Uno suele
estar más predispuesto y acostumbrado a pensar, planificar y llevar a cabo el
posicionamiento y desarrollo de la carrera laboral-profesional, y del Personal
Branding, en la actividad privada. Sin embargo, también hay oportunidad y
futuro en la esfera oficial y pública.
Percepción burocrática
Contrariamente
a la creencia popular, la palabra burocracia es sinónimo de organización. Al
respecto, el sociólogo alemán Max Weber la llegó a concebir, en el siglo
pasado, como “el invento más importante
de organización social”. Lo que luego ocurrió, y de allí su mala imagen,
fue que la burocracia terminó vinculada y asociada al régimen
comunista-socialista, en oposición al sistema vigente en occidente.
Sin
embargo, en occidente lo burocrático rima y se vincula con el rol
extremadamente rutinario, denso y complicado al que el ciudadano le toca
enfrentar y padecer toda vez que necesita realizar un trámite o una consulta en
las oficinas públicas.
Todo ello
le ha venido jugando en contra a la administración pública. De allí el rechazo
o ignorancia premeditada de exclusión que tiene el ámbito oficial en la mente
de la gran mayoría, cuando de carrera laboral y profesional se trate.
Círculo vicioso
Así están
dadas las cosas. Por tanto, la mejora y la calidad de gestión en la
administración pública es una asignatura pendiente. En ello tiene que ver
también el rol político que se le destina al puesto máximo de conducción, por
lo negativo e ineficaz de tal práctica. ¿Por qué? Porque el funcionario, lejos
de asumir en su área o repartición un desempeño eficaz y de calidad en la
gestión, se limita en lo concreto a encuadrar políticamente el desempeño a la
ideología del partido gobernante. De esta manera, los resultados distan de lo
esperado, con el impacto negativo que ello produce tanto en el ámbito oficial
como en la sociedad.
Pero la
gestión del burócrata de turno encierra otro inconveniente no menor: ¡La baja
calificación de antecedentes que habitualmente posee para dirigir y gestionar
la función asignada! Todos saben lo que produce tal irresponsabilidad en
términos de relaciones a nivel de los funcionarios y empleados del área
involucrada.
Cómo revertirlo
Para ello
es necesario una toma de consciencia en las nuevas generaciones de políticos,
en general, y de la sociedad en particular. En la medida que sigan los
funcionarios replicando las viejas y fracasadas prácticas, y la sociedad no
ejerza el poder de contralor y demanda correspondiente, el resultado previsible
será: ¡Más de lo mismo, pero con deterioro creciente!
Por su
parte, los funcionarios y empleados también deben expresar lo suyo, en forma
directa o bien a través del sindicato que los representa. De lo que se trata es
sumar resultados de modo responsable, es decir, haciendo un uso correcto de los
recursos públicos que los ciudadanos vienen tributando en impuestos.
No obstante,
que los cargos de máximo nivel se lo reserven los funcionarios políticos de
turno, no está mal. Lo que sí es inaceptable, por lo pernicioso y hasta fraudulento,
es no hacer bien las cosas desde el inicio de la gestión, por carecer del
conocimiento y el expertise que la
cosa pública también demanda.
La oportunidad dada
Frente al
panorama descrito y aunque para algunos les resulte traumático, el ámbito oficial
y público no debiera ser dejado de lado o fuera de consideración. Por lo general
existen funcionarios y empleados de carrera que vienen haciendo las cosas bien.
Más aún, son los que en última instancia hacen viable la misión de la institución. Algunos
de ellos llegan hasta desarrollar un Personal Branding de consideración.
En
consecuencia, la administración pública es una instancia que está a la espera
de sumar personas con vocación de gestión y servicio. Con ello se lograría no
sólo cambiar la mala percepción hoy existente, sino reposicionar un sector que
también es clave para que las cosas ocurran, en tiempo y con calidad.
¡El
portador de Tu Marca Personal puede descubrir y capitalizar, en el ámbito
público, una oportunidad-desafío de importancia que luego le permita añadir
valor en su proyecto laboral y profesional!
José Podestá