El Poder de la Escucha

29 junio 2014 ·

El tránsito organizacional de la estructura vertical a la horizontal no es ni ha sido fácil para sus impulsores. La mayor dificultad no tiene que ver con la formalización del cambio, sino con lo que ello implica a nivel del personal y las relaciones humanas.

De la obediencia a la colaboración

En un entorno en donde las decisiones y las comunicaciones fluyen en un solo sentido, el vertical, poco y nada de margen le queda al empleado que más no sea el de obedecer. Y  así, durante el siglo XX y parte del presente, la estructura piramidal de las organizaciones fue generando una legión de personas uniformes y encasilladas dentro de las respectivas descripciones del puesto de trabajo. A esta “homogenización” se agregaron el salario promedio y la conducta de subordinación al superior inmediato. Si la robótica hubiese sido aplicada también en el ámbito administrativo, las empresas se hubieran evitado caer en paros por despidos, salarios injustos o condiciones de trabajo aberrantes: funcionarían idealmente en la modalidad 24/7 y sin conflictos para los dueños y los accionistas.

Pero felizmente la irrupción de la globalización, más allá de algunos de sus efectos no deseados, y el advenimiento de una nueva generación de recambio que para nada comulga con las prácticas rígidas, abusivas y no participativas, han logrado cambiar el paisaje organizacional. Cada vez son más las empresas que se han “convencido” de los beneficios derivados de la horizontalidad en el trabajo, la participación proactiva del empleado –que está tornando obsoleto al empowerment– y el sin sentido de la excesiva legión de “caciques” –léase niveles de supervisión.

De esta forma las compañías comenzaron un necesario y vital proceso de aggiornamiento, construyendo su ventaja competitiva a partir de la inteligencia y el conocimiento aplicado de sus empleados, a lo largo de toda la estructura organizacional. Entonces, la obediencia dejó de tener relevancia, porque todos se consideran parte del proyecto y de la visión de la empresa, de la cual son parte activa. Ahora todos son colaboradores, porque hacen lo suyo por placer y convicción.

Las nuevas reglas

Así como en el ayer la obediencia era vista como un valor, hoy nadie puede llegar a ser eficaz y eficiente en lo suyo dentro de una estructura o ambiente en el que impera el sometimiento, porque éste siempre trae consigo el rencor. Esa no es la forma de establecer el respeto y la armonía entre las partes, porque el sometimiento conlleva a tener que hacer lo que no se quiere o no se esté de acuerdo, por el solo hecho que otra persona de mayor jerarquía lo establezca; es la mejor práctica para que la organización se quede hoy sin colaboradores, comenzando por los más habilidosos.

Algunas de las mejores reglas que permiten refundar o reposicionar a la organización, tienen que ver con:

- Darse cuenta que las personas importan de verdad; sin ellas es imposible hacer viable la misión y la visión de la empresa.

- Los mercados están en conversación. Los clientes-consumidores comparten sus experiencias de marcas e incluso están co-creando productos, servicios y hasta campañas de publicidad para las empresas con las cuales se identifican.

- Los empleados también están en conversación, lo que está llevando a las organizaciones a abrir espacios de conversación en donde no existen. Además, es vital para la co-inspiración y la mejora continua.

- La organización necesita y “debe” escuchar al empleado, por  varias razones, y también porque es el que más sabe de la tarea.

- La diversidad de personas, incluso de etnias, no es un problema para la empresa. Al contrario, es campo propicio para la creatividad y la reflexión, ingredientes clave para sumar valor y productividad. Recordemos que en el ayer era impensable y por ello el empleado se sentía discriminado.

¡El portador de Tu Marca Personal está preparado y motivado para constituirse en un colaborador de valor, porque esencialmente es un emprendedor en lo suyo, aunque se desempeñe en una organización y perciba un salario!
José Podestá

La Imagen Ideal

22 junio 2014 ·

Hay seres humanos que están convencidos de la importancia y el rol vital que tiene la imagen “externa” para el logro de sus objetivos. Hasta llegan a afirmar que no basta ser sino también parecer, porque así los “otros” se forman una rápida opinión a partir de lo que ven.

Verdad a medias

Seguramente que una recepcionista, una modelo, un periodista televisivo necesitan privilegiar su figura, su “ser externo”. En marketing se llama “packaging” al envase contenedor que por diseño y color no sólo es funcional al producto sino que también fue ideado para destacarlo frente a los demás. Pero luego, en la práctica, el cliente-consumidor es el que finalmente termina eligiendo aquél producto que, por lo menos, cubra tres atributos básicos:

a. Sus prioridades, más allá de la necesidad de satisfacción.

b. Brinde la mejor relación costo-beneficio.

c. Posea una superlativa promesa de valor, acorde con lo esperado.

Si en los actos cotidianos solemos tener básicamente en cuenta tales atributos, previos a la toma de decisión, con más razón un empleador evaluará los factores “ocultos” del postulante, más allá de su externalidad o “packaging”.

Esto nos dice que si bien la imagen de la persona es un aspecto a cuidar, no es un fin en sí misma. Al respecto, recordemos que el individuo no es un objeto-recurso humano ni tampoco un “elemento” de decoración, motivo por el cual no ha venido al planeta Tierra para ser considerado por su “utilidad” ni valorado por su “externalidad”. En los tiempos que corren, una persona físicamente disminuida no deja de ser vital en lo social, laboral y profesional; también en lo cultural y el deportivo. Todos tenemos buenos ejemplos de ello.

La imagen que importa

Sabiendo que el mencionado refrán citado al comienzo es limitado e incompleto, cuando se trata de una carrera laboral-profesional –tanto en una organización como en el ámbito independiente– es fundamental que la persona construya y proyecte la “otra imagen”: la que tiene que ver con sus valores, sus principios y sus habilidades. Los que detentan o están llevando a cabo el desarrollo del Personal Branding, saben bien de su importancia y valor.

Esta imagen podrá constituirse en “ideal” porque surge desde el interior del ser humano; por ello es la que más se aprecia. Entonces, el “packaging” pasa a ser en la vida algo meramente secundario, porque lo que importa de una persona es su integridad: lo que subyace en su interior.

Aquellos que vienen trabajando por hacer realidad su imagen ideal, como regla de su comportamiento, están construyendo su ideal de vida de acuerdo al sentido que tiene su proyecto o aspiración futura. Por tanto, en función de los talentos naturales y de los que vayan incorporando a lo largo del proyecto de vida, estarán en condiciones de brindar a la sociedad y al prójimo lo mejor de sí, es decir, lo que emana y subyace en su interior.

¡El portador de Tu Marca Personal va consolidando su biografía a partir de su imagen ideal, porque lo identifica como un ser humano íntegro y de consideración!
José Podestá

La Carrera en la Empresa

15 junio 2014 ·

Así como el profesional recién egresado suele estar muy motivado en hacer realidad una exitosa carrera liberal, lo mismo vale para el empleado que apuesta a su desarrollo profesional en una organización. En este caso, tal vez sean mayoría las personas que no tienen demasiadas expectativas con su primer empleo, porque consideran y con buen criterio, que deben probarse a sí mismos y sumar experiencia en el nuevo entorno.

Pro actitud responsable

También es una realidad que no todos los seres humanos, tanto en lo laboral como en lo profesional, se plantean objetivos realistas de vida. Por lo general, se asume que se está fuertemente condicionado por el entorno y muy dependiente de las escasas oportunidades de trabajo.

Quienes actúan de tal manera, lo hacen desde una actitud defensiva. Se trata, por cierto, de la postura más común, porque guarda relación directa con lo que tradicionalmente ha venido sucediendo. Ello está culturalmente tan arraigado que, por lo general, se lo acepta y reconoce automáticamente, tal como si fuese un reflejo condicionado.

Pero los seres humanos somos esencialmente individuos que no pensamos ni actuamos por igual, de allí que existan algunos que para nada aceptan “someterse” a lo establecido. Es así como a partir de la información disponible, se forman una opinión muy acabada de la oferta laboral existente y obran en consecuencia.

Más allá de lo que muchos se imaginan, las personas que con fundamento y conocimiento asumen una actitud proactiva, terminan capitalizando las mejores posibilidades de ingreso en una organización. ¿Por qué? Porque es lo que ésta hoy necesita para mantenerse competitiva y sustentable: ¡Empleados con autonomía propia, creativos, habilidosos en el puesto asignado –incluso como cadete– y capaces de sumar valor e innovación en lo suyo!

En consecuencia, la pro actitud responsable es el soporte-estructura a partir del cual el empleado, en el momento en que la adopte, le permitirá impulsar su carrera laboral-profesional.

El talento no basta

Las estadísticas señalan –y hasta suelen reiterar– que la imagen que los ciudadanos tienen de las empresas no es muy satisfactoria. Lamentablemente, el factor corrupción está latente –y a veces presente– a lo largo de la pirámide organizacional. Si bien el talento es un factor de alta valoración, también en los hechos suele revertirse en su destino, aplicándolo a hechos delictivos en general y de vaciamiento financiero en particular; al respecto, existen casos internacionales que hasta han “salpicado” áreas de gobiernos.

Cuando el talento está puesto para delinquir, la organización termina ocasionándole un gran perjuicio al resto de los empleados. Se trata del mayor riesgo al que muchas veces se expone el empleado proactivo y talentoso, para acceder al desarrollo de su carera en la empresa.

En consecuencia, el ser eficaz y eficiente, si bien es un factor clave para el éxito, no es suficiente. Se necesita, además, que la persona cuente con sólidos valores y principios éticos y morales. Tal vez porque con ellos no se logran habitualmente incrementar las ganancias de la empresa, estos atributos y cualidades no suelen tenerse muy en consideración, incluso al momento del cambio o el reemplazo del CEO.

¡El portador de Tu Marca Personal puede constituirse en una opción prioritaria para el proyecto de una empresa, pero no por ello deberá resignar sus cualidades de dignidad y honestidad, malogrando o poniendo en riesgo el alcance de su visión!
José Podestá

Trabajar por Proyectos

08 junio 2014 ·

Las crisis recurrentes, la pérdida de competitividad, los costos incrementales –entre otras causas– está obligando a las empresas a ser más eficientes en lo suyo. Ello supone poner el foco en los temas centrales y estratégicos, transfiriendo a los operadores externos todo aquello que no sume valor al negocio o a la principal actividad de la compañía.

Nada nuevo bajo el sol

Si bien el recurso del outsourcing o tercerización está en boga, para nada es nuevo. Empresas líderes globales, como Coca-Cola, lo han adoptado hace más de treinta años. Con ello no me estoy refiriendo a las actividades de índole administrativo o técnico –como ser el traspaso del área de liquidación de sueldos y jornales, la búsqueda de personal o la flota de camiones a terceros– sino a temas de mayor significación.

Tal vez cueste imaginar o aceptar que la producción de una gaseosa, un automóvil o un periódico sea realizada por alguien ajeno a la empresa fabricante o editora. Hoy para nada es un impedimento hacerlo, porque existen en el mercado organizaciones altamente profesionales y capacitadas para ello.

Lo mismo vale, por ejemplo, para la tercerización de la comercialización y la logística, desde la distribución hasta el acopio de lo producido en depósitos o almacenes dotados de sofisticados soportes de tecnología.

De esta forma la empresa se encuentra mucho más “liviana”, por la transferencia de sus activos físicos, y puede así dedicarse a lo más importante: La estrategia y el posicionamiento competitivo. Pero para poder llevarlo a cabo, se necesita asumir un paradigma distinto con el empleado. ¿Por qué? Porque ahora hay que aplicar más  inteligencia, creatividad y valor en las tareas. Y ello no es posible hacerlo con el tradicional esquema de sumisión jefe-empleado.

Cada empleado, experto en lo suyo, va haciendo realidad junto con el equipo del que forma parte, la misión y la visión de la compañía. A los jefes, por su parte, les toca ejercer el rol de liderazgo y del dejar-hacer.

El reposicionamiento laboral

Se trate de una empresa u otra la que lleve a cabo la producción, comercialización y gestión de las áreas tercerizadas, el rol hoy esperado del empleado es el mismo: talentoso y de nivel, más allá de la posición que tenga en el organigrama.

Así como en el ayer el empleado hacía básicamente lo suyo en las áreas periféricas de la empresa –para nada tenían ingerencia en el nivel de supervisión ejecutiva– ahora pasó a ocupar el centro de la organización. Este reposicionamiento, por cierto, no deja de ser un desafío diario, motivo por el cual cada uno debe necesariamente debe asumir un rol protagónico.

De esta manera las empresas podrán ser más competitivas, siempre y cuando cuenten con las personas habilidosas y con alta dosis de flexibilidad e integración. Ya no se trata del empleado que mejor califica para el puesto, a un salario promedio, sino el más talentoso, creativo e innovador que sepa, además, sumar conocimiento y valor al proyecto de la organización.

¡El portador de Tu Marca Personal cuenta con el perfil y las capacidades para asumir desafíos y proyectos, que provengan tanto de las empresas reposicionadas como de las que se hicieron cargo de la tercerización!
José Podestá

La Vocación es Lo Primero

01 junio 2014 ·

A la vocación la asociamos, por lo general, con la definición que uno lleva a cabo en vísperas de la elección de un estudio, oficio o profesión. Desde este punto de vista, la vocación humana se diluye en la categoría psico-sociológica de la profesión y el oficio. Concretamente, a un hecho externo al ser humano que busca y privilegia una forma o sustento de vida, acordes con ciertas aptitudes e intereses personales.

La exterioridad, no basta
Si tenemos en cuenta que para construir y superar el destino personal se lo debe integrar a un campo más amplio de la vocación, ésta debiera ser más honda que la simple vocación-profesión. ¿Por qué? Porque el concepto de vocación compromete a la totalidad del individuo.

Esto para nada descarta a la resultante aspiracional que nos brinda o condiciona el contexto. La exterioridad es un dato importante, realista y complementario. De allí la necesidad de llevar previamente a cabo un proceso más profundo e interior sobre sí mismo y los valores, sobre todo trascendentes. Este mismo camino es el recomendado cuando, posteriormente, se desea incursionar en el Personal Branding.
Una cosa es dejarse arrastrar por los acontecimientos y oportunidades y otra es plantarse, ante ellos, en una actitud interior atenta. Entonces, cuando el hombre desde su presente trata de proyectar, no una determinada o parcial figura-imagen de su existencia personal sino la figura total de su existir, recién se estará cuestionando por la vocación y el sentido de su vida.

El discernimiento de la propia vocación a desarrollar y cumplir en la vida lo podemos hacer porque estamos dotados para planificar nuestro comportamiento y fijarnos proyectos como meta. De allí que en la tarea de la vocación –como en la tarea de la creación y el desarrollo del Personal Branding– debemos recurrir al pensar, a la reflexión y su derivado: la opción. No hacerlo hace que la existencia se frustre; es lo que lamentablemente vemos con frecuencia.
La humanidad personal debe ser conquistada

En la medida que el individuo no se deje llevar por la externalidad o las tentaciones del contexto –porque mantiene una actitud atenta a su devenir– estará asumiendo una actitud objetiva y profesional para no perder el sentido de su vocación, de la visión y el sentido que tiene en su vida. Con ello se estará asegurando no ser parte de ningún rebaño ni de terminar siendo domesticado por la organización, la profesión o el oficio que partió de su vocación.
Lo interesante es que en este devenir el hombre no está solo. ¿Por qué? Porque a la existencia humana se la entiende como una red de relaciones. De allí que el ser humano, para aspirar al “yo-soy”, necesita de la mediación del “otro”. El otro puede referir no sólo a una persona sino también a una realidad física o trascendente, a un valor. Y porque somos seres esencialmente vinculados, gracias a ello construimos nuestra humanidad y podemos llegar a perfeccionarla.

Así como ya hemos reiterado que el Personal Branding nos demanda recorrer un largo camino –porque nos acompaña a lo largo de nuestra existencia– la vocación, que en última instancia es nuestro soporte estructural y existencial, también. A veces la partida interior que nos proponemos llevar a cabo para superar el yo cómodo, ordinario y mediocre, viene dada por una desgarradora partida exterior; la realidad también suele señalarnos cómo la vocación conduce al hombre a su concreción en otros lugares, dejando atrás las figuras familiares, de amigos, colegas,… De allí la importancia de estar atentos, para eventualmente optar y obrar en consecuencia.
¡El portador de Tu Marca Personal logró gestarla, con tiempo y esfuerzo, a partir de una profunda reflexión interior, amalgamada con la vocación sobre la que viene construyendo su biografía y la razón de ser de su existencia!
José Podestá

 

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