Llama bastante la atención que el área de personal
de las organizaciones siga aún denominándose recursos humanos, y el CEO no se dé cuenta de ello. Más aún, este
disparate se potencia cuando alguna entidad organiza un Congreso Mundial de
Recursos Humanos –tal como ocurrirá en Chile– bajo el lema: “Más allá de los negocios, del management y
de las nuevas tendencias, son las personas las que hacen de las empresas y de
los países una realidad”.
¿En
qué quedamos?
No es la primera vez que vemos este sinsentido entre
los responsables del área de personal, como así también la convocatoria que
suele realizarse a eventos de recursos
humanos, para luego terminar hablando del rol del empleado como persona.
Evidentemente, el sector ha llegado a un callejón sin salida y carece del
coraje de tomar el toro por las astas y poner al ser humano en su lugar.
Soy consciente que a muchos les cuesta reconocer sus
errores y más aún llegar a decir públicamente: “¡Me equivoqué!” También es un
dato de la realidad que algunos ejecutivos sienten un desprecio hacia el
empleado; la expresión “es un mal necesario” ejemplifica en su esencia tal
actitud.
Estar
en el lugar correcto
Una de las mayores carencias del ser ejecutivo, más
allá del área en donde se desempeña, es la falta de actualización de
conocimientos y el ejercicio de un pensar anticipatorio. Esto suelen decirlo en
las encuestas que se llevan a cabo en distintos países, siendo el principal
justificativo la falta de tiempo para ello.
Tal afirmación bien podría ser considerada como muy
lamentable por las implicancias que básicamente tiene en:
a. La toma de decisiones.
b. Sus efectos sobre el personal y la organización.
Aquí las culpas y las razones surgen apenas la
empresa queda expuesta a una crisis. Entonces, cuando viene el momento de
ajustarse el cinturón, los “recursos humanos” –por ser un objeto-cosa dentro del sistema productivo– comienzan a
ser expulsados de la organización. Lamentablemente, ya quedó incorporado como un
dato más de la realidad.
Si bien los directivos estaban excluidos de la
reducción, en el hoy ya no gozan de tal inmunidad. Prueba de ello es el
recambio cada vez más frecuente de CEO’s que se viene dando, incluso en las
empresas líderes y globales, a pesar del rol de “intocables” que detentaban en
el ayer.
El
cambio esperado
Otro dato de la realidad, felizmente positivo, lo
brindan aquellas empresas que valoran el rol e importancia del empleado, por
considerarlo un factor clave para el logro de la misión y el alcance de la visión.
Estas organizaciones son las que están mejor posicionadas en sus actividades, son
conscientes de su responsabilidad social y privilegian el buen clima laboral.
Ello lo han logrado a partir del darse
cuenta que el empleado debe ser, además de habilidoso y competente, el
verdadero artífice de la organización. Y para ello debe estar posicionado en el
lugar correcto, es decir, en el centro de la empresa.
A medida que la realidad vaya despertando a las empresas del error estratégico incurrido con la práctica
de recursos humanos, estaremos ante un
perfil de organización mucho más comprometida y respetuosa de las personas,
cualquiera sea el nivel que ocupen en ella.
¡El portador de Tu Marca Personal es bien consciente
de su rol en la organización, porque nunca se consideró parte del rebaño
domesticado ni tampoco aceptó ser reducido a un recurso-cosa, por las implicancias nefastas
que ello tiene en su plan de carrera laboral y profesional!
José
Podestá