Las
organizaciones-empresas de excelencia, además de haberse constituido en las más
exitosas de la última década, se destacan en lo interno porque tiene una
propuesta de valor para sus empleados, que va más allá de un buen trabajo.
Desafío responsable
Hoy la
empresa necesita, para seducir a sus empleados talentosos a lo largo de toda la
estructura organizacional, estar comprometida más allá de la naturaleza de sus
actividades o negocios. Esto implica, básicamente:
- Contribuir
a un mundo mejor a partir del objetivo establecido para el mediano o largo
plazo. La visión, por su parte, debe ser cautivante en materia de
responsabilidad social.
- Tener
valores genuinos y atractivos.
- Tratar a
los empleados como personas que tienen aspiraciones, un plan de carrera propio
e incluso algunos de ellos son portadores de Tu Marca Personal.
-
Contribuir y estimular al desarrollo de las personas, a todo nivel.
- Propiciar
la felicidad en el trabajo. Esto demanda tener en cuenta los tres inductores
que alimentan a la felicidad aplicada al personal: el placer por lo que hace; el sentido
que el trabajo tiene en la vida del empleado; el compromiso mutuo y responsable.
Tal
convicción y valores hacen a la identidad de la empresa y conforman una cultura
organizacional superadora de lo que se estaba acostumbrado en el ayer. Quizás
algunos puedan pensar que todo ello es más utópico que factible, pero para nada
es así; es lo que hoy diferencia a las empresas comprometidas con sus
empleados, su misión y la sociedad.
Pereza mental
Quienes se
resisten al cambio e insisten en defender las exitosas prácticas del ayer, poco
les importa el rol del empleado. Son los que vienen defendiendo, a capa y
espada, la sumisión del trabajador como recursos
humanos, sin haber advertido que si es un recurso, no es humano. Entonces,
para estos ejecutivos es lógico creer que en definitiva cada uno trabaja en lo
que puede o en lo que está ya tipificado en la descripción del puesto, motivo
por el cual es un absurdo andar dándole vueltas al asunto.
Tal pereza
mental es lo que hoy marca la diferencia entre las empresas exitosas de las que
no lo son. Sin darse cuenta, están conduciendo a su empresa a un final
desgraciado y perdedor, salvo que en el directorio exista alguien que no esté
dispuesto a aceptar actitudes y comportamientos tan egoístas e irresponsables.
Código de ética
Lamentablemente, actuar en organizaciones con pereza mental es para el empleado proactivo y habilidoso algo muy nefasto. Además, se equivocan aún más cuando sostienen que todo se hace en el marco de
Es una
ingenuidad creer que al hablar de ética se involucra a la moral. ¿Por qué?
Porque la moral se relaciona con todo aquello que es correcto o incorrecto,
justo o injusto, bueno o malo, con lo que se acuerda honrar como condición de
respeto hacia el otro y la supervivencia de la organización. La
ética, en cambio, se vincula a los modos en que las personas y la empresa
eligen posicionarse ante los valores.
En
consecuencia, no es la declaración de intenciones de la empresa lo que hace
moral a un código de ética, sino el modo en el cual actúe. Por tanto, si la
organización se ufana de tener un área de recursos humanos, no significa que
sea ética ni tampoco que brinda a las personas un buen trabajo.
¡El
portador de Tu Marca Personal es muy consciente del tiempo y el esfuerzo que le
demandó desarrollar y posicionar su Yo SA, incluso más allá de las fronteras
del buen servicio que brinda a la sociedad, para luego terminar en una
organización que se jacta de brindar un buen trabajo!
José Podestá