En las búsquedas de personal las empresas suelen
coincidir en sus demandas respecto de las fortalezas básicas que deben reunir
los postulantes, como ser:
- Tener condición de líder.
- Ser participativo.
- Ser anticipador-proactivo.
- Ser emocionalmente estable y autónomo.
Todo ello no deja de ser razonable y hasta funcional
para los resultados esperados del postulante. Sin embargo, nada se dice ni se
le exige acerca de la actitud ante los valores constitutivos de su moral y la
ética, a pesar del creciente problema interno que vienen padeciendo las
organizaciones debido al grave default
moral existente y de la expansión de los comportamientos fraudulentos y
corruptos entre el personal –a todo nivel– como así también en el proceso de contratación
de proveedores y en la relación con los clientes.
Las
nuevas fortalezas
Cuando uno se informa y analiza acerca de la
filosofía que hoy caracteriza a las empresas de excelencia, se observa que en
la cultura organizacional privilegian otras cosas. Más allá de lo moral-ético –que
es un valor central que no puede estar ausente en la selección de las personas–
el postulante debe ser habilidoso, curioso y actualizado en conocimientos, más
allá del puesto que ocupe. Pero también les exigen otras cualidades que no
todos están dispuestos a brindar, ya sea por desconocimiento o bien por
carencia. Dos de ellas, son:
- La generosidad
Si bien la persona es por naturaleza un ser
inconscientemente egoísta –aunque veamos que algunos suelen manifestarse
abiertamente en tal sentido– también es un dato de la realidad que necesitamos
del otro, es decir de nuestro prójimo, en el buen sentido de la palabra. Ello
pasa a ser un factor clave cuando trabajamos en una organización, más allá que
su fin sea comercial o filantrópico.
Para algunas empresas la generosidad del personal
es, además de una virtud, una prioridad central que antecede al conocimiento o al
expertise que demanda el puesto. Ya
sea como parte constitutiva de un equipo, de una red global de trabajadores e
incluso como socio de un emprendimiento, la generosidad en las ideas, en el
compartir, en el estar atento para poder asistir incluso a compañeros de otras
áreas, se constituye en una fortaleza para la persona.
Quizás se piense que ello es una obviedad implícita
en las personas, pero en realidad no lo es. En la práctica se observa, con
frecuencia, la resistencia al no compartir. Incluso hasta se dan impedimentos
de tipo gremial que “obligan”, al afiliado, a no brindar nada que no se
corresponda a lo específicamente establecido en su tarea.
La generosidad es un don propio que caracteriza a determinadas personas y por ello es
considerado como un recurso escaso. La empresa de excelencia lo sabe y por ello
lo privilegia sobre el conocimiento técnico, porque mientras éste se aprende el
otro sólo se encuentra en la mochila personal de no muchos.
- Ser alegre, divertido
La cultura imperante nos ha condicionado –y hasta castrado– la veta de alegría que debiera
estar latente en las personas para poder exteriorizarla, incluso en el ámbito
del trabajo o de una profesión. Se trata, en realidad, de un requisito
actitudinal que nos ayuda a humanizarnos en lo que hacemos y cómo lo hacemos.
Más aún, el estar predispuesto a mostrarnos con una sonrisa honesta, hace a la inteligencia
emocional.
Herb Kelleher, fundador de la exitosa y rentable compañía
Southwest Airlines, de los Estados Unidos, estableció en la cultura de la
empresa que el empleado debe ser una persona generosa, alegre y divertida. Por
tanto, no basta con ser un experimentado piloto profesional si carece de tal
fortaleza.
Kelleher además fue un pionero al haber establecido,
a partir de 1971, que él área de personal se denominara “Departamento de las
Personas”, por considerar que el empleado es un factor clave y vital, no un recurso humano ni capital humano.
El clima de una organización es radicalmente
distinto cuando los empleados están a gusto y contentos con lo que hacen. Lo
exteriorizan con naturalidad, porque es algo que está aceptado por todos.
Cuando esa empresa brinda un servicio, ello pasa ser parte de su ventaja
competitiva.
¡El portador de Tu Marca Personal sabe que
hacer muy bien las cosas es fundamental, pero lo es mucho más cuando en el
hacer se integran la alegría y la generosidad para con los demás!
José
Podestá