El compromiso en el trabajo suele presentar algunos
problemas cuando se estanca en la polaridad. En tal sentido, nos encontramos
aquí con dos perfiles bien opuestos:
- Hay personas que por distintos motivos no desean
involucrarse en la tarea asignada. Más aún, tampoco les motiva el empleo obtenido,
generalmente no por razones antagónicas con la empresa, sino porque en realidad
no tienen en claro su vocación, es decir, lo que realmente aspiran o sienten
que debiera ser su legado en la vida.
- En el otro extremo se encuentran aquellas personas
que por lo general son muy proactivas, muy predispuestas a dar mucho más de lo
que establece el puesto en cuestión. Quizás el empresario prefiera y valore más
esta actitud hacia el trabajo, pero ello no deja de ser un “problema” cuando
algunas de estas personas devienen en workalcoholic
o adictas al trabajo, por los problemas de convivencia y relación que tienen
con sus compañeros o miembros del equipo de trabajo.
El
arte del equilibrio
La polaridad, cualquiera sea su manifestación en la
vida de relación, presenta sus inconvenientes. Más allá de los condicionantes e
imperativos psicológicos que se da en sus portadores, ello no debiera ser
soslayado en el ámbito laboral y profesional.
Quizás nos llame más la atención los extremos de las
cosas, pero lo cierto es que el sutil don
de mantenerse en el centro de la polaridad es lo que uno debiera conservar
o bien “trabajar” para lograrlo; incluso cuando se está transitando el proceso
de desarrollo del Personal Branding.
A diferencia del ayer, las empresas también han
crecido y madurado respecto al trato y respeto hacia el empleado-persona. Ello
ha sido posible, fundamentalmente, por el cambio que les impactó desde el
contexto en donde operan. Así, el empleado dejó de ser un mero objeto –tal como
lo son los equipos y herramientas que se aplican en el trabajo– para pasar a
ocupar el centro de la organización.
Esta realidad ha permitido que el área tradicional de
Recursos Humanos haya migrado hacia el área de Personas, a pesar que aún exista
una mayoría que no se ha dado cuenta de ello. No por simple “maldad”, sino por
desconocimiento de lo que está sucediendo de “puertas-hacia-afuera” de la
organización. Entonces, cuando a estas empresas les llega el momento de
realizar el cambio generacional o incorporar algún ejecutivo en una posición
estratégica, no llegan a comprender las “imposiciones” que sustentan los
postulantes durante la entrevista de selección.
Reconocimiento
y valoración
Así como las organizaciones trabajan para que las personas se establezcan en el centro de la mencionada
polaridad, también son conscientes del reconocimiento y la valoración que deben
tener con el personal. Y no es para menos, no sólo por el arte o alquimia que le demanda al empleado
mantenerse en equilibrio, sino también por la creatividad, innovación y la mejora
continua que cada uno va realizando, en forma autónoma, en sus respectivas
funciones.
Entonces, más que expulsar a las personas que están en ambos extremos –por ser portadores
de polaridad– la empresa hoy implementa programas de capacitación y seguimiento
personalizado, para que cada uno potencie y canalice sus energías en el justo
medio.
¡El portador de Tu Marca Personal, al estar
expuesto durante su desarrollo profesional a todo tipo de presiones internas y
externas, deberá evitar la polaridad y tener en cuenta que el compromiso hacia
el trabajo exprese la razón de ser de su proyecto laboral!
José
Podestá