Personal Branding 2.0

18 noviembre 2018 ·

La evolución del Personal Branding a la que me voy a referir nada tiene que ver con el soporte digital, pero sí con la “madurez” esperada de sus portadores.


Si bien algunas organizaciones lo suelen requerir, también en lo personal uno debería asumir la responsabilidad por el trabajo realizado o la tarea asignada, incorporándole algún valor adicional. ¿En qué sentido? Sin perder de vista a nuestros prójimos. ¿Por qué? Porque como seres humanos “sociables”, estamos en la vida para brindar también soluciones a las circunstancias del entorno.

Si alguno de ustedes cree que podrá desarrollarse en la vida haciendo sólo “muy bien” las cosas –fruto de una actitud meramente egoísta, individualista– es muy probable que termine desembocando en una frustración. De poco le servirá argumentar: lo que pasa es que yo soy así. Mal que nos pese, no podemos ni debemos dejar de mirar a nuestro alrededor, para darnos cuenta que los talentos que uno tiene son un “don” que me obliga a compartirlos con todas aquellas personas que, por motivos que seguramente uno no alcanza bien a discernir, necesitan “del otro” para poder suplir sus carencias. Entonces, si no lo hacemos por “convicción”, al menos deberíamos brindarlo aunque más no sea por solidaridad humana.

No somos descartables

Tampoco vale la pena ni sirve excusarnos mediante la batería de “racionalizaciones” que uno pretenda sostener, incluso con vehemencia. Nos guste o no, nuestros actos han de pasar por dos tipos de métricas:

- Cómo hago lo que por vocación y profesión he optado para ganarme la vida, sin por ello dejar de lado a la humanidad.

- Cómo contribuyo y “retribuyo” a mis semejantes, especialmente aquellos que arribaron al planeta Tierra “desnutridos” de talentos y localizados en zonas desfavorables. 

En el primer caso es donde habitualmente más nos concentramos, especialmente cuando estamos trabajando en relación de dependencia o ejerciendo una profesión liberal. Sin embargo, son muy pocos los que además de ello se “ocupan” por brindar, desde sus posibilidades, una mejora o solución para la humanidad. Un ejemplo que he podido conocer recientemente tiene que ver con un grupo de médicos oftalmólogos que se asociaron para realizar, en determinados periodos del año, operaciones gratuitas de cataratas en adultos mayores que viven en zonas de extrema pobreza.

El segundo caso tiene que ver con aquella “compensación” que cada uno pueda brindar, desde lo personal o a través de una ONG, para suplir las carencias económicas y de conocimientos de nuestros semejantes. Por ejemplo, brindando capacitación a aquellas personas que no saben cómo encarar un emprendimiento, orientando acerca de los requisitos y beneficios para poder acceder a un micro-crédito, etc.

Lamentablemente el contexto consumista y la cultura individualista vigentes, para nada tienen en cuenta a los excluidos, a los que menos tienen, a los que se ven obligados a migrar de sus países. ¿Por qué? Porque se los vincula dentro de la categoría de “seres descartables”, cuando bien sabemos que el ser humano no es pasible de descarte alguno, sino de consideración, estima y respeto; hasta nos parece “imposible” considerarlos nuestros hermanos.

Personal Branding ampliado

El presente globalizado hoy nos permite saber todo lo que podemos llegar a imaginarnos, y en tiempo real. De allí que no deja de ser un desafío para los desarrolladores del Personal Branding. ¿Por qué? Porque hacer simplemente las cosas bien, ser un profesional de primer nivel, ya no llama demasiado la atención debido a los millones de seres humanos que también califican de modo similar y que, a pesar de ello, tampoco logran trascender en la medida deseada.

Esto no debería llegar a sorprendernos en absoluto. Así como la organización tiene en cuenta a todos aquellos empleados que a lo suyo le incorporan algún valor agregado –por ejemplo, productividad– lo mismo vale para el posicionamiento y el desarrollo del Personal Branding. Que Juan Pérez o María González realicen muy bien lo suyo y por ello son tenidos en cuenta por sus pares –llegando incluso a trascender fuera del ámbito de la organización– habla muy bien de su Personal Branding “versión” 1.0

Pero si tenemos en cuenta las crecientes demandas sociales en materia de medio ambiente, economía colaborativa, concentración absurda de la riqueza, etc., una persona no podrá “crecer” si vive anclada “domésticamente”, por más eficiente que sea haciendo “sus” cosas. ¿Por qué? Porque si contamos con “talentos”, estamos llamados a ser verdades “agentes del cambio”, tal como supieron realizarlo las personas talentosas del ayer. Sin habérselo propuesto, éstos han sido los verdaderos pioneros del Personal Branding 2.0 que, como desafío, hoy se encuentra “vacante” para todos aquellos que sienten al prójimo como una prioridad de consideración.

¡El portador de Tu Marca Personal sabe muy bien de sus limitaciones y por ello no sólo se propone brindar lo mejor de sí, sino de incorporar también a los prójimos dentro de la misión que viene llevando adelante en la vida!  
José Podestá

 

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