Ser Coherente

14 junio 2015 ·

En un contexto en donde la mayoría considera que lo importante pasa por el tener y no por el ser, sin darnos cuenta de tal ridiculez hace que esta máxima se instale en la sociedad como una “verdad revelada”. La exacerbación del consumo –aunque a veces se cobra algunas víctimas que deben requerir tratamiento psicológico– es la consecuencia de la publicidad reinante, que se focaliza en el target para que no deje de consumir.

Modelo agotado
La realidad nos ilustra que a raíz de la sobreoferta existente en los mercados, lo que sobra son los productos y servicios, porque no hay suficientes clientes que puedan absorberlos. Sin embargo, y más allá del recambio anticipado que muchos hacen de sus objetos personales, es un sinsentido llegar hasta endeudarse para estar o mantenerse sobre la ola consumista, con el objetivo de llegar a ser “valorado por los otros”.

Seguramente que la mayoría de ustedes conocen a personas que se han convertido en consumidores compulsivos. Lamentablemente, éstos pasaron a ser víctimas del sistema económico, social y cultural basado en la propiedad privada, y que hoy está en crisis. Si uno lo razona, inmediatamente nos daremos cuenta que no hemos venido a la vida para:
- Terminar siendo prisionero o cautivo de los objetos, como es el caso del teléfono móvil que, literalmente, se les ha quedado “adherido” en la mano a muchísima gente. Pero su intento de posesión lo ha llevado también a agarrarse de la muñeca con una forma sutil e inocente de reloj-pulsera.

- Terminar siendo objeto de consumo para las empresas existentes en el mercado, que no sólo nos investigan sino que también nos “espían” para sumar más usuarios usados.
Pero felizmente este modelo ha comenzado a ser cuestionado por las nuevas generaciones, a partir de la Generación Y, lo que permitirá augurar el advenimiento de un nuevo modelo económico y social, mucho más coherente y humano.

Actores responsables
Hasta ahora el sistema occidental en donde convivimos ha requerido que los seres humanos –ciudadanos en sus respectivos países– se deban a las instituciones y organizaciones establecidas. Por supuesto que así debe ser, por tratarse de un reaseguro para que la convivencia no derive en un caos social.

Pero la novedad que se ha venido perfilando desde el advenimiento del siglo XXI, es que el ciudadano-individuo ya no acepta el rol pasivo tradicional que antes sustentaban las mayorías, básicamente por dos motivos:
a. La sociedad informacional lo ha transformado en una persona que aspira hacerse escuchar para expresar sus opiniones-conocimientos, e incluso colaborar.

b. Las instituciones y las organizaciones están en conversación, permitiendo que en ellas fluya información, propuestas y contenidos desde la sociedad hacia arriba.
Esta realidad nos muestra el “despertar” de muchos ciudadanos-personas que no sólo brindan sus conocimientos, sino que también se muestran cada vez más críticos y exigentes ante los “desvíos” o promesas incumplidas de sus representantes, incluyendo el nivel directivo y de supervisión de las empresas y organizaciones.

Así como en el ayer tanto el contralor institucional como el empresario se ejercían en forma autoritaria y vertical, ahora se está revirtiendo rápidamente a partir de las conversaciones, observaciones y demandas “responsables” que parten de las personas en general.
Sin darnos cuenta, el ser humano se está colocando en el centro y razón de ser de las cosas, sean públicas o privadas. Su expansión y fortaleza dependerá del rol responsable que cada uno de nosotros esté llamado a asumir.

¡El portador de Tu Marca Personal deberá ser ejemplo coherente y humilde, cualquiera sea el ámbito laboral o profesional en donde se despeñe, tanto en lo que hace como en la forma en que se brinda y relaciona con sus prójimos!
José Podestá

 

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