El Trabajo Nos Transforma

25 noviembre 2012 ·

Es muy probable que muchos de nosotros, en alguna oportunidad, hayamos pensado en el ideal imposible: ganar dinero, reconocimiento y aceptación, sin hacer nada. Tener unos minutos de esta ilusión no necesariamente es negativo, porque ayuda a relajamos y movilizar otros tipos de procesos químicos en nuestro organismo. Pero si ello pasa a ser una sensación muy frecuente, algo no está funcionando bien y puede llegar a generamos algún problema.

Lo cierto es que el trabajo es un trabajo que nos acompaña desde el inicio de la  civilización y hasta cuenta con antecedentes proféticos. Por tanto, si uno se lo toma en sentido literal, es muy probable que nuestra predisposición o actitud hacia el trabajo sea percibida como una carga u obligación. Asumirlo así es tan patológico como la anterior sensación de no pretender no hacer nada pero sí contar con un buen pasar.

Como podemos ver, el ser humano es bastante contradictorio cuando se deja llevar por sueños irreales o cuando no asume el rol esperado frente a sus circunstancias. De allí que para muchos el trabajo –o la capacidad para trabajar– no se la asume como una vía de felicidad y autorrealización. Entonces, es aquí en donde la frustración y la postergación se encuentren, habitualmente, a escasos metros de distancia.

Seguramente que algunos de ustedes podrá pensar o argumentar que los daños psicológicos que hoy genera el trabajo en las personas son muy preocupantes. Incluso sorprende e indigna ver casos frecuentes de suicidios que son una consecuencia de las  malas condiciones laborales y contractuales en las que se encuentran sometidos los empleados. Nuevamente, estamos aquí frente a casos muy lamentables y extremos de organizaciones, algunas de ellas de proyección global, que someten al trabajador a presiones infrahumanas; es la expoliación del empleado objeto-cosa-descartable, con todo lo que ello implica

Entonces,... ¿vale la pena trabajar?

Por supuesto que sí. Porque más allá del valor implícito que tiene, permite movilizar aL todo nuestro ser en pos de un proyecto o carrera laboral-profesional. Y para hacerlo realidad, no se necesita afrontarlo necesariamente mediante la relación de dependencia.

Como decíamos al principio, solemos a veces tener algún sueño pero no siempre suelen concretarse. Pero también sabemos de casos en donde lo han logrado, y exitosamente. No porque necesariamente tuvieron simplemente suerte sino porque gracias al esfuerzo y la pasión no han claudicado, a pesar de haberse encontrado en más de una oportunidad frente a un callejón sin salida.

La motivación, la perseverancia, el optimismo por un lado y la resistencia a la frustración y al no reiterado, por el otro, son algunos de los ingredientes que van modelando el espíritu del trabajador en el tiempo. ¿Qué nos dice esto? Que uno suele estar en tránsito hacia una evolución y transformación continua, aunque ello no se encuentre al nivel de un Ford, Disney, Apple, Zara, Virgin, Starbucks o cualquier otro suceso famoso.

¡El portador de Tu Marca Personal es promotor y desarrollador de un proyecto-estilo que lo convierte en un trabajador referencial en el mercado, además de hacerlo para tener suerte!
José Podestá

Anticiparse a las Prioridades

18 noviembre 2012 ·

En el marketing del ayer era común escuchar que su finalidad radicaba en satisfacer las necesidades del cliente. A partir de la globalización y hasta inicios del siglo XXI, se dijo que había que deleitar al cliente. Hoy el desafío radica en estar muy atentos a sus prioridades. Y nada de ello tuvo que ver con las modas sino con el cambio que fue impactando en la cultura y la sociedad.

Qué implican las prioridades

Varias cosas son la que ya no detectan las viejas técnicas de la investigación de mercados. Al cliente –como también a nosotros– hoy nos preocupa y angustia la falta de tiempo para poder hacer todas las cosas que uno se propuso en el día. Si a ello le sumamos que son pocas las marcas que están atentas para facilitarle al cliente el proceso de compra, recepción e interpretación correcta del uso o aplicaciones del producto o servicio, el malestar y eventual reemplazo de la marca quedó a un solo clic de distancia.

El conjunto de las principales variables que constituyen las prioridades del cliente se las conoce como economía de sistemas. Esta expresión es prácticamente desconocida por la mayoría de las empresas que operan en los mercados de consumo, bienes semi-durables y durables. Si uno indaga sobre el tema en el área de personal, el desconocimiento es literalmente total.

El personal también tiene prioridades

Hasta ahora la cultura sobre este tema estaba invertida. Lo políticamente correcto es –en realidad era– que el que contrata a alguien haga valer su poder y autoridad. Sin embargo, en la práctica los más atentos empresarios vienen percibiendo que ya no es tan así. ¿Por qué? Porque el empleado hoy no sólo está más y mejor informado sino que también está en conversación con sus pares, tal como lo hacen los clientes en la redes sociales o a través del boca-a-oído.

Lo cierto es que todo individuo tiene prioridades, algunas de las cuales debieran ser tenidas en consideración. Y si de trabajo en relación de dependencia se trata, el empleador que incorpora personas con actitud y potencial de sumar valor diario a través del conocimiento y creatividad compartidos, es fundamental no sólo conocer sus prioridades para brindarles la atención-solución pertinente.

La empresa trabaja para el empleado

Quizás a muchos les cueste entender o aceptar esta proposición. Sin embargo, la mayoría de las empresas-marcas globales líderes lo vienen haciendo para poder seguir siendo sustentables y rentables.

Los que vienen pagando un salario a cambio de la contraprestación de una tarea específica, hoy se encuentran limitados para mantenerse rentables. En cambio, cuando a partir de las prioridades del empleado de valor –implica tener en cuenta lo que es clave para su plan de carrera laboral-profesional– la empresa que se ocupa de las soluciones adecuadas a su gente y permanece muy atenta a todo aquello que pudiera afectar sus tareas, estará así allanando el camino para que fluyan la innovación y el conocimiento aplicados.

Cuando una marca nos sorprende con sus propuestas-soluciones, ello predispone a que uno se mantenga leal a la misma. Por traslación, lo mismo vale para la empresa que sabe que mediante el aporte creativo de sus empleados marcha hacia el logro de su visión. De allí su convicción y prioridad por saber anticiparse a las prioridades del personal.

¡El portador de Tu Marca Personal va logrando consolidar su posicionamiento a través de la contraprestación derivada del reconocimiento, que sus destinatarios hacen de sus soluciones continuas versus las prioridades que demanda su plan de carrera!

José Podestá

Nos Educaron Para Ser Empleados

11 noviembre 2012 ·

La Generación Y está llamada a producir un cambio disruptivo en materia laboral. Si bien arrastran es su formación educativa la predisposición a ser empleados, sus comportamientos son bien elocuentes y contrarios a esa consigna. Prueba de ello es la dificultad a la que están expuestas las selectoras de personal, toda vez que deben presentar a su cliente una terna integrada por gente joven.

Bienvenido el recambio

Más allá del disconformismo adolescente que presenta la Generación Y, lo importante a ser tenido en cuenta no está en sus manifestaciones aparentes sino en el rechazo que les produce, en una empresa, ser parte de un segundo hogar carente del significado que ello tuvo en las generaciones precedentes.

El trabajo en relación de dependencia, más allá de la dificultad que por faltas de oportunidades-desarrollo de las organizaciones hoy tiene, dejó de ser visto como un fin en sí mismo. Es decir, como el principal y único medio de subsistencia que tenía para aquel que lo vivía como la fuente de ingresos sobre la que giraba el sustento familiar y el futuro pasaporte hacia la jubilación.

Sin embargo, la vida nos viene señalando que tanta prolijidad y rutina temporal poco y nada tienen que ver con el hoy. Si la vida encierra en sí misma un andar caótico y de muy baja previsibilidad, se impone que para hacer frente a una digna subsistencia uno deba ser el artífice de su destino.

En consecuencia, el ser empleado puede ser una estupenda probabilidad y oportunidad. Pero sólo eso. De allí que forzar el mantenimiento del modelo a lo largo de la existencia puede terminar produciendo dolor y frustración. Y como nada ya se puede garantizar de por vida, está en cada uno pensar en su proyecto personal, hacerlo realidad y comenzar a disfrutarlo.

El inconformismo, un atributo de valor

El inconformismo es una de las características sobresalientes del portador de Tu Marca Personal, y es justamente lo que subyace en la Generación Y, mal que les pese y moleste a las organizaciones que todavía no se dieron cuenta de lo que implica y le demanda al individuo-empleado el ser protagonista de su desarrollo personal.

Tal vez sorprenda que las empresas exitosas hoy privilegien el inconformismo, la originalidad y la generosidad en el personal. De lo que se trata aquí es ser el opuesto del empleado clon y rebaño que, con tanto orgullo, lograron plasmar los cultores de los Recursos Humanos, con el daño que ello hoy les está produciendo a estas organizaciones.

De esta forma el ser emprendedor, que es la respuesta esperada y opuesta al ser empleado del ayer, es lo que desde lo actitudinal llevan en su ADN las nuevas generaciones. Que en algún momento lo canalicen en su propio proyecto personal o sean invitados a realizarlo dentro de una organización, poco importa. ¿Por qué? Porque en ambos casos se estará sumando valor a un proyecto que luego terminará siendo reconocido y retribuido como corresponde.

¡Ser portador de Tu Marca Personal es una de las demandas emergentes de los tiempos que corren, y el mejor reaseguro que tienen todos aquellos que trabajan por ello!

José Podestá

Yo SA: La Empresa que Aprende

04 noviembre 2012 ·

Entre las múltiples enseñanzas que uno puede asimilar de Toyota, el líder global de la industria automotriz, es su modelo de “organización que aprende”. Pero no se trata de una declamación aislada sino que está integrada en la creación de valor y en hacer ingeniería, todo al mismo tiempo.

Una cosa es decirlo o leerlo de corrido y otra muy distinta es gestionarlo cotidianamente. Para ello, el personal debe tener un perfil y actitud peculiar, además de estar perfectamente identificado con la misión y la cultura de la organización. ¿Qué significa esto? Sentir diariamente que el personal tiene razón de ser y es clave para el resultado final.

El conocimiento no se compra: Se aprende

Esta es una de las máximas de Toyota que más vincula con el tema que estamos tratando. Mientras en occidente muchos empleados, ejecutivos o profesionales creen en la necesidad de estar actualizados al tiempo que se van perfilando como coleccionistas de todo tipo de certificados obtenidos en cursos o seminarios de actualidad, poco valor luego suelen rescatar de ello para su diaria gestión.

Sin un proceso cognitivo previo, es difícil poder plasmar nuevas ideas de valor a lo que uno hace o necesita hacer. Por tanto, en la compra de conocimiento es importante tener en cuenta que el mejor negocio suele terminar capitalizándolo la institución que lo gestionó y comercializó; en última instancia, ese es su negocio. Pero cuidado, con ello no pretendo decir que no sea necesario estar informado y actualizado. Es relevante tener muy en cuenta el por qué y el para qué del curso-seminario en cuestión –incluso un posgrado– para saber si es verdaderamente clave, eficaz y relevante para uno.

Entonces, el poder listar un sinnúmero de cursos realizados, difícilmente hoy llegue a impresionar o clarificar a nuestro interlocutor en qué medida hemos sido artífices de innovaciones oportunas y de valor que luego hayan terminado sorprendiendo incluso sus pares, o despertado el interés en un potencial interesado que vio en él el perfil de una persona que es la que venía buscando, sin éxito, para ofrecerle un proyecto de valor.

El conocimiento reside en los empleados

Para Toyota esta es una gran verdad, y también para todas aquellas empresas innovadoras que hoy tienen un desarrollo superlativo en sus mercados. Además, se caracterizan por tener posicionado al empleado en el centro de la organización. ¿Por qué? Porque el empleado de valor comparte el conocimiento –es generoso con sus pares– y reconoce la importancia que tiene el cliente para la supervivencia de la empresa y su propio plan de carrera laboral-profesional.

Todo ello nos dice algo más: el conocimiento hoy no es propiedad de nadie, es decir, no puede estar estancado porque está básicamente en función del bien general.

Cuando se está convencido que la empresa es o debe ser uno mismo, más allá que se esté trabajando para una organización, es también necesario que mi empresa aprenda. Y la única forma de lograrlo es mediante la generación y gestión diaria del conocimiento aplicado, puesto en acción.

¡El portador de Tu Marca Personal tiene bien en claro el rol y responsabilidad del Yo SA, y el valor que representa el conocimiento dentro del aprendizaje diferencial continuo!

José Podestá

 

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