Trabajar Como Ser Humano

25 septiembre 2016 ·

En una organización suelen darse básicamente tres tipologías de empleados, a partir de cómo hacen las cosas.

- Los que asumen con responsabilidad y entusiasmo tanto las actividades asignadas como sus propuestas de mejora y valor. Se trata de un perfil autónomo, que está predispuesto a innovar y ser parte de grupos heterogéneos de los que pueda “retroalimentarse” en pos de sus objetivos.

- Los que muestran una cierta inercia en sus tareas, la que está acompañada con una baja expectativa y motivación. Se caracterizan por ser dependientes y eventualmente reactivos frente a las circunstancias.

- Los “multitasking” que se involucran de modo proactivo en diversas tareas, en forma simultánea, disfrutando además por mantenerse conectados en la frecuencia 24/7.

Pero más allá de estos perfiles, es muy importante que el trabajador –sea un empleado en relación de dependencia o un profesional independiente– tenga bien en claro si lo que está haciendo tiene algún sentido en su vida o se trata, más bien, de un camino o modo de “ganarse la vida”.

Las razones

Por lo general no suelen ser mayoría los que tienen definido, en función de su misión y vocación, la razón-sentido de lo que vienen haciendo o están dispuestos por realizar. Lo habitual es que la persona se ponga a trabajar o seguir eventualmente “alguna” carrera o posgrado universitario, porque piensa o cree que “de algo hay que vivir”.

Seguramente que ustedes tienen muy buenos ejemplos de lo que acabamos de describir. Más aún, hasta podría ocurrir que alguno de ustedes llegue a sentirse identificado con lo mencionado. Por supuesto que para nada pretendemos “molestar” con ello, porque sabemos muy bien que suele ser un tema generalmente no resuelto, por la ausencia o carencia de algún soporte oportuno de orientación y reflexión, ya sea en la escuela o en la propia familia.

También en un dato de la realidad la falta de un espacio referencial que ayude a las personas a poner en claro el “qué y el para qué” de su existencia y cómo ésta debería articularse en su vocación de vida. En cambio, sí proliferan las soluciones rápidas e “interesadas” que apuntan a resolver el futuro de la persona a través de la oferta de estudios que, además, es “propia” de la institución que brinda dicho “servicio”.

Esto explica, entre otras razones, que el cuarenta por ciento de los alumnos que finalizaron el primer año de la carrera “elegida”, luego no se inscriban en el segundo año. Mientras tanto, el Estado de turno también hace lo suyo, al facilitarle al alumno universitario el poder cambiar sin problema a otra nueva carrera, reconociéndole las asignaturas ya cursadas y aprobadas, evitándose así el tener que comenzar de nuevo.

Como pueden ver, se elige poner el caballo de frente al carro, sabiendo que así no se podrá llegar a ningún lado.

Por supuesto que existen otros motivos y circunstancias que atentan hacia el tema central de poder trabajar como personas, es decir, como un ser humano que percibe o llegó a descubrir que lo suyo tiene un sentido, porque está orientado a brindar determinada solución a sus prójimos. Entonces, el trabajar como ser humano no implica el tener dotes de genio ni talentos deslumbrantes. Pero sí en hacer aquello que cada uno “descubre” es la misión y razón de ser de su existencia.

Si bien la realidad en la que estamos expuestos poco y nada suele ayudar, dado que lo que importa es más bien todo aquello que estimule el consumo y en definitiva sea “un negocio” para quienes los promueven, no por ello debemos olvidar que cada uno de nosotros también posee su “propia marca”. Por tanto, en la medida que llevemos a cabo nuestra tarea –independientemente de la empresa o la profesión elegida– seremos los portadores de una “identidad” de real valía y sentido. ¿Por qué? Porque no sólo es la que nos permite darnos a conocer en lo que hacemos y distinguirnos como personas, sino que también es la que en definitiva terminarán valorando nuestros prójimos.

¡El portador de Tu Marca Personal es reconocido e incluso recordado no por el dinero y el poder detentado, sino por el “sentido” que sus obras tienen para las personas y la sociedad, en general!

José Podestá

 

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