Así como uno de los orígenes de la marca comercial
partió de la necesidad de “marcar” el cuerpo del ganado, para evitar su
posterior confusión o pérdida cuando éstos se mezclaban con los animales de
otras haciendas, el ser humano también cuenta con su “propia” marca al momento
de nacer: el nombre y apellido que lo individualizará y acompañará en la vida.
Con el devenir de los años, el individuo podrá hacer
honor de su Personal Branding, a partir de su misión –razón y motivo de su existencia – y de la vocación –carrera laboral o profesional
que eligió llevar adelante para alcanzar el objetivo de su misión. En la medida que tanto la misión como la vocación
se encuentren alineados, el ser humano percibirá que sus obras –cualquiera sea
la especialidad y el ámbito en donde las realice– tienen y le brindan un sentido a su vida.
Hacer
y algo más
Pero no siempre los seres humanos logran ser tenidos
en cuenta o alcanzan sus objetivos en la medida deseada. En ello pueden incidir
múltiples factores, tanto internos como los provenientes del mundo exterior.
También es cierto que no todas las personas saben acerca
de los “beneficios” del Personal Branding, ni viven pendientes de sus consecuencias.
Otros, en cambio, creen que si no tienen un excelente nivel de visibilidad en
las redes sociales, difícilmente puedan obtener un buen trabajo.
Por supuesto que tal grado de dificultad o de
desorientación no es afín a todas las actividades. Mientras se ha tornado en
crítica en el ámbito laboral de las organizaciones –debido a las crisis recurrentes, la
reducción del plantel de empleados o la incorporación paulatina pero expansiva
de la robótica– también ocurre en las profesiones tradicionales, por incidencia
de la sobreoferta de graduados y el bajo nivel de conocimiento diferencial que
éstos presentan.
Sin embargo, en el ámbito de la cultura y de los
oficios, el grado de individualización de sus referentes no resulta ser tan
vulnerable como en el caso anteriormente señalado. ¿Por qué? Tradicionalmente
quien se “orienta” hacia este tipo de actividad es porque cuenta con una cierta
“habilidad-talento” que, de saber darle una impronta personal, logrará
proyectarla satisfactoriamente en su Personal Branding.
Cuando uno escucha a un músico, observa una pintura,
lee a un escritor o se interesa por las obras de un artesano, de inmediato se
logra percibir que esa persona no sólo cuenta con una habilidad-talento en lo
suyo, sino que además destila otros “valores” y una “pasión” en todo lo que hace y cómo lo hace. Además, no
existe en la mayoría de estas personas una obsesión por su Personal Branding
–no viven pendientes de ello– pero sí en la energía puesta en la actividad que
realizan, por considerarlo que así están compartiendo y brindando “su” tributo
a sus semejantes.
Tal actitud es de por sí muy digna de ser tenida en
consideración. Seguramente alguno de ustedes tuvo la oportunidad de escuchar
que la mayoría de los “expertos” en Personal Branding o en Estrategia Personal,
insisten en que hoy es fundamental contar con dicho atributo, porque se trata
de “una tarjeta de presentación al momento de postularse a un empleo, crear una
empresa o acceder a una nueva posición”. ¿Qué están los “expertos” persiguiendo
con ello? Intentar crearles a ustedes la “necesidad” para que se animen a
contratarlos, “ya”.
Así
no funciona
Cuando uno observa que la mayoría de los animales
que están pastando en el campo son de color negro, marrón o blanco y negro,
poco y nada ayuda ese paisaje para despertarnos el interés ni la atención. Pero
si en ese momento logramos divisar que dentro del “rebaño” de iguales hay un
animal de un color diferente, ahí sí que nos produce un impacto visual.
Algo similar es lo que les sucede a los que trabajan
y viven de la cultura o de un oficio. Estas personas tienden a trascender
porque antes de dedicarse a esa “profesión”, realizaron de un modo probablemente
“intuitivo” una pre-tarea que es
clave y fundamental para el posicionamiento y el desarrollo del Personal
Branding. La misma tiene que ver con lo que habíamos mencionado al principio,
es decir, con la misión y la vocación. Gracias a ello es cómo estas
personas logran trascender en el arte o en los oficios, porque no sólo es lo
que los vincula con su misión en la
vida, sino que además les brinda un sentido.
Pero no podemos decir lo mismo de la mayoría de las
actividades y profesiones. ¿Por qué? Porque quienes habitualmente se dedican
directamente a trabajar, lo hacen por necesidad y por estar persuadidos que “de
algo hay que vivir”. Aquellos que optaron en su elección por una profesión,
suelen partir mayoritariamente por descarte –“a mí no me gusta las matemáticas”,
“no estoy dispuesto a estudiar demasiado”, etc.– por influencia de algún familiar o amigo,
porque se trata de “la profesión del momento” o es una “estupenda carrera para
ganar dinero”. Entonces, si no se tiene bien en claro qué es lo que debo hacer en la vida y cómo lo llevaré a cabo, difícilmente esa persona logre trascender,
no porque no fuera capaz de construir su Personal Branding, sino porque careció
de la vocación, la motivación profunda y la posterior pasión en hacer aquello que sus prójimos
esperaban de él.
¡Posicionar y desarrollar Tu Marca Personal
es una tarea-oficio de tipo “artesanal”, que su portador la va gestando a
partir de la “calidad” y el “amor” que
impregna a su trabajo, para beneficio de sus destinatarios!
José
Podestá