El concepto
de la estandarización en las empresas –procesos, máquinas, herramientas,
empleados– ha sido durante décadas un eficaz recurso para la
reducción-optimización de los costos. A pesar que hoy los sistemas de producción
no son los mismos, como tampoco los de comercialización y gestión de personas,
la mayoría de las empresas siguen rigiéndose por los procesos, descripción de
puestos y objetivos exitosos del ayer.
Desde la
psicología se ha venido reiterando en el tiempo que el ser humano es un
individuo único e irrepetible, concepto que todo responsable o profesional del
área de personal lo sabe desde el vamos. Sin embargo, y a pesar que las
personas que trabajan en una organización nunca fueron homogéneas, estos especialistas
fueron desarrollando e implementado ideas que tendieron a la estandarización de
las funciones, sueldos y, obviamente, empleados.
El justificativo administrativo, no sirve
En realidad
nunca debería haberse aceptado, porque esa práctica en el ámbito laboral llevó
a la gestación de rebaños y clones que, si bien se los podría “administrar”
estupendamente, pasaron a ser mayoritariamente un lastre por la improductividad
generada y la carencia de aportes e ideas creativas que tan necesarias son en
cualquier organización.
Hoy es
frecuente tener que interactuar en la empresa con grupos de distintas culturas.
En general, aunque se trate tan sólo de grandes corporaciones, todavía estos
colaboradores se ven sorprendidos por las viejas normativas vigentes. Lo
insólito es que, en lugar de aprovecharse la experiencia internacional para
capitalizarla y cambiar, se deba aún escuchar una expresión tan vacía de
contenido como: “Aquí es así” o “nosotros lo hacemos de esta manera.”
Entonces,
cuando llega el momento de evaluar al empleado, surge la incompatibilidad
derivada entre la normativa vetusta gerenciada
por los que saben y la demanda que se le exige al empleado en términos de
creación de valor, propuestas y sugerencias aportadas durante el periodo.
Para poder
tener una empresa sustentable en el tiempo se necesita del aporte y el
compromiso del empleado. Por ser un requisito “excluyente” en los tiempos que
corren, la empresa debe poner toda la infraestructura al servicio del empleado.
Tal como ya lo hemos dicho oportunamente: la
empresa debe trabajar para el empleado, y no al revés.
El empleado no homogéneo hace la empresa
Mientras la
organización persista en el anticuado enfoque administrativo para gestionar a
las personas, no sólo irá perdiendo poder y relevancia sino que estará
trabajando para su propia desaparición.
Si una
empresa la componen quince, doscientos o cinco mil empleados, tiene la
posibilidad de gestionar esa individualidad para que estén motivados y
orgullosos de pertenecer a la misma porque saben que, diariamente, están
co-creando y haciendo suya las tareas realizadas.
¡El
portador de Tu Marca Personal sabe muy bien que debe ser consecuente y tenaz
para perseverar en su diferenciación, autonomía e individualidad!
José Podestá