Así como hemos aprendido que el ser humano es único
e irrepetible, también sabemos que necesitamos del otro –nuestro prójimo– para
alcanzar nuestra realización. Por otra parte, estamos en un momento histórico
que se caracteriza por la práctica de una exacerbada individualidad, lo que
pone en duda nuestro ser social, al
tiempo que postergamos a nuestro prójimo en función del “tiempo” o de las
“ganas” que tengamos en prestarle la debida atención. La mayoría de los seres
humanos tienen hoy un fuerte sentimiento yoico
que los está llevando, lamentablemente, hacia la aislación y el egoísmo.
No
se trata de educación
Seguramente que nada de lo mencionado ha sido “aprendido”
en la escuela, ni posiblemente de nuestros padres. Entonces, ¿a qué se debe?
Fundamentalmente a impulsos externos –algunos prefieren denominarlo
“tendencia”– que impactan en la cultura de la época; en el ayer fueron de otras
características. Sin embargo, esto no nos exime de estar atentos para saber –e
incluso “entender”– lo que nos viene sucediendo; pero como hace al ejercicio de
nuestra libertad, no a todos les importa de similar manera.
Ahora bien, si esta realidad la conectamos tanto a nuestro
proyecto laboral-profesional como al Personal Branding aspiracional, no dejan
de ser importantes, porque de lo que se trata es poder llevar a la acción la vocación que consideramos es la que le
terminará brindando un “sentido” a nuestra existencia terrenal.
Saber
lo que está dado
Los pilares del entorno económico han sido resumidos
hace bastante tiempo por los “otros”, en dos premisas básicas: el beneficio
–derivado de la expresión homo economicus–
y de la competencia. Esto sí nos lo han enseñado en la escuela y posteriormente
ampliado en la universidad. Pero reitero, es algo que nos viene “impuesto” y se
lo termina aceptando como “verdades” absolutas. Sin embargo, no hace a la
esencia y razón de ser de nuestra existencia, sino a dos serios condicionantes
que, si no tomamos plena consciencia, terminarán “encorsetándonos” para
beneficio de los “otros”; en ello también gravita el presente y agotado sistema
capitalista que, con sus crisis recurrentes, nos viene alertando que ya no da para
más. Al respecto, hacia la mitad del presente siglo dejará de ser el paradigma
económico dominante.
Como podrán intuir, tanto el beneficio, la rentabilidad
o maximización de las ganancias, por un lado, y la competencia, por el otro,
son premisas ajenas, excluyentes y condicionantes para el ser humano, pero que terminan
incorporándolo como una pieza clave al sistema. Si bien es muy razonable que
alguno de ustedes piense que se trata de sucesos de la realidad con los cuales
uno tiene que “convivir” e interactuar, es importante no desconocerlos pero
tampoco aceptarlos como una verdad revelada, sino como algo impuesto por
“aquellos” que les interesa que el mundo sea así.
La realidad en los tiempos que corren nos señala,
por ejemplo, que la cooperación es
más beneficiosa que la competencia, y que el crecimiento potenciado por la
teoría económica, no es lo mismo que el desarrollo.
Por tanto y haciendo uso de la mencionada libertad, en los últimos años vienen
surgiendo “brotes” de cambio frente al deteriorado sistema económico
tradicional, de la mano y visión de personas que aspiran a otro paradigma más
equitativo para la comunidad, la sociedad y el mundo.
No dejan de ser muy alentadores los impulsos que
emanan de estas personas que tienen otra mirada del “sistema”, a partir de un
mayor compromiso social hacia sus
prójimos. Veamos algunos ejemplos de las nuevas economías de focos diversos que
vienen surgiendo:
- Comunitaria.
- Verde o del medio ambiente.
- Colaborativa. Hoy más difundida por la aparición
de emprendimientos como Uber, Airbnb y el coworking,
entre otros. Esta economía se basa en la confianza.
- Ética. Por ejemplo, bancos que garantizan el uso
del crédito a personas o instituciones que tienen fines éticos. Al respecto,
¿saben a quiénes el banco le presta el dinero que ustedes depositan en sus
cuentas corrientes o de ahorro?
- Azul. Potencia a la economía verde, aprendiendo a
partir de los efectos generados por los ciclos de las estaciones y de los
astros. Pone el foco en la naturaleza porque en ella no existe la basura; somos
nosotros los que la creamos, diariamente.
- Del bien común. Da prioridad a la fabricación y
comercialización de productos que tienden al bien de las personas y del medio
ambiente.
- Providencial. Transforma el deseo de poseer por el
de compartir.
Estos impulsos de cambio que se van presentando son
una clara respuesta alternativa de solución a la economía capitalista que sus
“viejos” simpatizantes insisten en hacer perdurar, a pesar de saber que ésta ya
no tiene futuro; la misma realidad lo está demostrando.
¿Y
el Personal Branding?
Si bien la mayoría de los interesados en el
desarrollo de su Personal Branding lo hacen poniendo el foco en la carrera
laboral y profesional –tanto en el ámbito de las organizaciones como en las
actividades independientes– ello no es de por sí excluyente. ¿Por qué? La
respuesta, más allá de lo comentado en esta columna, está en el proceso mismo
de la evolución humana, motivo por el cual el Personal Branding no se limita ni
se agota en el mundo de las organizaciones tradicionales, a pesar que la
mayoría de la bibliografía existente parte de dicho ámbito.
Entonces, considero que el enunciado de algunas de
las aperturas económicas mencionadas son bastante motivantes para hacernos
“pensar” o “repensar” que la misión y
la vocación no tienen, necesariamente,
que agotarse en lo conocido y habitual.
¡El portador de Tu Marca Personal es también
un “agente de cambio”, a partir de la contribución e innovación que puede
aportar en lo suyo, para beneficio de sus prójimos y de la sociedad en general!
José
Podestá