El Cambio Esperado

18 diciembre 2011 ·

Una expresión popular dice que cuando al país le va bien, a uno también le puede ir bien. Por tanto, en la medida que exista previsibilidad en los acontecimientos, estabilidad político-social y un crecimiento económico razonable, es altamente probable que la mayoría de los ciudadanos puedan capitalizar y ser, en lo suyo, un caso concreto de bienestar.

¿Por qué se piensa así?

Porque en décadas pasadas tal manifestación fue sentando precedente de ocurrencia y confirmación. Sin embargo, en la nueva economía no todas las reglas de oro del ayer siguen funcionando. Por supuesto que esto no significa no creer en las instituciones o dejar de ser razonablemente optimistas. Pero sí es importante darnos cuenta que los procesos de cambios permanentes a los que estamos expuestos y los avances tecnológicos aplicados en múltiples disciplinas, hoy no se traducen en las mejoras personales que, seguramente, todos aspiran y desean alcanzar, incluso en el ámbito laboral-profesional.

¿Qué nos dice el hoy?

Si la réplica del bienestar no se da en la medida e intensidad deseada, seguir esperando por ello no tiene sentido. Significa, entonces, que la fórmula mencionada al principio no debiera ser un factor de consideración, por la sencilla razón de haber quedado afuera de nuestras posibilidades.

En consecuencia, si del contexto uno ya no puede depender, se necesitará ser uno mismo un factor de cambio. Esto implica ponerse a trabajar en la definición y planificación de un proyecto, a partir del cual se deja de lado el anterior paradigma-modelo de la relación de dependencia.

Por supuesto que aquellos que tienen la posibilidad de realizar su carrera profesional en una empresa, y están convencidos de ser ésta la mejor opción para el logro de su visión, será perfectamente válido continuar por dicha senda. Pero en el caso de la gran mayoría que hoy siente peligrar su estabilidad laboral, por las razones de contexto ya mencionadas, o bien están en la búsqueda infructuosa de un empleo en una organización, quizás lo razonablemente prudente sea salirse de ese círculo vicioso y pensar en una solución diferente.

Yo SA

Ya hemos mencionado en otras oportunidades que los tiempos imponen pensar y afrontar, con realismo y decisión, la búsqueda de una actividad-profesión independiente como solución-respuesta a la escasa oferta laboral existente, incluso a nivel global. Ello no excluye que uno llegue a trabajar para una empresa, pero en este caso lo estaría haciendo a tiempo parcial y como proveedor de un servicio puntual. Si luego se diera la oportunidad de poder incorporarse a la compañía a tiempo completo, y ello estuviese en línea con el proyecto personal, tampoco invalidaría seguir manteniendo, en el sentir y el pensar, la actitud de afrontar los hechos bajo la convicción de que uno es Yo SA.

En la medida en que se asuma esta actitud-decisión, uno dejará de ser un dependiente de los vaivenes del contexto, es decir, del cambio esperado. En contrapartida, se estará haciendo cosas que sí tienen sentido para uno mismo, porque parten de un proyecto personal que cuenta con una clara visión de llegada.

¡Los tiempos que corren son muy propicios para el desarrollo y posicionamiento de Tu Marca Personal. Más aún, es la mejor respuesta para capitalizar las reglas de oro del hoy!

José Podestá

 

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