Se Vienen los Robots

11 septiembre 2011 ·

Siempre hubo polémica acerca del rol que le cabe a una empresa como generadora de fuentes de trabajo. Algunos sostienen que ello debe ser así mientras que otros lo ven hasta como un “mal necesario”. Lo cierto es que si en el planeta tierra todos evitaran tener empleados, seguramente que tampoco habría empresas sustentables por no disponer de un mercado que justifique su misión y razón de ser.

Es preocupante lo que está haciendo al respecto la empresa taiwanesa Foxconn, productora del iPhone de Apple. En la actualidad cuenta con 10,000 robots pero tiene previsto sumar 290,000 en 2012 y poder así llegar al 2014 al millón de robots para suplantar a una cantidad equivalente de empleados. ¿Cuál es el racional de tal decisión? El argumento ya trillado de reducir gastos, mejorar la eficiencia y eliminar los trabajos simples y de rutina.

Sin embargo, el refrán popular “quien siembra, cosecha” es lo que la empresa Foxconn viene mostrando a la comunidad, a partir de la ola de suicidios de sus empelados en los últimos meses. Evidentemente, estas lamentables señales parecen ser que para algunos empresarios no son relevantes ni dignas de consideración.

Creer que la gente debe existir para consumir, especialmente mis productos-servicios, es propio de seres doblemente irresponsables. La economía no cierra, al menos hasta ahora, sólo con la variable consumo.

Sin dudas que Foxconn es un caso-ejemplo extremo. Nadie discute que la robótica es un recurso complementario que hace a la eficiencia y la productividad, además de ser muy conveniente en actividades de riesgo o extrema dificultad. Lo malo es cuando se la termina asumiendo como un fin e ideal meta frente al empleado. No porque estemos “condenados” a trabajar tal como lo establece la sentencia milenaria de “te ganarás el pan con el sudor de tu frente” sino porque el trabajo, cualquiera sea su móvil, es inherente al crecimiento integral del ser humano.

El conocimiento como insumo-valor

Ejemplos como Foxconn siempre habrá porque existen emprendedores con carencia de sentido común y amplitud de criterio, tal como también ocurre en la sociedad. Como contrapartida, es muy relevante el número de empresas –de todo tipo y tamaño– que en la presente década han descubierto el rol central que tiene el empleado en una organización como “proveedor” de conocimientos, creatividad e innovación.

La sobreoferta de productos-servicios existente, sumada a la gran similitud y prestaciones, terminó licuando el factor de diferenciación que durante décadas caracterizó a las marcas. Ante tal comoditización, la ventaja competitiva que caracterizaba a las propuestas y soluciones de una empresa, ha debido migrar hacia el conocimiento e integrarla como propuesta de valor.

Para los que se encuentran identificados con la necesidad de posicionarse en una actividad-meta, la comoditización derivada del título de grado o posgrado también es una preocupación. ¿Por qué? Porque las empresas vienen haciendo los mayores esfuerzos para ser reconocidas y aceptadas frente a clientes cada vez mejor informados y en ejercicio del poder, motivo por el cual necesitan sumar gente con talento y empowerment en todas las áreas.

El rol del Personal Branding

El perfil requerido del empleado, desde la mirada de una organización, hoy es un recurso escaso. Si bien hay legiones de profesionales para cualquiera de las áreas o departamentos de la empresa, éstas tienen grandes dificultades para lograr el personal adecuado. La mayoría disponible de los que se postulan piensan, creen y actúan uniformemente, tal como si fueran “robots”.

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José Podestá

 

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