Evaluar Antes de Decidir

11 marzo 2018 ·


El título de esta columna seguramente les resultará una obviedad. Sin embargo, no es la primera vez ni será la última cuando, por distintas razones y “presiones” –no sólo externas– terminamos haciendo aquello que para nada estábamos convencidos de ello.

El aporte de Esopo

A la figura de Esopo –fabulista griego del S. VII a.C., que además de estar dotado de un gran ingenio, era jorobado y tartamudo– se le han atribuido desde siempre no sólo fábulas, sino también un conglomerado de chistes, anécdotas y proverbios. Quizás el que más recordamos es el de  “la tortuga y la liebre”, que nos muestra que muchas veces el esfuerzo vence a la naturaleza descuidada; ésta debiera ser una máxima digna de ser tenida en cuenta por todos aquellos que se interesan en el Personal Branding.

Pero hay una fábula que tiene bastante que ver con el presente tema. Se trata de “el perro y el caracol”, que para nada intenta repetir el ejemplo anterior. La historia es la siguiente:

“Un perro tenía la costumbre de tragarse huevos. Al ver un caracol abrió su boca y se lo tragó, creyendo que era un huevo. Pero sintió una pesadez en sus entrañas, se sintió mal y dijo: está bien lo que me pasó por haber creído que todas las cosas redondas son huevos”.

Esta fábula nos enseña y recuerda que quienes abordan un asunto sin reflexionar, sin darse cuenta, se ven enredados en situaciones engorrosas. Pero también encierra un reconocimiento que muchas veces a los seres humanos nos cuesta llegar a aceptar y reconocer: “admitir lo que pasó y el por qué”.

El contexto no siempre ayuda

En los tiempos que corren no está muy bien visto que una persona anteponga sus reparos antes de decidir. Aquellos que acostumbran hacerlo –algo que de por sí es muy conveniente– saben de las “presiones” externas a las que se exponen, especialmente en el ámbito laboral. ¿Por qué? Porque allí se privilegia “no perder tiempo” e “ir para adelante”. Más aún, si por ello te equivocas, será parte del autoaprendizaje.

Esto podrá ser aceptado en la medida en que el “error” luego no tenga consecuencias en el plan de desarrollo laboral-profesional de esa persona. Al respecto, es importante no olvidar que toda “mancha” que pueda afectar de un modo directo o indirecto a la imagen del Personal Branding, no podrá fácilmente atribuírsela ante terceros a la organización en la que nos encontramos o hemos trabajado.

Con el tiempo podrá ocurrir que dicha organización termine en una quiebra o desapareciendo del mercado, con lo cual uno deberá tener que “ir explicando” toda vez que se nos pregunte, sobre todo si la misma se debió por algún hecho delictivo. Al respecto, he conocido personas que tuvieron esa mala experiencia y cómo luego ello les afectó en su carrera laboral.

En la medida que uno tenga siempre “a mano” el proyecto o plan de carrera, el mismo no dejará de ser de gran ayuda para llegar a “evitar” dar algún paso en falso. Por supuesto que ello no significa que sea un reaseguro definitivo, pero sí al menos un recurso-herramienta que nos “obligue” a evaluar antes de decidir. Además, si nos equivocamos podrá ser por algún motivo aleatorio o propio, pero nunca por “decisiones” de terceros que para nada tienen en cuenta el logro de nuestros objetivos personales.

Es distinto para un emprendedor

En una profesión independiente o en un proyecto del tipo “startup”, por lo general la persona está más expuesta al error. Pero también es cierto que los errores, en la mayoría de los casos, no suelen depender de una falta o falla de análisis o evaluación previos, porque es algo que se hace con frecuencia, sino a variables externas que muchas veces hasta van más allá de las reglamentaciones propias del país.

Contrariamente a los “errores” que muchas veces una organización termina “coparticipando” a sus empleados –al igual que las pérdidas– éstos tienen un matiz muy diferente a los que la persona afronta habitualmente como profesional o emprendedor.

Lo mismo vale para la vocación

¿Cuántos casos de personas conocemos que han decidido “su” vocación partir del “me too” de un amigo o de algún familiar?  Como se podrán imaginar, siendo la vocación la expresión en la que se materializará la misión de vida de la persona, la evaluación previa a la decisión será fundamental, vital e imperiosa.

Aquí tampoco se podrá “delegar” ni “consentir” al deseo de los padres, por más fundamentado que ellos pretendan hacerlo sentir. ¿Por qué? Porque se trata de una de las decisiones indelegables que todo individuo deberá asumir en la vida, por tratase de la razón de ser de su venida y presencia en el planeta Tierra.

Entonces, para no verse enredado en una situación tan compleja como la referida al destino personal de cada uno, de nuevo, es fundamental evaluar antes de decidir. ¿Y si luego siento que me equivoqué de vocación? Por el solo hecho de darme cuenta a tiempo de ello, migraré hacia el camino correcto.

¡El portador de Tu Marca Personal se esfuerza por superar los sucesos negativos del contexto, evaluando el mejor curso de acción, además de rectificarlos frente a las innecesarias situaciones engorrosas que sabe deberá tener que emular!  
José Podestá

 

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