Atrapado Con Salida

10 junio 2018 ·

Algunas personas consideran que en lo laboral-profesional se encuentran ante una realidad a la que no le ven alternativa ni solución de salida. Es el caso de aquellos que han quedado expuestos al “techo de cristal” o bien dependen de un jefe que les dificulta el desarrollo del proyecto personal. Pero ante el reclamo que hacen por ello, suelen ser habitualmente “retenidos” con atractivas promesas.


Qué es lo más conveniente

Todo cambio o decisión personal de importancia conlleva una serie de dudas e incertidumbres. Y no está mal que así sea, sobre todo cuando la misma tiene que ver con el “plan de carrera”. Además no a todos les resulta fácil el tener que asumir riesgos, especialmente cuando las condiciones del contexto no son las más propicias.

El hecho que algunas personas no tengan inconvenientes en hacerlo, tiene más que ver con su tipología de personalidad y carácter. Y si a alguno le llega a ir mal, no se repliega ni frustra por ello, sino que sigue intentándolo hasta lograr el objetivo.

Frente a esta realidad, está el otro gran porcentaje de personas a las que también por su tipología de personalidad y carácter, les cuesta “decidirse” por el cambio. Pero cuidado, no por ello necesariamente deberán tener que resignarse frente a las restricciones provenientes de la organización o de terceros.

Por otra parte, la solución no siempre proviene del exterior. ¿En qué sentido? Siempre que uno quede expuesto ante una crisis, es necesario y oportuno formularse y responder algunas preguntas centrales, como ser:

- ¿Lo que me ha sucedido es un “llamado de atención” –por ejemplo, que por allí no está el camino que debo seguir recorriendo en esta etapa de mi vida– o bien es una situación coyuntural, fruto de los errores económicos cometidos por la dirigencia gobernante?

- ¿Lo que vengo haciendo o intentando hacer responde a la misión de aquello que “realmente” debo concretar en la vida?

- ¿El cambio que aspiro realizar es funcional con la etapa biográfica en la que me encuentro actualmente?

- ¿Estoy convencido que es ésta mi vocación, expresada en la profesión que ejerzo o en la carrera laboral que deseo llevar a cabo?

Una vez que uno tiene en claro en dónde “está parado” frente a su circunstancia existencial, seguramente que podrá asumir o generar el cambio en línea con su proyecto de vida. Incluso, para las personas que les cuesta tomar la decisión, ya no les resultará tan difícil el poder llevarla a cabo, porque ahora cuentan con las “certezas” que emanan de su voz interior.

Así es como vamos descubriendo que nuestro desarrollo personal, profesional y social se compone de una serie de actitudes y decisiones que vamos tomando frente a las diferentes etapas de la vida. Por tanto, no es algo que podemos ni debemos depositar en otras personas u organizaciones, por la sencilla razón que éstos nada tienen que ver con nuestro destino.

En consecuencia, no se trata de quedarnos estancados en un trabajo o profesión que no nos gusta, ni mucho menos en una vida que no nos hace felices.

Las decisiones del pasado no se pueden cambiar

Te puedes llegar a quedar “atrapado sin salida” con las decisiones del pasado que te han llevado a la situación actual. Pero como lo que cuenta es el presente y el futuro, tienes la oportunidad de tomar las “riendas de tu vida” y hacerte cargo de tu destino; recuerda que esta responsabilidad jamás deberás “cederla” a nadie. A partir de allí, todo lo que hagas o no terminará también incidiendo en el desarrollo de tu Personal Branding.

Tampoco tiene sentido el vanagloriarse por las cosas fabulosas realizadas en el pasado, porque tal como lo dicen los chicos: ¡Ya fueron! Básicamente son hitos de un tiempo existencial, cultural y biográfico acordes con el espíritu de esa época que, por cierto, ya no es el mismo de la actualidad.

El futuro no se puede adivinar

Quizás por ello no sea tan creíble la “bola de cristal” ni la “adivina” que dice ver e interpretar el futuro. Pero sí lo podemos comenzar a “visualizar” a partir de la información y de las tendencias que emanan del presente; de nuevo, estamos ante un trabajo personal que es fundamental para la planificación de las competencias que deberemos adquirir para poder avanzar, satisfactoriamente, en “nuestro” camino.

Pero en este camino –que es el conducente hacia el logro de nuestra misión– no deberemos de olvidarnos de los prójimos. ¿Por qué? Porque en esta vida también estamos “en función de”, es decir, destinando gran parte de nuestros frutos para el beneficio y la participación de nuestros semejantes. De allí que no deberíamos dejar de lado la práctica de la creación colaborativa, porque gracias a ella vamos a poder crear y hacer crecer bienes comunes, con la participación de otras personas.

¡El portador de Tu Marca Personal es valorado y reconocido no sólo por lo bien que hace lo suyo, sino por el sentido y el beneficio que todo ello tiene para la comunidad en general!
José Podestá

 

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