuestros prójimos en general –tal como a veces nos muestra una toma cinematográfica– en el paisaje veríamos a cada ser haciendo lo suyo, aunque nos imaginémonos que no todos hayan partido de su vocación y misión.
El lugar aspiracional en la vida es lo que también motiva en algunos el interés por el Personal Branding, incluso como un “refuerzo” explícito de la necesidad de seguridad. Pero cuidado con ello, porque el reconocimiento que a futuro su portador logre en la comunidad en donde se realiza y trabaja, es consecuencia de lo mencionado anteriormente. Por tanto, el Personal Branding no es una tabla de salvación sino la consecuencia por estar haciendo muy bien lo suyo, a partir del lugar que ha decidido ocupar por vocación en la sociedad.

Tampoco hay que creer o asumir que uno no logrará trascender con el Personal Branding porque no se tiene las habilidades de liderazgo ni mucho menos de genialidad. Todos tenemos alguna competencia o talento, además de una misión específica a cumplir en la vida, motivo por el cual si somos consecuentes –haciendo lo que debemos hacer– se logrará el merecido reconocimiento. Ello vale tanto para un artesano, un trabajador social o un emprendedor, a pesar que se encuentren comparativamente muy distantes de llegar a ser una celebridad mundial. Además, un mundo habitado exclusivamente por genios no sólo sería insoportable sino prácticamente inhabitable.
¡El portador de Tu Marca Personal está pendiente del trabajo y de la entrega derivada de su vocación-misión en la vida, mientras que los prójimos son los destinatarios que terminarán reconociéndolo y valorándolo por lo que realmente es!
José Podestá

 

© Tu Marca Personal - Todos los derechos reservados. Se permite la difusión del contenido únicamente citando la fuente.