Así como existen reportes que anticipan qué
actividades y profesiones desaparecerán en el mediano plazo, es también preocupante
ver cómo y qué eligen las nuevas generaciones al momento de tener que definir
sus estudios universitarios o terciarios.
Puntapié
inicial
Cuando no se tiene en claro cuál es la misión que dará sentido a la vida, se corre un mayor riesgo de equivocar el camino
y la actividad o profesión elegida. Prueba de ello es lo que abunda en la realidad
y que seguramente muchos de ustedes lo han podido constatar en diversas
situaciones, tales como:
- Individuos que no están conformes con lo que hacen.
-Vienen intentando
hacer distintas cosas, incluyo nuevos estudios.
- Privilegian más cómo les va a los conocidos, sin escuchar verdaderamente
su voz interior.
- Han sufrido la presión
de sus padres, al imponerles una réplica de vida de lo que ellos han
llegado a ser, o quizás, de lo que no pudieron ser y hacer, sin darse cuenta
del daño y las consecuencias que luego ello tendrá en su vida personal.
Por supuesto que existen más motivos, razones y
hasta justificaciones que pueden ampliar lo mencionado precedentemente. Sin
embargo, el primer paso que cada uno debería dar tiene que ver con algo muy
básico y esencial: ¡La vocación!
A pesar de la importancia clave que tiene el
descubrir lo que a uno más le gustaría ser y hacer en la vida, no se le presta
demasiada atención; quizás, ninguna atención. ¿Por qué? Porque en el contexto
materialista que nos ha tocado vivir, los parámetros que emanan de la sociedad
y se les impone a los individuos-ciudadanos, tienen que ver más con el consumo
y el beneficio. Desde lo sociológico se percibe que el consumo ya no es una
elección sino un destino, para que el
sistema pueda así seguir funcionando.Darme cuenta
No es entonces una novedad que se nos induzca a
comprar y consumir productos y servicios que, por lo general, no son realmente
necesarios o básicos para nuestra existencia.
También es cierto que en materia de estudios la
oferta académica ha devenido, en las últimas décadas, en una sobreoferta de
carreras cortas y largas, tal como si fueran también productos de consumo que luego el estudiante “descubre”, al momento
de pretender trabajar en ello, que para nada era lo que le dijeron o se
imaginó.
Entonces es fundamental que volvamos al principio,
es decir, al darme cuenta que inexorablemente
uno es el artífice de su propio destino. De allí parte la necesidad primaria de
tener en claro cuál es mi misión-vocación
de vida, antes de realizar la elección del estudio, oficio o profesión. Y
en el supuesto caso que te cueste arribar al darte cuenta, es muy sensato recurrir a un especialista idóneo para
que te ayude y oriente en tu trabajo de indagación interior.
De esta forma podrás ir neutralizando o excluyendo
todos aquellos impulsos externos que
ya sabemos que por su fin mercantilista, poco y nada tienen que ver con la misión por la cual has decidido venir al planeta Tierra.
¡El portador de Tu Marca Personal es muy
probable que haya alcanzado sus objetivos luego de haber pasado por varias
frustraciones, que las supo enfrentar con la convicción suficiente para no sólo
revertirlas sino también capitalizarlas como un aprendizaje útil y fecundo!
José
Podestá