Ansiedad Laboral y Profesional

07 julio 2013 ·

En la vida de relación no basta llevarse bien con los sucesos y las personas que nos rodean. También es fundamental andar bien con uno mismo.

Cuando uno lee o escucha algo parecido y que además impacta en lo personal, una de las cosas que se nos viene a la cabeza es sentir qué fácil o simple es decirlo desde afuera, como espectador. Lo cierto es que en el contexto acelerado que nos rodea e invade, hace que nuestro ser interior vaya intentando paliar o neutralizar como puede a las circunstancias. Pero cuando éstas nos desbordan –fruto de la realidad o de la representación que nos hacemos de ella– la emoción entra en escena.

El miedo disfrazado

Cuando uno se siente inseguro de algo, incluso en el ámbito laboral y profesional, la ansiedad se nos hace presente y comienza a hacer de las suyas. ¿Cómo? Por ejemplo, estimulando a la mente para que genere imágenes que nos muestre una salida superadora para ser atrapada en forma rápida. Por supuesto que ello no siempre se logra, con lo cual ese impulso interior acelerado y ansioso nos conduce a un fracaso seguro, al tiempo que nos resbalamos por esa realidad.

Aquí el miedo se disfrazó de ansiedad. Lo sentimos y padecemos cuando vemos peligrar la promoción laboral tantas veces prometida o con motivo del excesivo tiempo de demora que la empresa se tomó para confirmar el ingreso, luego de haber transcurrido casi seis meses del momento de la búsqueda.

Por supuesto que no todo miedo está disfrazado. Las situaciones concretas de inseguridad e indefensión estresan por la impotencia que producen, pero éste no es el caso en cuestión. En cambio todavía existen empresas que creen e instalan dentro de la organización un clima de inseguridad, amparándose es una lamentable teoría psicológica que sostiene la conveniencia de ello porque gracias al estrés generado, los empleados se han de esmerar más en las tareas. Lo que en realidad hacen estas empresas es mostrar el desprecio que tienen por el personal, al que catalogan de recurso humano, aunque luego intenten negarlo o racionalizarlo a su manera.

Consecuencias adversas

Cuando en una organización se intenta gestionar a las personas a través de la inseguridad, la mente de los empleados se vuelve naturalmente ansiosa, generando un compendio de imágenes que se van filtrando en los sucesos del presente. Así, la ansiedad termina desvinculando al empleado de aquello que lo rodea y comienza a ver enemigos y peligros que no están y quizás nunca lleguen. Se trata sólo de una imagen y no de una realidad. Mientras tanto, el cuerpo genera dosis de adrenalina que no llegará a utilizarla ante peligro alguno, quedando anclada o dando vueltas sin destino y sin poder canalizarla, con el efecto negativo que luego termina impactando en el mismo organismo que la generó.

Nadie niega los trastornos de ansiedad que hoy sufren y padecen las personas a raíz de la incertidumbre reinante en la sociedad. En la medida que la organización se ocupe por generar un clima laboral fraterno, permitirá que la energía negativa latente que generan y traen los empleados desde el mundo exterior, se descargue transfigurada en propuestas creativas e innovadoras. De esta forma, la empresa se convierte en un catalizador que revierte o transforma lo negativo en positivo, en lugar de ser también parte activa del problema.

Para el empleado se trata de una solución liberadora y terapéutica. Al poder canalizar su ansiedad y liberarse del fatalismo emocional, se siente seguro para alcanzar con éxito el plan de carrera. Además, se da cuenta que está pisando con firmeza el suelo sobre el que está caminando.

¡El portador de Tu Marca Personal está muy atento a sus emociones porque sabe que está expuesto a ellas y que necesita gestionarlas y revertirlas con objetividad!
José Podestá

 

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