Algunas personas consideran que en lo
laboral-profesional se encuentran ante una realidad a la que no le ven
alternativa ni solución de salida. Es el caso de aquellos que han quedado
expuestos al “techo de cristal” o bien dependen de un jefe que les dificulta el
desarrollo del proyecto personal. Pero ante el reclamo que hacen por ello,
suelen ser habitualmente “retenidos” con atractivas promesas.
Qué
es lo más conveniente
Todo cambio o decisión personal de importancia
conlleva una serie de dudas e incertidumbres. Y no está mal que así sea, sobre
todo cuando la misma tiene que ver con el “plan de carrera”. Además no a todos
les resulta fácil el tener que asumir riesgos, especialmente cuando las
condiciones del contexto no son las más propicias.
El hecho que algunas personas no tengan
inconvenientes en hacerlo, tiene más que ver con su tipología de personalidad y
carácter. Y si a alguno le llega a ir mal, no se repliega ni frustra por ello,
sino que sigue intentándolo hasta lograr el objetivo.
Frente a esta realidad, está el otro gran porcentaje
de personas a las que también por su tipología de personalidad y carácter, les
cuesta “decidirse” por el cambio. Pero cuidado, no por ello necesariamente
deberán tener que resignarse frente a las restricciones provenientes de la
organización o de terceros.
Por otra parte, la solución no siempre proviene del
exterior. ¿En qué sentido? Siempre que uno quede expuesto ante una crisis, es
necesario y oportuno formularse y responder algunas preguntas centrales, como
ser:
- ¿Lo que me ha sucedido es un “llamado de atención”
–por ejemplo, que por allí no está el camino que debo seguir recorriendo en
esta etapa de mi vida– o bien es una situación coyuntural, fruto de los errores
económicos cometidos por la dirigencia gobernante?
- ¿Lo que vengo haciendo o intentando hacer responde
a la misión de aquello que
“realmente” debo concretar en la vida?
- ¿El cambio que aspiro realizar es funcional con la
etapa biográfica en la que me encuentro actualmente?
- ¿Estoy convencido que es ésta mi vocación, expresada en la profesión que
ejerzo o en la carrera laboral que deseo llevar a cabo?
Una vez que uno tiene en claro en dónde “está parado”
frente a su circunstancia existencial, seguramente que podrá asumir o generar
el cambio en línea con su proyecto de vida. Incluso, para las personas que les
cuesta tomar la decisión, ya no les resultará tan difícil el poder llevarla a
cabo, porque ahora cuentan con las “certezas” que emanan de su voz interior.
Así es como vamos descubriendo que nuestro desarrollo
personal, profesional y social se compone de una serie de actitudes y decisiones
que vamos tomando frente a las diferentes etapas de la vida. Por tanto, no es algo
que podemos ni debemos depositar en otras personas u organizaciones, por la sencilla
razón que éstos nada tienen que ver con nuestro destino.
En consecuencia, no se trata de quedarnos estancados
en un trabajo o profesión que no nos gusta, ni mucho menos en una vida que no
nos hace felices.
Las
decisiones del pasado no se pueden cambiar
Te puedes llegar a quedar “atrapado sin salida” con
las decisiones del pasado que te han llevado a la situación actual. Pero como
lo que cuenta es el presente y el futuro, tienes la oportunidad de tomar las
“riendas de tu vida” y hacerte cargo de tu destino; recuerda que esta
responsabilidad jamás deberás “cederla” a nadie. A partir de allí, todo lo que
hagas o no terminará también incidiendo en el desarrollo de tu Personal
Branding.
Tampoco tiene sentido el vanagloriarse por las cosas
fabulosas realizadas en el pasado, porque tal como lo dicen los chicos: ¡Ya
fueron! Básicamente son hitos de un tiempo existencial, cultural y biográfico
acordes con el espíritu de esa época que, por cierto, ya no es el mismo de la
actualidad.
El
futuro no se puede adivinar
Quizás por ello no sea tan creíble la “bola de
cristal” ni la “adivina” que dice ver e interpretar el futuro. Pero sí lo
podemos comenzar a “visualizar” a partir de la información y de las tendencias
que emanan del presente; de nuevo, estamos ante un trabajo personal que es
fundamental para la planificación de las competencias que deberemos adquirir
para poder avanzar, satisfactoriamente, en “nuestro” camino.
Pero en este camino –que es el conducente hacia el
logro de nuestra misión– no deberemos
de olvidarnos de los prójimos. ¿Por qué? Porque en esta vida también estamos
“en función de”, es decir, destinando gran parte de nuestros frutos para el
beneficio y la participación de nuestros semejantes. De allí que no deberíamos
dejar de lado la práctica de la creación
colaborativa, porque gracias a ella vamos a poder crear y hacer crecer
bienes comunes, con la participación de otras personas.
¡El portador de Tu Marca Personal es valorado
y reconocido no sólo por lo bien que hace lo suyo, sino por el sentido y el beneficio
que todo ello tiene para la comunidad en general!
José
Podestá