Uno puede estar trabajando en una organización o
brindando un servicio profesional, pero no por ello estar satisfecho con lo que
se hace. Más aún, hay quienes tienen un hobby
y sienten que eso es realmente lo que les gusta hacer, pero no les da para
poder vivir ni mantener a una familia. Frente a ello: ¿Qué se hace?
Partiendo
de la vocación
En algún momento una alta mayoría, en la que me
incluyo, estuvo trabajando o haciendo algo que no era de su entera satisfacción.
Pero aquí no está el problema, sobre todo cuando uno tiene la necesidad de
generar ingresos para cubrir sus gastos y responsabilidades. Lo importante es
tenerlo en cuenta e ir arbitrando, en paralelo, la búsqueda de una solución que
guarde relación con lo que a uno realmente lo motive o sienta que debería hacer, porque es lo que su voz interior se lo viene diciendo o
“recordando”.
Lo mismo vale para aquellos que se encuentran
estudiando una carrera universitaria, que tampoco es de su agrado. Aquí uno se
podrá preguntar: ¿Para qué la elegí? ¿Para qué estoy perdiendo el tiempo?
Seguramente que no existe una respuesta única, sino la combinación de varias
circunstancias que los llevó a tomar una decisión incorrecta.
En ambos casos y si uno es consciente de ello, ya
tiene acotado el cincuenta por ciento del problema. Resta ahora ponerse a la búsqueda
de la mejor solución, la que sin lugar a dudas estará circunscripta en la vocación que le permita llevar a cabo la
misión de su destino en la vida.
En la medida en que uno logre “alinear” la vocación con la misión, estará posibilitando el paulatino desarrollo de su Personal
Branding. ¿Por qué? Porque…
- Habrá delimitado el terreno en el que desea
trabajar o ejercer la profesión, y con ello poder enfocarse en la construcción
de su identidad profesional.
- Se produce una mutua influencia entre la persona y
su ámbito laboral-profesional.
Por otra parte, al poner en claro los objetivos las
personas pueden pensar sobre sí mismas, tomando también distancia para
encontrar sentido en lo que hacen.
Esta “acción reflexiva” es resultado de
la interacción del individuo con su entorno laboral, además de potenciar el
valor de la evolución, el desarrollo y el descubrimiento a partir de la
experiencia.
En el opuesto, la “acción irreflexiva” funciona como
una actitud elusiva, en donde el peso de la responsabilidad nos lleva a:
1. No pensar en el “por qué hacemos lo que hacemos”.
2. Realizar un diagnóstico incorrecto –por ejemplo,
en la carrera laboral-profesional.
3. Responder o actuar muchas veces en forma
“automática” a los desafíos que debemos afrontar.
Asimismo, la reflexión sin acción inmoviliza y hasta
es conducente a que la persona lleve a cabo un análisis interminable, que luego
culmina demorando o postergando los pasos concretos que se deberían dar. Cuando
la reflexión es paralizante puede esconder una falta de compromiso con la acción, hecho fundamental en toda
carrera laboral-profesional.
Volviendo al tema de la identidad profesional, tengamos en cuenta que va cambiando en la
medida del desarrollo personal y laboral, para luego verse reflejada en el
Personal Branding. En consecuencia, la identidad profesional refiere a un
concepto puente –porque corresponde
al doble dominio de la persona y el trabajo-profesión– y dinámico –porque se va transformando de acuerdo con el desarrollo y
maduración de la persona o los cambios en los roles que desempeña.
La
estrategia adecuada
El cambio de trabajo-empresa es especialmente conveniente
cuando uno no comparte la cultura de la organización, el ambiente-clima de
trabajo o no brinda perspectivas acordes con el plan de la carrera
laboral-profesional. Por supuesto que hoy en día no es frecuente que una
persona permanezca en la misma empresa a lo largo de su carrera, pero sí lo era
en el pasado; hubo casos de empleados que ingresaron en el puesto de cadete y
llegaron con el tiempo a ser excelentes CEO o gerente general.
No obstante, los cambios laborales parecieran ser
buenos hasta cierto punto para la carrera, pero llega un momento en que el
profesional necesita estabilizarse para comenzar a focalizar sus metas hacia
aquellos puestos de relevancia que le resulte “funcional” con los objetivos de
su plan personal. Como podrá inferirse, no estoy aludiendo al plan que la
empresa “tiene pensado” para el empleado, sino al diseñado por el propio individuo.
En cuanto al nivel aspiracional dentro de la organización,
los requerimientos básicos a tenerse en cuenta, son:
- Área divisional o de dirección media.
Requiere que el profesional se vaya desarrollando desde su actual posición
inferior, sumando conocimientos en áreas diversas hasta alcanzar un sólido expertise. En su desempeño logrará
generar un mayor o menor impacto entre sus pares, en función del estilo que le
imprima a la gestión; aquí ya se encuentra su Personal Branding en acción.
- Dirección Top. Se llega a la cima a partir
de una carrera consolidada en donde las “habilidades blandas” –empatía,
inteligencia emocional, capacidad de liderazgo– sean un factor clave, como así
también la impronta personal –el estilo, coraje, principios morales, perseverancia,…
Un dato a ser tenido muy en cuenta y que no debería
soslayarse tiene que ver con el contexto y la velocidad del cambio. ¿En qué
sentido? Simplemente con el estar preparado de verse “sorprendido” con el
despido, ya sea a raíz de una crisis o por “movimientos” internos. Lamentablemente
se trata de un suceso que ha pasado a ser bastante frecuente en la actualidad, como
así también el nivel de rotación llevado a cabo tanto por el empleado como por
el ejecutivo.
En la medida que la persona haya sido consecuente
con “su” plan de carrera laboral-profesional, estará enriqueciendo su Personal
Branding de tal forma que éste comenzará a “hablar por él”, convirtiéndose así
en el “otro”, es decir, en su mejor aliado para afrontar las crisis imprevistas
o bien en el “doble” que se va consolidando en las etapas del camino que viene transitando.
¡El portador de Tu Marca Personal sabe que
necesariamente deberá enfrentar imprevistos, asumir cambios o bien generarlos,
no sólo en pos de su carrera profesional sino también por la repercusión que
todo ello pudiera tener en sus prójimos!
José
Podestá