El Work Meter

05 agosto 2012 ·

Si bien es cierto que en toda empresa hay empleados que poco y nada hacen diariamente, ello en absoluto se podrá revertir implementando solamente mecanismos de prevención y control.

¿Qué pasa cuando el empleado es improductivo?

Una organización es un entorno en donde conviven personas, durante gran parte del día. Cuando en un momento determinado del proceso de evaluación y desempeño se detecta que un porcentaje significativo de empleados son improductivos, habitualmente ello ocurre por dos razones básicas:

a. Carencia de motivación, preparación o compromiso con el proyecto y las tareas asignadas.

b. Ausencia oportuna del líder formal en el seguimiento y apoyo al empleado en cuestión.

Vemos, en consecuencia, que hay dos involucrados y no sólo uno en el problema: el empleado y su inmediato supervisor. Sin embargo, este último suele muchas veces sentirse sorprendido –como mecanismo de defensa personal– cuando trasciende el problema. O lo que es peor aún, trata de culpar al empleado como una forma de ocultar su responsabilidad directa en el asunto.

Si bien en toda empresa, incluyendo las de excelencia, suele haber entre un diez y un quince porciento de empleados improductivos, ello no significa que nada deba hacerse con ellos, más allá del trillado despido. Quizás, el ochenta porciento se lo pueda recuperar, siempre y cuando el proceso de selección no haya estado viciado de nulidad crónica, es decir, haberse limitado a seleccionar personal promedio y que además solicitaban el más bajo nivel salarial.

La trampa del control

Para hacer frente a situaciones de este tipo, nunca falta que una empresa decida contratar soportes o recursos que en lo externo simulan ser herramientas de mejora, pero en realidad se trata de mecanismos de control directo sobre el personal.

En contextos en donde la práctica del me too es continua, lo que deriva en la oferta de productos-servicios poco diferenciados, es necesario concentrarse en la búsqueda creativa y continua de nuevas ideas-conocimientos que permitan hacer sustentable la organización. Y para ello se necesita contar con personal competente, talentoso y con una sana ambición de superación.

En cambio, cuando la empresa desea apostar o mantener el statu-quo e invierte en recursos de control al personal, está incurriendo en un doble error, porque:

a. No resuelve de fondo su problema estructural.

b. Carece de la inteligencia necesaria para poder innovar, generar cambios y marcar nuevos rumbos dentro de la industria.

Además, cuando estas empresas no revierten el perfil mediocre de sus empleados y directivos, están incurriendo en un acto de irresponsabilidad social. ¿Por qué? Porque, tarde o temprano, su posicionamiento y continuidad en el mercado se verán reducido o anulado, con las consecuencias que ello implica.

¡El portador de Tu Marca Personal muchas veces debe desempeñarse en contextos de mediocridad e improductividad. Pero sabe que se trata de una breve situación de “turbulencia”, porque está entrenado para que nada pueda afectar ni postergar el logro de su visión!

José Podestá

 

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