En el presente mundo de las dualidades y de los
contrastes, se nos recuerda que el hombre en su ser social –pero vemos cada vez más individualismo– o que es
fundamental trabajar en equipo –mientras
se expanden los desarrollos unipersonales. Sin embargo, no todo pasa por los
extremos.
Datos
de la realidad
Lo que está en claro es que no podemos vivir
aislados y que nos debemos a nuestros prójimos, por más que la realidad o determinados
sucesos políticos y policiales nos muestren otra cosa. Así como nuestro
organismo no está exento de contraer una enfermedad, también vale su extensión
a lo social; prueba de ello son los móviles extremistas y fundamentalistas que
vienen ocurriendo en el mundo.
Lo importante, entonces, es evitar la generalización
del mal –más allá de ser un impulso que está instalado en la Tierra desde los
orígenes de la civilización. Incluso se da en el comportamiento irresponsable,
tóxico y antisocial que muchas veces trasciende desde el ámbito de las organizaciones;
incluso en términos de corrupción y vaciamiento.
Más aún, hasta podemos en algún momento
sorprendernos de nuestra actitud y comportamiento totalmente irracional frente
a determinados actos o sucesos. Luego y en la medida en que seamos conscientes
de ello, es muy saludable que nos cuestionemos por lo realizado y pidamos las
disculpas del caso.
Así es como estamos expuestos ante la realidad y es
bueno no olvidarnos que somos seres imperfectos y muchas veces impredecibles.
Por tanto, es importante en nuestro devenir tener en cuenta que no somos
autosuficientes –aunque se trate del caso de un reconocido exponente del
Personal Branding.
No
estamos solos
Acabamos de señalar que el caer en los extremos para
nada es saludable ni inteligente. Pero tengamos cuidado también con aquellas premisas
o invocaciones a ir juntos, hacerlo juntos o hablar del nosotros. ¿Por qué?
Porque nosotros no es un punto de
partida sino de llegada. Es decir, el punto en el que se han encontrado un yo y un tú que no sólo se han identificado sino también aceptado como
tales. Pero manteniendo las diferencias personales.
Para poder llegar a esta meta saludable es importante
no perder nuestra impronta personal. Al respecto, recordemos que en la sociedad
y en las organizaciones está vigente la tendencia de uniformar al ser humano y de reducirlo, a veces, a la condición de un objeto de descarte,
rebaño o clon. De allí que el Personal Branding surja por el opuesto, para que
aquel que no desea ser víctima de tal manipulación, se ocupe por dejar la huella de sus obras, al tiempo que los va
“donando” en beneficio de sus prójimos.
Entonces, cuando una persona tiene definida su visión y se pone en marcha hacia ella,
sabe que necesitará también del otro –se trate de su pareja, socio o
colaboradores. Sin embargo, cada uno conservará sus rasgos e identidad propia,
porque de lo que se trata es de hacerlo juntos
y no por interés o manipulación del otro.
¡El portador de Tu Marca Personal, más allá
del ámbito en donde lleva a cabo su vocación, sabe muy bien que debe hacerlo
junto a sus prójimos, por ser éstos los destinatarios naturales de su
compromiso y legado!
José
Podestá