Cada vez
más las empresas deberán evaluar las consecuencias a las que se exponen, toda
vez que decidan reducir personal o bien cuando algún empleado opte por irse
porque las condiciones laborales no fueron las convenidas o por las reiteradas
promesas incumplidas de la promoción.
El empleado se hace valer y escuchar
¿Esto qué
significa? Que habiendo incumplido con su responsabilidad en tiempo y forma,
podrá verse públicamente aludida por el empleado damnificado, sea la red social
o a través de un testimonial subido a YouTube. No se trata, en absoluto, de un
eventual o potencial suceso: ¡Ya está ocurriendo!
Todo indica
que estas actitudes y comportamientos, hoy incipientes, irán expandiéndose de
modo exponencial, salvo que la empresa reconsidere que no puede seguir actuando
como si aún le asistiera el poder total.
Me ha
llegado el caso de una empleada que grabó en la oficina el video de su
despedida, después de una permanencia de más de dos años. Sin descuidar
detalles, dejó expresamente aclarado el día y la hora. Entre los
motivos mencionó la dedicación exclusiva que le demandaba la tarea, con lo cual
en todo ese tiempo se vio obligada a
sacrificar las relaciones con sus
amigos, sin que ello le importara a su jefe. El video finaliza con la
reiterada expresión de “me voy” y el apagado de las luces al momento de
abandonar la oficina.
Luego de
subir el video a YouTube y a medida que se fue expandiendo este caso, llegó a
registrarse más de diez y seis millones de visitas, además de varias ofertas de
empleo.
¿Qué hizo
la empresa? No sólo actuar reactivamente sino que también recurrieron a la
práctica del me too, editando un
video en YouTube para describir las “bondades” de la empresa y formular una
invitación para cubrir la
vacante. El video fue visto por cuatro millones de personas,
lo que da una idea del alto precio que la empresa debió pagar por no ser
socialmente responsable.
Cuál es la enseñanza
Que la
clásica renuncia –ceremonia personal, íntima, con un diálogo que suele estar
cargado de rispideces– está perdiendo relevancia frente al cambio cultural,
social y tecnológico.
El hacer
pública la renuncia coloca a la organización en una situación de desventaja.
Por tanto, se ve obligada a salir a “defenderse” de la mejor manera posible,
cosa que por cierto no suele caer simpático ni creíble a la audiencia.
Un dato no
menor que tiene este caso es el nivel de responsabilidad del cargo. Se trata de
un puesto de base, con algunos requisitos técnicos para la realización y
ejecución. La empleada se fue porque su tarea era monótona, pesada e
insatisfactoria, impuesta por su jefe
que no tuvo en cuenta sus necesidades y posibilidades. A pesar de ello, la
viralidad alcanzada ha sido altísima.
De haberse
tratado de un puesto ejecutivo, que demanda el conocimiento de algunos
“secretos de gestión” de la empresa, tal vez la cifra de visitantes hubiese
sido mayor.
La empresa atenta
En la
medida que las empresas no se den cuenta que necesitan del conocimiento,
creatividad e innovación aplicada de los empleados, serán candidatas a verse
sorprendidas en la plataforma digital. Por otra parte, si no “descubren” que la
rutina y la supervisión ineficaz son una responsabilidad que deben atender,
estarán expulsando de la organización a los mejores empleados, con lo que ello
implica para su desarrollo sustentable.
¡Al
portador de Tu Marca Personal le importa muchísimo hacer las cosas bien, por lo
que ello tiene para su reputación y el proyecto laboral-profesional. Y si tiene
a cargo personas, sabrá qué hacer para que sean reconocidas y valoradas!
José Podestá