La carrera
laboral-profesional puede tener dos vías de realización:
a. En
relación de dependencia.
b. Como
autónomo, liderando un emprendimiento oportuno.
La
diferencia entre ambos es significativa. Mientras en el primer caso el riesgo de
la gestión corre por cuenta del empresario, en el segundo caso eso mismo es lo
que debe afrontar el emprendedor. Se trata, en consecuencia, de una decisión
personal y actitudinal, motivo por el cual cada uno sabrá para cuál de las alternativas
se siente más capacitado y motivado.
Las opciones tienen lo suyo
Para el
interesado en desarrollar su Personal Branding en el ámbito de las
organizaciones, la carrera laboral-profesional puede tener sentido en la medida
que la visión se oriente hacia los cargos de máximo nivel. Es decir, dirección
de área, titular de una unidad de negocios o eventualmente como CEO de la
empresa.
En el ayer
también era viable la gerencia media, pero desde el advenimiento de la
globalización y la creciente competitividad existente, las organizaciones han
ido eliminando esta función para ganar mayor flexibilidad, rapidez y eficacia
en la toma de decisiones.
En el
perfil del ejecutivo que ocupa alguno de estos puestos, subyace la motivación
del ser emprendedor. Sin embargo, no está tan expuesto como el autónomo que
aspira construir su propia empresa. De todos modos, reitero que el ámbito de
una organización es una opción y también un desafío para el desarrollo personal
que, en este caso, se brinda como un “servicio” a cambio de una retribución y
otras compensaciones adicionales.
En el caso
del emprendedor –incluso para aquel ejecutivo que considera que su desarrollo
en la empresa completó el ciclo previsto– debe tener muy en claro que el camino
a transitar estará expuesto a imprevistos y dificultades, tal como ocurre en la vida. Pero en la medida
que tenga bien en claro la oportunidad del negocio o de la actividad comunitaria
que aspira concretar, y sepa acotar y reducir los riesgos eventuales en su plan
de negocio, podrá ir disfrutando paso-a-paso de su obra en construcción.
El soñar vale, pero con los pies en la tierra
Al leer a
los exitosos emprendedores uno descubre que todos tuvieron una visión, un sueño
o un presentimiento que los llevó a hacer lo que hicieron. Pero también se
observa que han sido muy “realistas”, coherentes y portadores de una alta dosis
de sentido común. Esto encierra una lección básica que no debiera ser omitida
por ningún emprendedor, porque los impulsos y la falta de objetividad suelen
ser las causas de un posterior fracaso.
Emprender
hoy significa no copiar, no hacer más de lo mismo y tener bien en claro quién
es el destinatario de la
propuesta. Caso contrario, no estaríamos frente a un emprendimiento
sino ante un “hobby”: el de su desarrollador.
El ser
competitivo es otro de los atributos que debe ser tenido en cuenta. No refiere
a lo económico –por ejemplo, precio accesible– sino al elemento diferencial que
convierte al emprendimiento en algo superlativo y valorado por sus
destinatarios.
¡El portador
de Tu Marca Personal es un emprendedor natural en lo suyo, por ser titular de
“Yo SA”. Pero lo será aún más cuando su proyecto obtenga el reconocimiento de
su mercado objetivo, sea en un cargo en relación de dependencia o como líder de
un emprendimiento oportuno!
José Podestá