Cuando éramos niños teníamos la sensación que el
paso del tiempo era muy lento. Hoy decimos qué
tiempos aquellos, porque el día de veinticuatro horas no nos alcanza,
incluso para hacer las cosas más básicas. Cotidianamente vemos pasar la vida y
nuestras circunstancias como una película en cámara rápida, con la angustia de
lo que nos demanda mantenernos y estar al día con la información y los
conocimientos.
No
se trata de ganar una carrera
Si en el mundo la información inunda y desborda por
todos lados, pretender dominarla es literalmente utópico. Más aún, es una
sinrazón, dado que el 90% de toda la información existente fue creada en los
últimos dos años. Para graficarlo con total realismo, en el minuto que les ha
insumido leer lo que les estoy comentando, más de cien nuevas horas de video se
subieron a YouTube, se compartieron varios millones de posts en Facebook y se mandaron decenas de millones de WhatsApp.
Para las personas que vienen llevando adelante su
plan de carrera laboral y profesional, saben muy bien lo que estamos diciendo.
Entonces, lo que importa es entender la dinámica del cambio, que hoy está
acelerado, para poder ir tomando las decisiones que son más funcionales con la
visión de cada proyecto o plan de carrera. Así, se evitará perder de vista el
objetivo que se espera alcanzar, en el tiempo oportunamente establecido.
Cuando uno está estresado por el exceso de
información, termina por quedarse detenido. Sin embargo, intentar revertir esa
parálisis no es fácil, al tiempo que las dudas y la inseguridad complica
cualquier toma de decisión.
Hacer
las cosas, caminando
Esperar el momento de tener las cosas en orden para
avanzar, si bien era lo que se hacía y enseñaba en el ayer, ya no funciona.
¿Por qué? Porque la realidad, la vida y el mundo están en movimiento.
Lo mismo vale para las cosas probadas, las que
funcionan. El hecho que así sea para nada asegura que lo seguirán de ahora en
más; tal vez hasta ya son obsoletas y muchos no se han dado cuenta de ello. Por
tanto, debemos acostumbrarnos a construir
y destruir sobre la marcha, porque de esta forma evitaremos que los
imitadores de siempre nos hagan disminuir nuestra marcha en su propio
beneficio.
El desafío, entonces, pasa por tener básicamente en
claro lo siguiente.
- Cuál es la misión-objetivo de lo deseado para el
mediano o largo plazo. Ello vale también para un emprendimiento personal, un
plan de carrera laboral-profesional o un proyecto de Personal Branding.
- El nivel de comprensión del presente para imaginar
el futuro, a los efectos de poder anticiparse o rectificar el plan de acción
que se viene implementando, paso-a-paso, para alcanzar el logro de la misión.
-El desarrollo de nuevas habilidades y actitudes
necesarias para surfear los procesos
de cambio provenientes del contexto.
En la medida que se contemple lo mencionado y se
mantenga una actitud proactiva –imprescindible para el éxito de la misión– se
estará en mejores condiciones para la toma de decisiones más satisfactorias para el futuro
personal.
En consecuencia, para poder convivir con los cambios
e ir capitalizando sus beneficios, se necesitará disponer de un nivel de
información básica y suficiente para comprender el futuro, hoy. En la medida
que lo anticipemos, se estará en mejores condiciones para alcanzar un
posicionamiento personal superlativo.
¡El portador de Tu Marca Personal, en su rol
de gestor del cambio, podrá ir sedimentando su posicionamiento y desarrollo sin
condicionamiento alguno!
José
Podestá