Dependencia Heterogénea

04 diciembre 2016 ·

Una de las consecuencias de la globalización ha sido y es el beneficio de poder llegar a interactuar con múltiples culturas. Estamos, felizmente, en las antípodas de cuando el área de personas de las empresas debía llevar a cabo un proceso de “transculturización” con aquellos que próximamente iban a ser trasladados a países con una idiosincrasia muy distinta; también les pasaba lo mismo a quienes emigraban, por razones similares, de oriente a occidente.

La heterogeneidad, suma

Hoy es bastante común estar participando de una reunión de trabajo en donde conviven personas de diferentes orígenes étnicos. Contrariamente a lo que uno suponía, el resultado de ello es altamente positivo, especialmente por los distintos puntos de vista y vivencias que las personas aportan.

Por supuesto que esta realidad, desde el punto de vista organizacional, ha sido viable a partir de la caída de los muros interdepartamentales y el estilo autocrático-verticalista que imperó durante décadas.

Quizás para los millennians poco y nada significa lo que estamos diciendo, justamente porque se han encontrado con un tipo de organización en la cual ya convergen los procesos horizontales y transversales de gestión. En la práctica, esta generación es la que se viene moviendo dentro del nuevo proceso.

Pero también existen otros factores de peso en la presente organización. Son los que tienen que ver con el género y la edad.

- Para las mujeres, el anacrónico “techo de cristal” –si bien aún existe como práctica “oculta” en algunas compañías– ingresó en el ciclo de no retorno. Más allá que en el ayer hubo mujeres que llegaron a ocupar puestos ejecutivos y directivos, ello estaba limitado a un número bastante acotado de casos. Hoy no sólo ya no es así, sino que en cantidad y calidad están comenzando a superar a los hombres. Sin embargo, resta aún hacer caer el “tabú machista” de la equiparación salarial; la buena noticia en este caso es que en forma continua se van sumando más organizaciones, las que están abandonando esa lamentable política salarial cavernícola y restrictiva.

- El otro factor es el etario. Así como en el ayer era “impensable” que una persona joven tuviera a su cargo empleados de mayor edad, hoy ya dejó de ser un impedimento. ¿Por qué? Porque cada vez más jóvenes se van incorporando a las organizaciones y alcanzan a ocupar, en plazos de tiempo cada vez más cortos, una posición jerárquica acorde con sus conocimientos y “expertise”.

De esta forma, la segmentación etaria pasó a ser alojada en el “arcón de los recuerdos”. Basta recordar que los puestos de trabajo incluían la edad de las personas, de un modo casi excluyente. Si era muy joven, mal que le pese se tenía que “conformar” con el puesto de cadete. Entre los veinticinco y treinta años, “correspondía” al empleado u operario con experiencia. Los jefes eran aquellos o aquellas que debían superar los cuarenta. En cambio, si lucía abundantes canas o calvicie, eran gerentes o directores.

Como podemos ver, la dependencia heterogénea vino a dar por tierra con los disparates culturales a los que muchas generaciones de trabajadores tuvieron que aceptar como “un dato de la realidad”. Por suerte para las empresas, instituciones y organizaciones en general, en esos tiempos las diferencias de género, etaria y salarial eran aceptadas mayoritariamente por la sociedad en general, cosa que hoy es ridículo sustentar y defender.

Qué nos dice esta evolución

El proceso de la globalización, sumada a la revolución de las telecomunicaciones, ha posibilitado la aparición de una nueva sociedad conocida como de la información y del conocimiento. Por su parte, la democratización al acceso de la información y la incesante irrupción y aplicación de las nuevas tecnologías, produjo otro efecto muy importante que tiene que ver con la migración del poder.

Las empresas y los medios de comunicación ya no son los depositarios naturales del poder que, con distintos grados de rigor, han venido ejerciendo en el tiempo. Ahora, el poder está en la gente. Es decir, en el ciudadano, empleado, obrero, artesano, emprendedor,… que en forma responsable lo hace valer frente a los demás.

Aunque para algunos este cambio los inquiete, no por ello deja de ser válido y vigente. No sólo hace a una dependencia heterogénea más eficaz, sino que le permite y al mismo tiempo le demanda al ser humano hacer un uso responsable de su libertad.

¡El portador de Tu Marca Personal está llamado a ser un agente de cambio en la sociedad, a partir de la vocación que hizo suya para darle un sentido a su vida y por el servicio que sus prójimos también esperan recibir de él!

José Podestá 

 

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