Un error o quizás tentación que las organizaciones comenten
con cierta frecuencia consiste en promover, casi de imprevisto, al eficiente y
eficaz empleado a un puesto de jefatura o gerencia. Al respecto pude presenciar,
en más de una oportunidad, cómo vendedores excelentes fueron ascendidos de esa
forma al nivel de supervisión o jefatura. Sin embargo, y como era previsible
para el sentido común, dentro del corto plazo varios de ellos terminaron siendo
despedidos por incompetentes.
Más allá de buscar culpables, lo importante es
darnos cuenta –incluso aquellos que están interesados en el Personal Branding–
que en el devenir de la vida, tanto el empleo como la profesión, deben ser
transitados por etapas. ¿Por qué? Porque cada una de ellas nos permitirá ir
consolidándonos en lo nuestro, al tiempo que se van sumando experiencias y
nuevos conocimientos. De esa forma y llegado el momento, estaremos mejor parados y formados para abrir la puerta correcta,
es decir, aquella que nos permita avanzar hacia el siguiente desafío.
El
puesto equivocado
Cuando un vendedor se destaca por su pasión y el talento en generar y cerrar buenos negocios, ello no significa que
lo suyo se pueda extrapolar mágicamente
hacia la supervisión y gestión de sus pares. Seguramente que mediante la
capacitación, esta persona podrá sumar los conocimientos necesarios, siempre y
cuando haya manifestado que tiene la vocación
y el interés en ello. Caso contrario,
el “exitoso” vendedor podrá llegar rápidamente al final de su ilusión, a pesar
de la atractiva remuneración contemplada en la nueva posición.
Por supuesto que la mayoría de las organizaciones
suelen estar preparadas para evitar este tipo de frustración y fracaso. Más
allá del descuido, desprolijidad u omisión que cometa en tal sentido el
superior inmediato del empleado promovido, el área de gestión de las personas
–incluido Capacitación y Desarrollo– no pueden permanecer ajenas ni hacerse los
desentendidos. ¿Por qué? Porque como hemos reiterado en más de una oportunidad,
el desarrollo de una organización es
llevado a cabo por el personal, no por sus directivos. En el ejemplo que
estamos utilizando, el directivo que propuso promover al vendedor estrella sin
haberse asegurado si éste tenía el expertise
y potencial que demanda la nueva
función, nos ilustra que los directivos no hacen a la organización sino sus
empleados; en este caso se vieron perjudicados, además, por haber “perdido” a
un excelente vendedor y hombre de negocios.
Posiciones
diferentes
Para el interesado en desarrollar su Personal
Branding, la visión hacia la cual se orienta el plan de carrera deberá respetar
el tiempo establecida en ella. Caso contrario, podría estar llegando antes de
tiempo a la meta deseada, pero sin la capacitación o experiencia plena para
hacerse cargo de la misma. Es por ello que cada etapa contemplada en el plan de
carrera deberá ser vivenciada como un
hito, posta o nodo que hace al proceso de desarrollo personal o profesional que
necesariamente se debe transitar.
También es cierto que a veces uno está tentado en
saltear instancias para acortar las distancias y reducir el horizonte de tiempo
establecido en la visión. Pero tengamos en cuenta que ello podría llevarnos a cometer
el mismo error del mencionado vendedor estrella, encontrándonos en un
determinado momento en una posición que resultó ser “la equivocada” respecto de
la que se estaba realmente en condiciones de asumir.
¡El portador de Tu Marca Personal construye y
articula, a partir de la visión, su desarrollo profesional en etapas bien precisas,
asegurándose así de no perder el rumbo y de minimizar el riesgo a su mínima
expresión!
José
Podestá