Tu nombre y apellido es la marca que te identifica
para toda la vida. Por tanto, siempre te acompañará y quedará “cifrada”
públicamente en el número que las autoridades han establecido para tus
documentos personales: cédula, pasaporte, clave fiscal, etc.
Cuando uno recorre la historia a través de sus
manifestaciones –ciencia, arte, empresas, docencia, etc.– nos encontramos con
una gran cantidad de personalidades que nos han precedido y gozan de un
reconocimiento universal. Esta realidad nos dice que así como el nombre y
apellido es nuestra “carta de identidad” frente a los demás, también está
llamada a constituirse en Tu Marca
Personal. Es lo que ocurrió con Bach, Shakespeare, Einstein, Ford, Disney,
la Madre Teresa, Eco, etc.
Qué
pasó, realmente
Algo muy básico y fundamental ha ocurrido. Los
grandes del ayer no tuvieron necesidad alguna de recurrir a determinadas
técnicas ni procesos para construir y desarrollar su Personal Branding.
Directamente fueron consecuentes con su misión
y vocación de vida, a la que le
“inyectaron” pasión, motivación y trabajo. Más aún, no hicieron lo suyo para ganar el reconocimiento
póstumo de la humanidad, salvo el caso de algunos especuladores que siempre los
hubo, los hay y habrá; de allí que terminen perdiendo su grandeza.
El ejemplo de estas personalidades también nos dice
algunas cosas que son dignas de consideración:
- Han puesto sus vidas al servicio de sus
respectivas misiones-destinos-sueños.
- Su trabajo ha sido la fuente de ingresos que no en
todos los casos les permitió cubrir sus necesidades básicas, pero no por ello
se prostituyeron ni comercializaron.
- Fueron más allá de sus posibilidades –en términos
de esfuerzo y dedicación– no por una mera satisfacción personal, sino “guidados”
por el deseo de brindarse hacia los demás.
Qué
enseñanzas puedo capitalizar
Muchos de ustedes seguramente fueron pensando,
mientras leían esta columna, que los “recordados del ayer” tuvieron la suerte
de no tener que enfrentarse a las crisis y
condicionamientos al que estamos hoy expuestos. Es cierto, pero cuidado,
porque la historia también nos ilustra que muchos de estos líderes tuvieron que
remar contra la corriente para poder
hacer frente a grandes limitaciones, a la falta de recursos y a las estupideces
de todos aquellos retrógrados que siempre se han caracterizado en poner palos en las ruedas y oponerse sistemáticamente
al progreso y el bienestar de los prójimos.
No obstante hay enseñanzas que convienen tener en
cuenta, como ser:
- Posicionar y desarrollar Tu Marca Personal demanda tiempo, constancia, y trabajo.
- Tener en claro la misión, es decir, el para qué vine al planeta Tierra y hacer qué.
- Sentir el impulso
que partirá de tu interior para plasmarse, con pasión y vocación, en el
trabajo que realizarás en la vida. No se trata entonces de hacer aquello que
“dicen” tiene una mejor “salida laboral-profesional” o son los “mejor pagos”,
sino lo que realmente “tu” sientes desde la intimidad de tu ser debes llevar a
cabo. Después, si ello te permitirá mayores ingresos y bienestar, estupendo,
pero nunca partiendo al revés.
- Descartar la opinión de los “otros”, especialmente
cuando intentan apartarte de “tu” camino, dado que se trata de “tu” vida que
has de honrar, haciendo y brindando un servicio-beneficio para los demás.
Muchas veces y sin darse cuenta, hasta los padres “pecan” por darle lo mejor a
sus hijos, tratando de apartarlos de un modo egoísta de aquella vocación que
para nada “creen” que será lo mejor en sus vidas.
Entonces,…
¡En la medida en que seas consecuente con tu
misión, no sólo llegarás a ser un digno portador de Tu Marca Personal sino un
ser que sabe muy bien que lo tuyo es lo que los demás estaban esperando de ti!
José
Podestá