La cultura del compartir, de la transparencia y de
la inmediatez que ya está instalada en la vida de relación, se trasladó al
ámbito laboral. Tal vez algunos se sorprendan por ello, a pesar de la evolución
exponencial de la tecnología y las comunicaciones en los últimos años.
Saber
escuchar y motivar
Lo cierto es que la oficina ya no guarda relación
con las pautas formales y el verticalismo vigentes en el siglo pasado. Se han
derribado los silos departamentales
–verdaderos enjambres de aislación, incomunicación e improductividad– con lo
cual directivos y supervisores han quedado literalmente expuestos y “desnudos”
frente a sus empleados.
Felizmente se ha tomado consciencia que el
ocultamiento y el silencio ante los
verdaderos hacedores de la misión de la organización –los empleados– hace que
sean inviables la evolución y la permanencia en el tiempo.
La realidad impone ir haciendo las cosas sobre la
marcha, sin perder el espíritu estratégico que debería estar encarnado en todos
los empleados. Entonces, para poder ser autónomo y eficiente en el puesto que
le corresponde a cada uno, es fundamental no sólo crear e innovar desde lo
individual sino también trabajar sabiendo que se es parte clave del equipo de
pertenencia.
Si bien tenemos la sensación que el individualismo
vigente en la actualidad es mayor al de otros tiempos, esto para nada supone
que debamos permanecer aislados en la propia burbuja. Básicamente esto le demanda al emprendedor –como así
también al personal y al profesional– darse cuenta de dos requisitos clave:
- Se espera que uno mismo sea su propio “jefe”, con
el compromiso y responsabilidad que ello tiene.
- El individualismo exige que la persona sea
responsable, utilice el empowerment,
esté atento a la escucha y motive a sus prójimos a través del pensar, el sentir
y el hacer.
El
jefe, hoy
También ha quedado desdibujada la figura de la
supervisión, por las razones ya expuestas. Sin embargo, el jefe debe contar con
un perfil cada vez más parecido al del director técnico de un equipo de fútbol.
Sus intervenciones, sugerencias y directivas deben dar prioridad a la cohesión
de las individualidades, para hacerlos sentir que además de ser parte de un equipo la empresa tiene depositado en
ellos todas las “fichas” del éxito. Por tanto, más allá que a cargo del
proyecto existan empleados full time
o freelance, éstos están allí y son
parte del mismo porque han sido considerados como los mejores y los más aptos
para hacerlos realidad.
De allí que el jefe en cuestión, más allá de la
posición que ocupe, debe no sólo tener el expertise
requerido para el cargo sino también las habilidades
blandas necesarias para interactuar con las personas, estar atento a sus prioridades y anticiparles el devenir
del cambio.
De esta forma las personas sienten que mientras
trabajan la organización también hace lo suyo por ellos, al facilitarles todos
los recursos necesarios, dentro de un clima de vínculos y de relaciones tanto horizontales
como transversales.
¡El portador de Tu Marca Personal no sólo se
preparó para desempeñarse en el nuevo entorno laboral-profesional, sino que también
sabe estar muy atento a la escucha de sus prójimos!
José
Podestá