Mi Proyecto No Funcionó

10 octubre 2010 ·

Si el mundo de los Negocios muestra fracasos, por qué no tendría que suceder algo similar en lo personal. ¿Significa que uno hizo todo mal? ¿Acaso el Personal Branding no es una solución oportuna para construir el posicionamiento correcto?

Cuando algo sale mal, suele observarse dos tipos de reacción:

a. La pesimista- que lamentablemente suele tener mayoría de adeptos– en donde uno se recrimina por lo ocurrido y buscar al culpable afuera de uno.

b. La optimista –con los pies en la tierra– que trata de precisar en dónde estuvo el error para sumarlo como aprendizaje y ponerse, de inmediato, a rectificar el rumbo.

Ambos comportamientos funcionan, incluso, en los sucesos cotidianos de menor importancia. Entonces, ello nos dice algo a tener en cuenta: La reacción ante el fracaso –incluso el éxito– tiene siempre un contenido emocional. En la medida en que uno no se de cuenta de ello, sobretodo cuando el proyecto no funciona, se corre el riesgo de acrecentar el problema o terminar adoptando una solución quizás no demasiado feliz.

¿Qué es lo primero a tener en cuenta?

No perder el tiempo en buscar el “fantasma de la desgracia” pero sí disponerse a revisar todos los eslabones considerados en el desarrollo de Tu Marca Personal.

Esta revisión-análisis, al contrarrestarla con lo ocurrido, permitirá detectar con objetividad las razones y causas del fracaso. A partir de este “darme cuenta” es cuando se podrá capitalizar los errores y así estar en mejores condiciones para volver a la acción.

Seguramente que alguno de ustedes pensará que ello no es nada fácil, y mucho menos ver las causas de la forma tan simple como se intenta aquí insinuar. Sin embargo, es muy conveniente no olvidar que el ser humano tiende a complicar hasta las cosas más simples. Incluso, muchas veces hasta pretendemos adoptar posturas muy “racionales” cuando en realidad nuestra mente funciona por “obviedad”, odia la confusión que producen “las razones” y es fundamentalmente emotiva.

¿Cómo se procede después?

Una vez que uno logró quitarse la viga que tenía en la vista, porque no permitía ver con claridad el motivo del fracaso, se estará entonces en condiciones de replantear integralmente el proyecto personal. Si el problema fue, por ejemplo, que el mercado-objetivo no era el correcto o que para el mismo no le resultaba relevante ni interesante las habilidades y estilo de gestión que se llevaban a cabo, seguramente que se necesitará precisar muy bien quién es mi mercado para luego reconstruir, hacia atrás, los pasos conducentes que hagan viable el nuevo abordaje.

También podría haber sido la causa del problema una total carencia de interés para los destinatarios del proyecto personal en cuestión. En este caso, es la realidad la que nos está diciendo que llegó el momento de “reinventarse”. Ello para nada era común en época de nuestros abuelos o padres, en donde ser médico, abogado o arquitecto equivalía a un “pasaporte seguro” para toda la vida. ¡Hoy ya no es así! Debemos entonces estar muy atentos y predisponernos, con anticipación, para hacer el cambio de rumbo adecuado, en el momento oportuno, sacando ventaja de ello con total convicción.

¡Aunque el proyecto personal deje de funcionar en algún momento, aquellos que ya están transitando en el desarrollo de Tu Marca Personal serán los que llegarán a capitalizar, en menor tiempo, un reposicionamiento eficaz!


José Podestá

 

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