Entrenar y Hacer

21 marzo 2010 ·

Se trata de algo vital y básico para poder hoy avanzar en el complejo y competitivo ámbito laboral. Si bien la palabra entrenar asocia y vincula con el rol que cumple el coach en el campo deportivo – asistiendo al deportista para que alcance los resultados esperados– cuando trabajamos para el posicionamiento y desarrollo de Tu Marca Personal, el entrenar tiene otro significado: Se trata de ser consecuente, en el tiempo, con la puesta en práctica del atributo de valor que hará único y diferente a esa persona ante el ámbito de su interés o relaciones.

El entrenamiento-práctica de una habilidad o talento es clave. Hasta los genios lo saben y practican a diario. Un músico, escultor, pintor, investigador, etc., necesita ejercitar su don o talento en forma diaria e intensiva, para no perder su estilo y forma. Por tanto, lo mismo vale para el resto de nosotros –los no genios– que aspiramos también a llegar a ser valorados y reconocidos por el estilo y habilidad que nos identifica en nuestro quehacer diario.

Para saber cuál es la habilidad o talento que más importa en la construcción del Personal Branding, se necesita entre otras cosas tener bien en claro lo siguiente:

1. El mercado objetivo o ámbito en donde se tiene previsto trabajar o ejercer la profesión.

2. Qué es lo que dicho mercado necesita o espera recibir de uno, sabiendo que ya hay otros competidores que seguramente se nos han anticipado o bien intentan hacer algo parecido. Más que ofrecer y hacer más de lo mismo, lo importante radica en darnos cuenta de qué atributos diferenciales y de valor realmente el mercado está necesitando, para luego indagar en uno mismo cuál es el que realmente nos resulta más accesible o funcional.

3. Recién ahora viene la puesta en práctica-entrenamiento de esa habilidad. Aquellos que se encuentran mejor “entrenados” serán los que logren antes los mejores puestos y beneficios.

4. El entrenar y el hacer se van retroalimentando sobre la marcha. Ambos son consecuencia de la tarea-servicio que recepciona y valora nuestro mercado-objetivo y por el cual ese individuo optó para dejar de ser, en el tiempo, una marca blanca.

En consecuencia, antes de hacer algo vinculado a Tu Marca Personal, es necesario concentrarse en:

a. Quién es mi cliente, aunque se trate de un trabajo en relación de dependencia.

b. Qué atributo, habilidad o talento habrá que privilegiar, independientemente del conocimiento, experiencia, idiomas y nivel académico que se disponga, para satisfacer al mercado-objetivo.

c. Cuál es la estrategia personal que permitirá poder alcanzar la visión de Tu Marca Personal. Recordemos que la visión es la imagen bien realista –con los pies en la tierra– que se tiene de uno mismo pero para dentro de un tiempo determinado. Por ejemplo, si acabo de finalizar un MBA en Negocios, en qué empresa y posición hoy me fijo como objetivo estar desempeñándome dentro de tres o cinco años. Y en función de ello, diseñaré la estrategia “realista” que me permita alcanzar la visión dentro del plazo previsto.

Todo este hacer preliminar tiene, en esta etapa, mucha importancia. De allí que de la objetividad, dedicación y perseverancia destinada dependerá el futuro posicionamiento y el “nivel de calidad” de Tu Marca Personal.


José Podestá

 

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