El Saber Escuchar

08 marzo 2015 ·

El ritmo de vida actual nos lleva, muchas veces, a no prestar debida atención a lo que se oye y tampoco a lo que nos dicen. Algo similar nos ocurre, últimamente con mayor frecuencia, a no percibir correctamente los sucesos que se dan en nuestro derredor. Por supuesto que a la hora de justificarnos enunciamos una serie de razones, que por lo general también hacen referencia a un denominador común: el individualismo.

Somos lo que hacemos
Esta realidad tampoco le resulta ajena a los que se han propuesto iniciar el camino positivo del Personal Branding. De allí que es muy importante no olvidar la práctica del autoconocimiento.

Si uno observa a un investigador, a un artista o a un emprendedor –para citar sólo algunos ejemplos– vemos que no sólo cuentan con un pleno autoconocimiento sino que, por defecto del trabajo, vocación o profesión elegida, no pierden la perspectiva de los pequeños detalles. Es decir que sin darse cuenta de ello, están atentos a los impulsos que les llegan a sus respectivas vidas de relación.
Quizás a la mayoría de ustedes les moleste mucho la equivocación, que por supuesto no deja de ser un aprendizaje. Sin embargo, muchas veces uno podría haberse evitado este tipo de “frustración” si hubiese estado más atento a lo que los otros –sea el jefe, amigo o profesional consultado– nos dijeron acerca de un tema o situación específica.

Para aquellos que tienen responsabilidad de liderazgo o de conducción, no escuchar al otro es un signo de irresponsabilidad y de mala educación. Pero cuidado, porque lo mismo le vale al empleado que no está atento a las consignas que provienen, tanto de su equipo como del superior inmediato.
La cultura imperante

Los que han tenido la oportunidad de vivenciar la cultura del ayer sobre el tema de la escucha, podrán notar la diferencia casi “abismal” que se da entre los actores del hoy. Por cierto que el entorno visual, digital y de las plataformas móviles muy poco ayudan a ello. No porque sean meramente negativos sino porque el ser humano, en lugar de hacer un uso eficaz de estas herramientas, sin darse cuenta ha caído en sus garras; sólo basta con ver la legión de personas a las que se les ha adherido el móvil en sus manos, obligándolos incluso a mantener prácticamente su vista sobre él, tal como si fuera “el fetiche” de la postmodernidad.
Hasta tanto el ser humano no tome consciencia de ello y ejerza su poder de decisión y uso responsable de los recursos tecnológicos, le resultará muy difícil poder liberarse de la nueva esclavitud a la que él mismo optó por suscribir. Si bien se trata de soportes que en sí mismos forman parte de los nuevos medios de comunicación, no por ello el hombre está mejor comunicado; en realidad, está informado.

Pero nada de ello nos ayudará para estar más atentos ni mucho menos para la escucha.
¡El portador de Tu Marca Personal sabe muy bien lo que puede llegar a perder por el solo hecho de no estar atento a su propia escucha, y la del prójimo!
José Podestá

 

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