Más allá de la sentencia bíblica de tener que ganarnos el pan con el sudor de la frente
–mal interpretado por muchos como un “castigo”– lo cierto y concreto es que
todos tenemos una misión que cumplir
en la vida. ¡Para eso hemos decidido venir al planeta Tierra!
Otro dato clásico es el desafío y oportunidad
que el calendario nos presenta al inicio de un año nuevo. Aquí suele ocurrir
que, a veces, nos fijamos nuevas metas y objetivos –tanto personales como
profesionales– que luego si no somos consecuentes con ello, terminan en simples
deseos y buenas intenciones. Mientras tanto, la vida continúa.
Tiempo
de atención
Tal como ya lo hemos manifestado en otras
oportunidades, en el hoy que nos toca vivir existe algo que no cambia: ¡El
cambio! No se trata de un contrasentido ni de un simple juego de palabras.
Simplemente, lo que ocurre es que sucesos de todo tipo fluyen en nuestro
derredor de manera cada vez más rápida y en un modo permanente.
¿Qué nos dice la realidad? Que si aspiramos
alcanzar un desarrollo exitoso y con sentido
existencial, deberemos estar muy
atentos a los sucesos del mundo exterior, para no quedarnos “afuera” de todo
aquello que tiene que ver con la misión
y visión-objetivo de realización, que
cada uno se haya fijado, se trate genéricamente hablando del ámbito laboral, social
o profesional.
Al darnos cuenta del porqué nos pasa lo que nos
pasa –incluido el éxito alcanzado– uno se constituye en el artífice de su propio destino. De esta forma estaremos
capitalizando las propias experiencias en aprendizaje, aunque en algún momento
ello implique tener que remontar un fracaso.
Esta actitud, en definitiva, nos está definiendo
el tipo de persona que somos: proactiva/autónoma o dependiente de las
decisiones de terceros o del mencionado condicionamiento exterior. Pero en
absoluto supone que todos debamos ser proactivos, porque se trata de una
cualidad que sólo algunos ejercen en la vida, tal como si fuera un “mandato de
origen”. Sin embargo, en la medida que una persona dependiente tome consciencia
que para nada le gusta ser como es, con su cambio de actitud más la orientación
y un soporte terapéutico podrá “reposicionarse” ante la vida.
Creatividad
y flexibilidad
Cuando
vemos a dos luchadores o boxeadores en acción, constatamos que en los primeros
segundos están concentrados en estudiarse mutuamente. Seguramente que antes han
elaborado “su” plan de lucha, a partir de las fortalezas y debilidades que
conocen de antemano de su contrincante. Pues bien, de ello se trata cuando cada
uno de nosotros está poniendo en juego su vocación
para llevar adelante el desarrollo del plan de carrera, sea en el ámbito
empresario, cultural, profesional o comunitario.
Sabiendo el rol que tiene el cambio y la
tipología de persona que somos, intentaremos ir reduciendo el riesgo ante un
eventual fracaso, aplicando respuestas creativas o bien dotando al plan de la
flexibilidad que demanden las circunstancias. Por ejemplo, evitar la promoción
ofrecida en la empresa –aunque parezca ilógico hacerlo– porque en “tu”
estrategia personal tienes una visión
holística sobre el lugar-meta al que quieres llegar. Entonces, considerarás
que es preferible hacer un movimiento lateral para aumentar “tu” experiencia,
con lo cual ello puede hacer que te vuelvas más atractivo como candidato a una
promoción futura.
Entonces, es importante realizar “sintonía fina”
frente a las señales del contexto, de modo de no llegar a sucumbir en algún
fracaso por haber pretendido escalar alguna posición o llevar adelante un
proyecto sin estar seguro o adecuadamente preparado.
Es por ello que en materia del Personal Branding
es fundamental respetar los pasos constitutivos de su desarrollo y
posicionamiento, los que a su vez sirven para que cada uno de sus titulares no
ponga en riesgo su misión y proyecto de vida.
¡El portador de Tu Marca Personal es un ser
que también se preparó para saber “surfear” frente a los
sucesos, las crisis y el éxito laboral-profesional!
José Podestá