Los Recursos Humanos en Su Recta Final

27 agosto 2017 ·

Parece ser que los directivos se están dando cuenta de su error conceptual. La palabra recursos humanos no expresa ni refiere en absoluto al trabajador, sino más bien a su estado de “cosificación”. Tampoco es una expresión relativamente nueva. Al contrario, el término recursos humanos fue acuñado en el año 1893 por el economista norteamericano John Commons. De esta forma, se impuso a principios del siglo XX de la mano del paradigma que establecieron Henry Ford y Frederick Taylor.

Lamentablemente hasta el presente, se ha venido considerando al empleado como un activo más, ya sea que se trate de un obrero, un administrativo o un ejecutivo. Por ser un “recurso”, vale asimilarlo a la categoría de capital, materias primas, objeto o cosa.

Paradójicamente, el ámbito universitario poco y nada hizo ni tampoco hace, desde lo académico, para sumar “conocimiento” que ayude a los directivos a darse cuenta del tremendo error conceptual. Más aún, no dudan un instante en “bautizar” a toda carrera afín con el área de personal con el título de “Licenciatura de Recursos Humanos”, Posgrado o Doctorado.

Cómic del relato

Si bien hoy en día algunos sucesos no dejan de ser inmediatamente ridiculizados en el formato de memes, resulta bien elocuente el siguiente relato sobre el tema en cuestión:

Un día Martha -directora de recursos humanos de una conocida empresa- muere y llega a las puertas del Paraíso. La recibe San Pedro, que, luego de darle la bienvenida, le explica: "Como no es habitual que alguien responsable de RR.HH. llegue hasta este punto, existe un proceso de ingreso especial que tendrás que cumplir. Es muy sencillo, sólo deberás pasar un día en el infierno y otro día en el cielo y luego elegir dónde vivirás durante la eternidad". Sin haber comprendido del todo por qué se le asignaba un procedimiento especial y a pesar de su preferencia inicial por el Edén, Martha aceptó las condiciones de ingreso. Sin más, el responsable de las llaves del cielo la guía hasta un ascensor directo al infierno.

Cuando desciende la sorpresa de la directora de RR.HH. es mayúscula. Al llegar al infierno un caddie la acompaña hasta el hoyo 1 de un campo de golf increíble. El pasto es de un verde pocas veces visto y el clima es perfecto para practicar el deporte que había servido de plataforma para su crecimiento profesional. En el hoyo 19 brinda con champán francés -de una cosecha agotada en la Tierra- y regresa al Paraíso para cumplir la segunda parte del proceso de admisión.

El día en el cielo también es maravilloso. Unos ángeles le enseñan a tocar el arpa mientras flota entre las nubes. A pesar de la altura, el aire es estimulante y puede disfrutar de una perspectiva de la Tierra como no había tenido jamás ni el más veterano de los astronautas. A pesar de todo, Martha extraña los cuidados greens y fairways del infierno. Al caer la noche San Pedro le pregunta cuál es su elección. Luego de titubear un instante contestó: "Aunque el cielo es divino, prefiero el infierno".

Cuando baja del ascensor por segunda vez se encuentra con un paisaje desolador: dónde estaba la cancha hay un baldío cubierto de basura, el calor es abrasador y el club house se había transformado en una horrible tapera. "No entiendo, ayer aquí había un campo de golf maravilloso y hoy me encuentro en este basurero...". "Ayer era el día de reclutamiento, hoy ya eres otro recurso humano de mi empresa", responde Lucifer.

Términos por venir

También resulta llamativo que a pesar de lo que se viene diciendo y escribiendo sobre el término recursos humanos, éste siga aún en vigencia a pesar del efecto negativo que produce a nivel de los empleados. Ello ha sido objeto de una reciente investigación a cargo de la encuestadora internacional Gallup, que permitió “descubrir” que sólo el trece por  ciento de los empleados a nivel mundial están comprometidos con las empresas para las que trabajan. ¿Será por ello que el responsable del área de recursos humanos no suele acceder, por lo general, al cargo de CEO?

Hasta tanto no se arribe a la expresión que mejor dignifique al trabajador, vamos a ir escuchando distintas expresiones, como ser:

- Director de personas, utilizado por la compañía Cisco.

- Operador de personas, en Google.

- División global de personas, en Walmart.

También se vienen empleando las de “gerencia de talento” y “gestión de personas”; quizás esta última llegue a ser la más adecuada y referencial para el sector.

Aquí lo importante es que no sólo los directivos tengan en claro que tanto recursos humanos como capital humano, son expresiones que en sí mismas descalifican, sino que también las personas que trabajan en la organización lo rechazan por sentirlo así. En la medida que esto no ocurra, seguirá ensanchándose la brecha o “grieta” que, lamentablemente, viene separando a los directivos y su gente.

Personal Branding exento

Debido a la miopía que ha caracterizado a los responsables del área de recursos humanos, durante décadas el empleado ha quedado “sometido” al arbitrio de un sinnúmero de disposiciones y normativas “castradoras”, de todo tipo, con las consecuencias negativas que luego ello produce en los resultados e imagen de la organización.

Dentro de este concepto no han tenido cabida aquellos empleados que aspiraban y desean llevar a cabo su plan de carrera laboral y profesional en la organización, ni mucho menos los que pretendían con su buen desempeño ir construyendo y desarrollando su Personal Branding.

El resultado de ello es bien conocido, porque se viene reflejando a diario en la migración de los “mejores” empleados que para nada están dispuestos a quedar encuadrados bajo el común denominador de “iguales y promedios”. Para que ello no ocurra, los directivos del área de recursos humanos han desarrollado un plan de incentivo “especial” para “retener talentos”. Pero ello, además de ser una respuesta reactiva, sigue desconocimiento los principios de dignidad y de libertad de las personas, máxime cuando éstas se las considera un objeto-cosa. Además, una vez que el empleado está dispuesto a irse, porque ya ha dicho “basta”, no hay “retención” que por lo general logre frenarlo en su decisión.

Decimos que el Personal Branding está exento de este tipo de castración y manipulación, porque tiene que ver con la actitud y el desempeño responsable que lleva a cabo el individuo, y que es parte de su misión y vocación en la vida. Entonces, en la medida que la organización no lo perciba ni respete, se verá limitada y cada vez más focalizada hacia el rebaño de los “mediocres promedios”, es decir, los “recursos humanos” que ha sabido retener y conservar.

 ¡El portador de Tu Marca Persona es consciente que su proyecto tiene un sentido de trascendencia profesional y social, que va mucho más allá del emprendimiento u organización en la que circunstancialmente se encuentra trabajando!

José Podestá

 

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