No Somos una Marca

22 abril 2012 ·

Cuando uno compra una Coca-Cola lo que está haciendo es satisfacer la necesidad de beber un refresco. Y para ello se optó por comprar una marca que vincula con la percepción que tienen los millones de consumidores, que la han convertido en la marca de mayor valor a nivel global. Para una empresa que ya superó los 125 años de existencia, no deja de ser una gran satisfacción haber sabido posicionar y mantener una marca, con vigor, a través de los múltiples sucesos mundiales y cambios radicales que vienen moldeando la historia.

Una buena marca, en definitiva, nos brinda la tranquilidad-seguridad, no sólo de haber realizado una buena compra sino también por el beneficio-solución y la propuesta de valor que tiene para el comprador. Esto nos dice que la marca, más allá de informarnos a qué categoría pertenece, identifica la prestación del producto-servicio que la contiene.

Trasladado al plano laboral-profesional, la marca –es decir nuestro nombre y apellido– define y tipifica la calidad, habilidad y talento de nuestro producto-servicio. En consecuencia, no somos valorados por la marca per sé sino por el trabajo-solución que los otros reconocen a partir de los aspectos diferenciales que lo caracterizan.

Quizás la gran mayoría escuchó y conoce al cantante Frank Sinatra. Por la forma, estilo y swing que caracterizaban sus canciones, recibió el apodo de “la voz”; es aquí en donde radicaba “su marca”. Y en el fútbol, la marca “fábrica de goles” corresponde a Messi.

Trabajar al revés

Sabiendo entonces que la marca no está en uno sino en lo que se está en condiciones de brindar a terceros, es fundamental tener en claro si nuestro producto-servicio es lo que realmente les importa, necesitan y valoran los destinatarios de nuestro trabajo. En ello no existen diferencias con el posicionamiento estratégico y comercial de las empresas.

Tener en cuenta este proceso le sirve, al futuro portador del Personal Branding, evitar  errores y frustraciones. Generalmente se piensa que la marca es uno mismo. En realidad, somos la estructura depositaria a partir de nuestro nombre y apellido. Pero lo que importa no es el packaging constituyente de la identidad sino lo que subyace en nosotros.

Plan de acción

Al trabajar estamos brindando un servicio-solución al empleador o a uno mismo. En este caso, por lo general estaremos de acuerdo en lo que hacemos, dado que la empresa es propia. Pero cuando se brinda el servicio a terceros, vemos que no siempre “el otro” está plenamente satisfecho con nuestro trabajo.

Esto nos dice algo muy importante: De nada sirve que uno brinde un producto-solución-trabajo de valor si éste no se corresponde con las verdaderas necesidades-prioridades del mercado objetivo. Por tanto, es fundamental conocer previamente qué necesitan aquellos a los cuales nos interesa brindarles una solución laboral.

Una vez conocido el real nivel de necesidades y en la medida que coincidan con la propuesta de valor de lo que uno tiene incorporada para ofrecer, puede llegar a ocurrir dos cosas:

a. Que uno mismo ofrezca sus servicios.

b. Que uno sea convocado, por referencia directa o indirecta, a partir de la experiencia desarrollada o por el grado de visibilidad alcanzado.

Nuevamente se da aquí lo ya mencionado, es decir, que lo único que termina haciendo valiosa la carrera laboral-profesional es fruto del estilo y habilidades que caracterizan al producto-trabajo.

¡El portador de Tu Marca Personal es un referente de valor al que aspiran contratar y/o desarrollar las empresas que necesitan, como Coca-Cola, llegar a ser relevantes, memorables y sustentables en el tiempo!
José Podestá

 

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