En marketing se comenzó a utilizar y desarrollar el
concepto de customización, luego de
la globalización. El mismo tiene que ver con la factibilidad de producir o
brindar bienes y servicios a la “medida” de los intereses reales de los clientes
y consumidores. En sí mismo es un factor clave para la diferenciación, sobre
todo en un contexto-mercado como el actual que tiende al opuesto, es decir, a
la homogenización o me too.
También
en el trabajo
Así como en el ayer estaba tácitamente asumido que
en todo nuevo trabajo se debía “pagar el derecho de piso”, hoy esto se lo
percibe como algo literalmente ridículo.
Si bien tenía sentido el hecho que el empleado
buscara crecer dentro de la empresa –la rotación no sólo era mal vista, sino
asimilada a un acto de inmadurez personal– y esa necesidad de crecimiento lo
llevaba a querer cubrirla a cualquier precio, hoy ya no es tan así. ¿Por qué?
Porque el llevar a cabo una carrera laboral-profesional no se la asocia con hacer
sacrificios a costa de todo; en oriente continúa siendo así por un tradicional
impulso cultural.
En cambio sí tiene sentido el diseñar la carrera o
el proyecto personal a la medida de las prioridades particulares. Se trata, sin
dudas, de algo que todavía les cuesta poder digerir o aceptar a muchas
organizaciones, a pesar de haber sufrido por ello la partida de muy buenos
talentos.
Hoy no existen barreras o limitaciones que sean
excluyentes para la organización, como así tampoco las que no tengan en cuenta
el equilibrio razonable entre las partes. ¿En qué sentido? Al haber perdido el
“monopolio” del poder, la empresa necesita escuchar y ponderar las múltiples
propuestas de sus empleados, especialmente cuando alguno de ellos le plantee,
por ejemplo, partir para realizar un MBA y luego retornar o bien tomarse un año
sabático después de haber liderado el desarrollo e implementación de un
proyecto estratégico de mediano plazo. Son, realmente, demandas muy razonables
que el empleado plantea a la organización, cosa que para nada tenían cabida ni
consideración en el ayer.
El disfrutar, el hacer lo que le gusta, sentirse
pleno en el trabajo o la profesión que lleva a cabo, habla muy bien de la
persona, toda vez que ésta lo expone durante el proceso de selección. Porque
con ello está diciendo que le importa mucho “elegir” lo que le gusta hacer y
“definir” sus intereses laborales y personales. Habla, además, de un perfil
“proactivo” ante la vida y sus obligaciones, con lo cual la empresa no se verá
luego sorprendida o defraudada cuando lo asigne a un proyecto que, en términos
de responsabilidad, pueda integrarse y asumirlo plenamente como un desafío para
su desarrollo profesional.
Si bien el trabajo customizado es parte del proyecto personal, también contempla los
ciclos vitales que la persona toma en consideración al momento de tener que
decidirse. ¿Esto qué significa? Que la estrategia del plan de carrera laboral y
profesional es dependiente de ciclos que han de influir durante su implementación,
como ser: lo biológico, lo social, lo familiar y la formación continua. Entonces,
la carrera personal estará dada por la definición del qué y cómo invertir tu
energía y tu tiempo en la vida, sabiendo que tienes una misión y un destino que
necesitas compatibilizar. Ello también te recuerda que, en definitiva, tu vocación es la que podrá condicionar tu
obligación de hacer carrera, siempre y cuando resulte ser funcional con tu misión en la vida.
Así como en el ayer el ser humano estaba muy
condicionado en su trabajo, por los patrones culturales y sociales de la época,
hoy “goza” de un “poder” estupendo que lo libera de tener que quedar asimilado
o “cosificado” al designio de su empleador. De allí la importancia de poner de
relieve tus valores, intereses, gustos y preferencias por lo que sabes o
“sientes” que es lo que debes hacer valer en tu carrera o proyecto personal.
También es una muy buena noticia el cambio llevado a
cabo por parte de muchas compañías, brindando comprensión y flexibilización a
las necesidades de cada empleado. Se trata de organizaciones que se dieron
cuenta que el enfoque de recursos humanos
tiene, en definitiva, muy poco de “humano”. Por tanto, se ocupan por generar
espacios que motiven incluso el “emprendedurismo” en todos aquellos individuos
cuyo proyecto personal así lo requiera.
¡El portador de Tu Marca Personal es un
verdadero entrepreneur –aunque a veces no se dé cuenta de ello– por la forma y
convicción de cómo lleva a cabo su compromiso en todos los órdenes de la vida,
al tiempo que va describiendo el sentido y el legado de su misión!
José
Podestá