La historia es útil, entre otras cosas, para darnos
cuenta que los seres humanos que trascendieron en su época y son recordados
hasta el presente, es porque hicieron algo memorable. Y lo más interesante es
que no necesitaron para ello del Personal Branding, no sólo porque no existía
esta herramienta en su tiempo, sino porque en ningún momento
hicieron-lo-que-hicieron para seducir a su “mercado objetivo”.
Esto
qué nos dice
Evidentemente hay algo que no funciona bien, a pesar
que algunos expertos en Marca indiquen lo contrario. El Personal Branding no es
un recurso para ganar visibilidad y reconocimiento personal. Pero sí es la
resultante de lo que uno es a partir
de sus obras. Por tanto, se trata de un medio que podrá brindarle a su portador
de la merecida trascendencia por su vocación, talento, estilo, creatividad y
compromiso plasmados en el trabajo o el servicio brindado.Mozart pudo hacer lo que hizo no por el apremio económico –a pesar de haber sido éste el estigma que lo acompañó a lo largo de su existencia– sino por el talento y la pasión que le imprimió a cada una de sus obras. Sin embargo, murió en la pobreza y recién después de muchos años logró ser reconocido y valorado en el mundo.
Así como Mozart fue un ilustre destacado en lo suyo, como tantos otros lo fueron desde el inicio de la civilización, en ningún momento a todos ellos se les ocurrió adoptar una actitud egoísta y aspiracional para llegar a ser una celebridad en la posteridad, más allá de las excepciones que cada uno conozca.
No
todos somos genios
Es muy bueno que ninguno de nosotros pueda ser un
doble de algún genio destacado de la historia. En primer lugar, porque somos
únicos, y también porque hemos decidido
venir al planeta Tierra para una misión específica. Además, no es la persona
quien toma la decisión de ser un talento ni tampoco la que decide ser una buena
o mala persona. ¿Por qué? Porque es algo que la razón no puede hacer; es algo
que está en nosotros y debemos descubrir.
Entonces, como no somos genios y porque mayoritariamente
tampoco tenemos bien en claro cuál es nuestro destino, es que necesitamos
indagar, en algún momento de nuestra existencia, quiénes somos y cuál es la
real vocación que nos permitirá brindar un sentido a la vida. Por lo general
no lo hacemos, pero en cambio creemos que hoy en día lo vamos a lograr
recurriendo al Marketing y al Personal Branding. Y es aquí en donde uno cae en
el error.
Para no reiterar o evitar una frustración en tal
sentido, el punto de partida está en lo ya mencionado, es decir:
- Si nada sabemos de uno mismo ni del porqué del
trabajo o profesión actual, aunque con ello ganemos un buen dinero, deberíamos
preguntarnos con total honestidad si es eso lo que justifica nuestra razón de
ser.
- Descubrir cuál es la habilidad, don o talento que anida
en nuestro ser, para plasmarlo con pasión y vocación en una tarea, profesión o
servicio que no sólo nos produzca satisfacción, dinero y disfrute por lo
realizado, sino que nuestro trabajo también contribuya al bienestar de los
demás, porque en definitiva son ellos los que nos permiten ser y crecer.
Como podemos ver, el hombre debe predisponerse en función de y reconocerse como un ser social. No porque cuente con una
legión de amigos reales o virtuales en la Web, sino por algo realmente importante:
¡Para llegar a ser persona por lo que es,
por lo que hace y por el sentido que todo ello tiene en su existencia!
De esta forma, los “otros” comenzarán a ver en uno
–y en nuestras obras– que somos seres valiosos. Entonces podrá ocurrir que
alguien que no conocemos, nos convoque en algún momento para un proyecto o algún
emprendimiento que se vincula con nuestro ser y nuestro hacer. Por tanto, el
Personal Branding no es algo que uno deba promover sino que es la resultante de
lo que verdaderamente somos, tal como Mozart lo fue en lo suyo.
¡El portador de Tu Marca Personal es un ser
muy comprometido con su trabajo-profesión, por tratarse de su vocación de vida
puesta al servicio de los demás!
José
Podestá