Emprendiendo la Vocación

31 julio 2016 ·

Hay dos puntos centrales y de partida que tienen que ver con la existencia y el futuro del ser humano:

- La misión, que refiere a lo que la persona se compromete hacer en la vida; se trata, concretamente, del motivo y razón de su venida al planeta Tierra.

- La vocación, que refiere al tipo de tarea o profesión que siente le brindará un sentido, tanto a la misión como a lo que está dispuesto a brindar a sus prójimos.

El porqué de este punto de partida, como se podrán imaginar, es vital y clave. En la medida que la persona hace coincidir su misión y vocación con su plan o proyecto laboral-profesional, estará avanzando plenamente en la vida, ya sea que lo suyo tenga que ver con un trabajo solidario en zonas de extrema pobreza, por haber creado una compañía que brinda trabajo a todos aquellos que se identifican con sus objetivos, ser un científico entusiasmado en paliar enfermedades terminales, etc.

Partiendo al revés

El ser humano hoy está expuesto, entre otras cosas, al cambio continuo y a la precarización del trabajo, tanto en materia de oferta como de salarios paupérrimos. A ello se le suma la sobreoferta de profesionales que ya no pueden “vivir” dignamente de su oficio. Se trata de una realidad muy concreta, dura y hasta “desmotivante”, especialmente para todos aquellos que no encuentran una solución o mejora existencial en lo suyo.

Frente a esta realidad, para nada vale la pena afirmar o “creer” que todo tiempo pasado fue mejor. En absoluto, porque en todas las épocas de la evolución, la humanidad siempre estuvo expuesta a todo tipo de contingencias y limitaciones.

Entonces, ahora nos toca a cada uno el tener que afrontar “nuestra” realidad. Por ese motivo hemos decidido venir a la vida, para hacer lo que debemos hacer. Por tanto, lo primero es “bucear” en nuestro interior para llegar a descubrir lo tenemos reservado en el espíritu como misión. Luego viene la segunda instancia, es decir, el “cómo” lo deberé concretar y desarrollar; es aquí cuando la vocación entra en acción.

En la práctica no suelen ser mayoría los que se ocupan por arribar a tal “descubrimiento”, por diversos motivos o circunstancias. Sin embargo, son los que luego optan por lo que les dice el entorno familiar o sus amigos, o bien en función de las oportunidades que han sabido googlear. No obstante, en el “exterior” no vamos a encontrar lo que debemos hacer; allí nos enteraremos de cuáles son las reglas del juego, de lo que hacen los demás, de las propuestas que intentan seducirnos,…

Frente a una realidad que no es conducente al análisis de introspección, lo que la persona luego termina eligiendo poco y nada de relación tiene con los dos temas de partida. Quizás algunos de ustedes sepa de personas que, por moverse así, han logrado amasar una buena posición social, incluso de poder y dinero. Pero también saben de sus fracasos en las relaciones y del vacío interior e infelicidad en que éstos se encuentran. Como no pueden “mostrar” otra cosa, estos individuos hicieron de buena fe lo que “creían” era lo mejor. Es decir, todo aquello que por obra de su sagacidad y proactividad hoy lo pueden exhibir como verdaderos logros, en sus respectivos entornos.

En lo que al Personal Branding se refiere, aquellos que lo piensan adicionar a la misión y a la vocación suelen seguir dos caminos:

- Están los que consideran que el Personal Branding es un valor agregado indispensable para poder ganar posición social y dinero, rápidamente. Quizás no sepan que esta forma de “pensar” encierra una trampa, porque en la vida nada es mágico.

- Están los que les interesa el tema porque necesitan poder comunicar, adecuadamente, el qué y el para qué de su misión y el sentido de su vocación. En estos casos no necesitan de Marketing alguno, porque lo suyo tiene una razón de ser existencial y por ello sus “obras” son las que terminan hablando de su persona. ¿En  qué sentido? Por intermedio de la comunidad en donde se brindan y que, en definitiva, los valoran y reconocen por el trabajo-servicio que llevan a cabo. Entonces, si lo suyo es honesto y sincero, quedará como un legado para sus prójimos y también para los eventuales “seguidores” que sientan, desde su interior, que en ello radica lo que tendrá sentido en sus vidas.

Como en la actualidad todo se va metamorfoseando sobre la marcha, la vocación que la persona eligió en los inicios de su camino, no necesariamente la acompañará en toda la vida. De allí que cada uno sabrá, llegado el momento, cómo deberá “reposicionarse” sin perder de vista el ADN de su misión. Con ello queda en claro que la vocación es, en definitiva, una respuesta a la misión y no al revés.

¡El portador de Tu Marca Personal sabe que su vida tiene un sentido y razón de ser, motivo por el cual cuanto más se entregue a su vocación, los otros lo podrán “identificar” por el valor agregado que “destila” y se desprende de su identidad personal!

José Podestá

Trabajo Tóxico

24 julio 2016 ·

La expresión trabajo tóxico remite a aquella tarea o al eventual proyecto laboral-profesional que para el empleado carece de sentido. Ello puede darse tanto al ingreso en una organización como así también por una promoción interna que no fue lo que la persona imaginó o le hicieron creer. Como podemos ver, es algo al cual uno puede quedar expuesto por razones ajenas a su voluntad.

Qué conviene hacer

Si bien este tipo de situación suele ser más frecuente de lo que uno se imagina, los motivos que la originan pueden ser diversos. Mientras en el ayer se trataba de “convencer” al empleado para que acepte la situación hasta tanto se presente una oportunidad de cambio, hoy puede llegar a convertirse en un reclamo hasta de tipo legal. ¿Por qué? Porque el “poder” de las organizaciones ya no es más el que supieron tener; los empleados han pasado a detentar gran parte de ese poder, aunque muchos aún no se hayan dado cuenta de ello.

La expresión “toxico” es más frecuente escucharla o eventualmente “padecerla” en aquellos ambientes laborales en donde impera un clima muy negativo o agresivo, ya sea entre el jefe y sus subordinados o bien directamente de éstos entre sí. Pero en esta oportunidad no es éste el sentido dado, sino el que tiene que ver con las características intrínsecas de la tarea asignada.

Entonces, frente al problema la solución está en plantearla directamente ante el superior inmediato. Pero no como un “reclamo” –aunque esté plenamente justificado– sino con el plus de un valor agregado, como ser:

- Enunciando las “mejoras” en la tarea o el proyecto que el damnificado considere son más convenientes para el sector y eventualmente para la organización.

- Fundamentando el motivo del cambio y el impacto que ello tendrá en su plan de carrera laboral.

- Justificando el nuevo rol que le demandará al portador de dicha propuesta.

Quizás alguno de ustedes piense que lo mencionado es muy “osado” para la empresa en donde trabaja –aunque se trate de una PyMe– o bien porque “culturalmente” no están preparados para ello. Si bien tiene sentido este tipo de pensar, no debemos olvidar que en materia de trabajo en relación de dependencia, el empleado que aspira alcanzar el objetivo de su plan de carrera laboral-profesional, no debería omitir dos cuestiones claves:

- Es cierto que trabaja en esa empresa. Pero atento a su misión y vocación, se encuentra mentalizado para asumir el rol de Yo SA, es decir, tal como si fuera el prestador de un “servicio laboral-profesional de calidad”.

- En la medida que el trabajo-experiencia en la empresa tenga sentido –tanto en su vida como para su vocación– le importará llevar a cabo esa tarea o proyecto, aunque sepa que por el momento las circunstancias no sean las más favorables. Sin embargo, esa aparente dificultad no dejará de ser también un desafío frente a las circunstancias que lo han llevado a tener que “estar allí”.

Otro escenario distinto es cuando al empleado se le presenta una realidad que no tiene fundamento ni razón para poder llegar a revertirla. A esa instancia se llega luego de haber analizado los pros y los contras de permanecer allí, versus el plan de carrera o proyecto personal. Lo que se impone en ese caso es, sin dudas, partir hacia un destino más acorde con el objetivo personal.

Gestionando la vida

Por lo general, el ser humano tiende a condicionarse a lo que los “otros” decidan por él. Esto les pasa a todas aquellas personas que así lo prefieren. Pero como no todos somos iguales, en la medida en que las personas son conscientes que en la vida deben concretar una misión –aquella por la cual han venido al planeta Tierra– van asumiendo un rol proactivo y acorde con el destino que los ha traído por aquí. Para ello, no se necesita ser un profesional o un portador de Personal Branding, sino un ser que toma consciencia de su existencia y por ello se propone “escuchar” a su voz interior, para poder así darse cuenta de la misión que deberá llevar a cabo.

¡El portador de Tu Marca Personal jamás podrá alcanzar su plenitud integral –aunque logre capitalizar poder y una gran fortuna– si lo que hace en la vida no tiene un sentido vinculante, tanto con su misión y vocación como con el servicio que está predispuesto a brindar a sus prójimos!

José Podestá

Bulinfomanía, FOBO y Algo Más

17 julio 2016 ·

Un ejecutivo, un profesional o un portador de Personal Branding no dejan de estar hoy presionados por un tipo silencioso de estrés, motivado por el exceso de información. Basta con ver, en diferentes lugares y circunstancias, como una legión de personas permanece con la cabeza baja la mayor parte del día, al tiempo que revolotean sus dedos sobre el teclado del móvil o hablan unidireccionalmente sobre la pantalla.

Angustia por “querer saber”

El paisaje urbano nos brinda una imagen cotidiana como la mencionada. Sin embargo, en el lugar de trabajo les aguarda diariamente a los empleados, en sus respectivos puestos, una catarata de mails que se van acumulando de modo continuo.

Ello no deja de ser preocupante no sólo para el empleado, sino también para la organización. Es como si cada uno está corriendo en círculos cerrados, tal como lo hace el perro toda vez que se quiere morder la cola; nos movemos con mayor o menor velocidad, sin estar avanzando necesariamente hacia la meta diaria.

Como si esto fuera poco vemos venir la ola de la información con una gran sensación de impotencia, porque sabemos que no llegaremos a procesar ni el diez por ciento, incluso de la que nos resulta de mayor interés.

Este torbellino informacional, sumado al autoimpuesto impulso de querer saber, se lo ha denominado bulinfomanía. Esta expresión está inspirada en el trastorno alimenticio del vocablo bulimia, porque manifiesta la irresistible atracción que cada vez más personas sienten ante la información que los acosa por todos lados.

Tal como ocurre con la bulimia, la bulinfomanía también produce cada tanto y como efecto compensatorio, una transitoria sensación de hartazgo e impotencia culposa que lleva a la persona a deshacerse de todo el material informativo acumulado que no ha podido procesar.

La avidez por estar conectados en la frecuencia 24/7, tampoco da tregua. Todos vemos lo que pasa cuando en determinados periodos de tiempo la persona debe apagar su móvil. Ese “síndrome de abstinencia” lleva a muchos a encender el móvil antes de tiempo, sin aguardar la autorización. Una investigación de Facebook describe a esa sensación de “miedo”, por quedar desconectados, con la sigla en inglés FOBO –Fear of Being Offline.

Recuperando la cordura

Si el caudal de la información actual no tiene límites y el móvil se les ha enquistado en la mano a la mayoría de las personas, es el momento que reaccionemos con una dosis de sentido común, para darnos cuenta que en nosotros impera un “impulso” negativo e improductivo que nos está “manipulando” y distrayendo. O lo que es peor, reduciéndonos a la condición de “rehenes”. Basta reflexionar en lo siguiente:

- ¿Somos conscientes que por ello estamos bastardeando nuestro lenguaje y escritura ante la “necesidad autoimpuesta” de recibir, gestionar y diseminar información a intervalos cada vez más cortos, descoordinados y veloces?

- ¿Somos conscientes que estamos restando nuestra energía y anestesiando nuestra creatividad a lo importante, como por ejemplo el plan de carrera laboral y profesional?

Como seres humanos que venimos al planeta Tierra para llevar a cabo nuestra misión y vocación, con el sentido que ello implica en la vida de cada uno, el impulso por “saber” para nada es un requisito contra la inseguridad por no estar al día. Entonces, para salir de la “trampa” que nos está distrayendo, esclavizando y apartando del camino de la vida, deberíamos por lo menos tener en cuenta tres premisas  básicas:

- La sociedad informacional no existe para fagocitarnos sino para poder adquirir de ella, de modo selectivo e inteligente, el conocimiento básico, mínimo y necesario que necesitamos para llevar a cabo el plan de vida –la misión– y el proyecto personal.

- Somos personas únicas, dotadas de algún talento o habilidad que anida como un “don” en nuestro interior. Entonces, necesitamos descubrirlo e ir a su encuentro para poderlo sumar a nuestro quehacer, como un genuino valor agregado que luego pasará a ser un factor clave en los respectivos Personal Branding.

- La voracidad bulímica por la información es una “trampa” que arrastra a las personas y las  aparta de lo importante.

¡El portador de Tu Marca Personal necesita gestionar su misión y vocación con sabiduría y sentido común, para resguardarse a sí mismo de las consecuencias nefastas provenientes del “querer saber”!

José Podestá

Achicar la Brecha

10 julio 2016 ·

Cuando una persona se ocupa por mejorar sus competencias con el objetivo de llegar a ser más eficiente y eficaz, es frecuente escuchar la expresión tengo que achicar la brecha. Aquí uno se podrá preguntar: ¿Achicar qué? Se trata de hacerlo entre lo que se tiene y lo que se quiere acceder. Lo bueno de esta instancia es que no expresa una mera ilusión o deseo, sino un compromiso concreto de superación.

No se está solo

Sabiendo que no todos somos iguales, por más que muchas veces algunos factores de poder intentan reducir al ser humano a la categoría de “masa”, en el desarrollo del proyecto laboral y profesional suele observarse que algunas personas se bastan a sí mismos y con solvencia. De esta forma van “achicando” y “gestionando” esa brecha sobre la marcha. Otros, en cambio, les resulta más difícil poder hacerlo, necesitando para ello del soporte o la asistencia de un tercero.

Dentro del ámbito de las organizaciones, la mayoría suelen contar con el área de Capacitación y Desarrollo para poder llevar a cabo los distintos programas que les son requeridos desde los distintos sectores. Si bien muchas veces las carencias de las personas surgen a través de la evaluación semestral o anual que es llevada a cabo por su inmediato superior, también dentro de dicha área se atienden los pedidos puntuales de aquellas personas que necesitan asistencia en su plan de carrera.

Sin embargo, el plan de carrera no demanda simplemente la actualización o incorporación de nuevos conocimientos, sino también la necesidad de lograr operativamente un desempeño superlativo en materia de resultados. Destaco el término superlativo porque toda organización se encuentra hoy muy atenta al valor agregado que cada empleado pueda aportar en lo suyo. De esta manera se va construyendo la productividad.

Pero también existe otro soporte importante, especialmente para todos aquellos que, independientemente del conocimiento adquirido, carecen de las habilidades para alcanzar el desempeño aspiracional. Es aquí cuando irrumpe el coaching, para entrar en acción.

Cuando el plan de carrera contempla que en un determinado momento la persona deberá ocupar un cargo de responsabilidad –sea departamental, divisional o regional– el mismo le demandará ejercer el rol de líder, algo que no se aprende necesariamente en un curso. Para ello está el coach ontológico, quien podrá asistirlo y prepararlo para el nuevo desafío.

Vemos entonces que la persona, cuando se desempeña en relación de dependencia, no se encuentra necesariamente sola o a merced de las circunstancias. Tampoco lo está el profesional independiente, ya que también puede y suele recurrir a los servicios del coaching, aunque en este caso lo tenga que hacer bajo su cargo.

Todo lo mencionado se aplica y vale para los interesados en el Personal Branding, ya sea que estén desempeñándose dentro de una organización o bien de manera autónoma. Lo importante, en este caso, es tener en cuenta que el conocimiento adquirido y actualizado no es el límite, sino una simple llave de ingreso al sistema. A ello se le deberán adicionar las habilidades blandas, que nada tienen que ver con las competencias individuales.

Tengamos en cuenta que el coaching ontológico nos prepara para ir más allá de la tarea en sí, orientándonos en todo lo referente a los vínculos y las relaciones. No se ocupa de la formación ni de la ampliación del conocimiento técnico, pero sí de la forma en que se interactúa con los demás, sin llegar a interferir ni entrometerse en resultado alguno. Ayuda así también a achicar la brecha.

¡El portador de Tu Marca Personal sabe muy bien de sus limitaciones, más allá de lo meramente técnico o específico de su actividad o profesión, motivo por el cual en el desarrollo de su vocación tampoco excluye al otro!

José Podestá

El Problema Puede Ser El Jefe

03 julio 2016 ·

Cuando uno se encuentra en un proceso de búsqueda laboral o recibe una propuesta imprevista para cambiar de empresa, se suele producir una alta expectativa no exenta de cierta dosis de “miedo” por lo que eventualmente sucederá. No está mal sentirse así, porque es algo normal que suele darse en este tipo de situación.

En otras oportunidades ya he mencionado algunas de las precauciones que no conviene dejar pasar por alto. Por ejemplo el de preguntar acerca de los valores y la cultura de la organización, antes de tomar la decisión final. Parece ser algo que, en principio, no tiene importancia pero que sin embargo la tiene. ¿Por qué? Porque en la medida que los valores y las convicciones del postulante sean diametralmente opuestas a las que rigen la conducta y el proceder de la organización, éste lamentablemente no podrá sentirse identificado y  difícilmente logrará avanzar con su plan de carrera.

Otra razón-sorpresa

Si alguno de ustedes piensa o cree que antes del cambio de empresa hay que tener asegurado el riesgo a su mínima expresión, estaría cayendo en una ilusión. Al respecto, no debemos olvidarnos que todo emprendimiento u organización está constituido por seres humanos. También sabemos que no somos individuos “normales” en el sentido estricto del término. Más bien, somos bastante impredecibles en determinados momentos y a veces también en los contextos en donde nos desempeñamos. Entonces, no podemos exigirles a nuestros prójimos conductas que incluso uno mismo no está en condiciones de garantizar.

Por suerte existen, tanto en la sociedad como en el ámbito de las organizaciones, una serie de normas que nos ayudan y llegado el caso hasta nos obligan a comportarnos de una manera civilizada. Ahora bien, como no todos somos iguales, incluso en materia de principios y convicciones, las instituciones se reservan el ejercicio de la autoridad frente a los comportamientos tóxicos y desviados.

La otra razón-motivo que me interesa destacar, luego de lo mencionado, tiene que ver con los malos jefes o directivos que existen en las organizaciones. Ya sabemos, al respecto, que siempre habrá algunos seres que para nada hacen honor a la responsabilidad y a la autoridad que detentan.

Quizás conozcan algunos casos de empresas “mentirosas” –como los de Enron y Parmalat– que ante el cambio de conducta imprevista de sus directivos, fueron un epicentro del fraude y la corrupción en gran escala, terminando luego en la bancarrota, con varios ejecutivos presos y otros que, directamente, se suicidaron. Se trataba de empresas exitosas que en algún momento no sólo fueron líderes sino que también gozaron de una alta reputación e imagen internacional.

Como ejemplo de ello, la consultora estadounidense Mc Kinsey había publicado en el año 2001 –meses antes de bancarrota de Enron– el best seller “la Guerra por el Talento”. Luego que el libro se convirtiera en un best seller, muchas personas llegaron a  “ilusionarse” por querer trabajar allí. Pero como el hecho delictivo ya se venía gestando desde hacía bastante tiempo, éste finalmente terminó produciendo la pérdida del empleo y del dinero que los trabajadores habían destinado a la compra de acciones, dado que no se enteraron oportunamente de lo que algunos especialistas venían anticipando acerca de Enron y sus directivos.

Si bien los que se interesan en el Personal Branding llegan a darse cuenta, en una de las etapas del desarrollo, del porqué deben asumir en el trabajo el rol de Yo SA, también ello vale para los empleados en relación de dependencia. Hoy en día, frente al proceso de licuación de las normas y de los valores existentes en las organizaciones, es fundamental que el empleado –cualquiera sea el puesto que ocupe en la empresa– asuma que está para brindar un “servicio” y que por ello acordó un nivel de salario determinado. Si bien trabaja allí, él mismo es su propia empresa, motivo por el cual es el portador de un proyecto de desarrollo laboral-profesional que lo llevará a cabo en aquellas empresas que considere más afín con el objetivo personal perseguido.

Como podrán inferir, una empresa mentirosa y esquizofrénica como aquella que escribe su misión en la pared, para luego en la práctica terminar haciendo lo opuesto, no puede pretender “retener talento” ni tampoco decir que es “socialmente responsable”.

Entonces, no hay que dudar de “huir de las organizaciones” que están representadas por los malos jefes, a pesar del excelente sueldo que ésta destine a sus empleados, porque tal “política” quizás encierre una “trampa” que más tarde se convierta en noticia, tanto en las tapas de los diarios como en las redes sociales.

Pero afortunadamente no todo es así. Por tanto, en la medida en que uno sea parte de un proyecto laboral-profesional en donde las personas que lo integran compartan principios y valores, se justifica plenamente estar allí para hacerlo realidad.

¡El portador de Tu Marca Personal no deja de monitorear y de estar atento al contexto en donde está o aspira brindar sus servicios, porque sabe muy bien que ello no sólo es fundamental para su misión y vocación de vida, sino también en virtud de la contribución que siente debe brindar a sus prójimos!

José Podestá

 

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