Contexto y Presiones

20 enero 2019 ·

Si uno observa el contexto internacional, especialmente en Occidente, no deja de ser preocupante. Los conflictos, reclamos, abusos de poder, inseguridad de todo tipo –incluido el laboral– acosos sexuales, deslealtades profesionales,… están a la orden del día. Por supuesto que todo ello termina repercutiendo en la faz anímica de las personas, como así también en el clima laboral en donde uno se desempeña, sumada a la presión por los resultados y la sobrecarga incremental de trabajo debido a la reducción de personal.


Qué es conveniente hacer

Por tratarse de estímulos ajenos y no controlables por uno mismo, ello termina “obligándonos” a ser más responsables por las tareas asignadas, el servicio profesional brindado y la posterior influencia que luego ello tiene frente a terceros.

Independiente de esta realidad y como uno debe ser el artífice de su propio destino, es necesario y muy “saludable” desdoblar el riesgo. ¿En qué sentido? Llevando en paralelo una actividad o emprendimiento particular en donde el “jefe” es uno mimo, al tiempo en que no sólo uno pasa a ser precavido ante un eventual imprevisto laboral –por ejemplo, ser despedido de la actual organización, sufrir una reducción salarial o ser trasladado a otro sector– sino que también se cuenta con un “reaseguro” económico para cuando llegue el tiempo del retiro o de la jubilación.

Si en el supuesto caso el emprendimiento en cuestión demandara la contratación de empleados, aquí uno tiene la posibilidad –y fundamentalmente la “responsabilidad”– de no replicar en ellos los mismos errores e “injusticias” que uno percibe o padece en la organización en la cual se desempeña. Esto que parece ser tan obvio y humano, no siempre suele cumplirse como uno se lo imagina. Al respecto, existen reiterados casos de “maltratos” que el emprendedor “independiente” también aplica a sus subordinados, tal como si fuera una “consecuencia” de lo que la organización o el sistema vienen haciendo con él.

En cambio, si uno obra respetando, valorando y tratando a sus empleados como “seres humanos”, es decir lo opuesto a “recursos humanos”, logrará no sólo mejores resultados en la actividad, sino que comenzará a tener un reconocimiento y estima tal que terminarán impulsando luego, con creces, la imagen y la reputación de su Personal Branding.

Posiblemente llegará el momento en que uno se encontrará ante una disyuntiva, al no saber si vale la pena seguir “gastando” energía en la organización en donde viene desempeñándose en relación de dependencia, o bien dedicarse exclusivamente a “su” emprendimiento personal. Desde ya que la decisión es eminentemente individual, porque de ella surgirán cuestiones tales como:

- Haberse convencido que su misión no pasa por trabajar en relación de dependencia.

- Sentir que “su” emprendimiento es lo que afloró como un impulso interior o “mandato” acerca de lo que “siente” que debe hacer, de ahora en más.

- Porque está transitando un nuevo septenio de su vida que le propicia la oportunidad del cambio.

Esto qué significa

Muchas veces no llegamos a ser plenamente conscientes de las cosas que nos suceden, por la sencilla razón de sentirnos “esclavos” de nuestra cotidianeidad. Tal como le ocurre al “dependiente” del celular, venimos caminando por la vida con la cabeza baja, tratando de ver-escuchar-responder al instante cosas que poco y nada vinculan con lo importante, sino más bien con las costumbres y los usos sociales del momento.

Recién cuando uno toma consciencia que por allí no pasa la vida, ni mucho menos el mandato que anida en la misión personal, es cuando se “ilumina” el alma para hacernos ver, sentir y recordar el motivo-razón de nuestra existencia. Entonces y en la medida en que uno capitalice el impulso, comenzaremos a darnos cuenta y comprender lo que de ahora en más se espera que hagamos.

Quizás algunos de ustedes conocen el caso de personas que, en un momento determinado, sintieron lo que debían hacer y con una gran tenacidad –que muchas veces orilla hasta en la obsesión– aplican toda su energía a dicha cuestión.

Si bien en todo momento es bienvenido escuchar nuestra voz interior para rectificar –incluso confirmar– lo que debemos hacer, no deja de ser otra buena opción intentarlo cuando nos sentimos oprimidos, desorientados o hastiados del contexto y de las presiones negativas que parten del mismo.

¡El portador de Tu Marca Personal es un ser que frecuentemente se autocuestiona con la finalidad de no errar en el camino que la vida le asignó, para ir plasmando desde allí las huellas de su recto obrar!
José Podestá

 

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