El interesado en desarrollar y posicionar su
Personal Branding necesita partir del futuro. Al respecto, en un momento de su
trabajo personal deberá autoresponderse, con los pies en la tierra, dónde se ve trabajando y en qué cargo o profesión,
dentro de ocho, diez o quince años. Todo ello dependerá de la magnitud,
aspiración y esfuerzo que esté dispuesto a imprimirle a su plan de carrera
laboral y profesional.
La
mayoría no actúa así
En la vida de relación vemos que existe un alto
porcentaje de individuos que no expresan su opinión o puntos de vista sobre
determinados temas, por temor a ser marginados en el ambiente en donde
interactúan; ello es conocido técnicamente como “la espiral del silencio”. Lo
mismo puede ocurrir en el Personal Branding, motivo por el cual no suelen ser mayoría
las personas que deciden tomar las riendas
de la vida en sus manos. Algunas de las razones frecuentes de ello, podrían
ser:
- Por simple desconocimiento acerca del rol activo
que están llamados a asumir.
- Porque creen que en la medida que trascienda en la
empresa en donde trabajan que por su carrera e interés personal no es estar
allí por mucho tiempo, optan por recurrir a la espiral del silencio, no sea que de llegar a enterarse el gerente
consideren que podrían ser despedidos
automáticamente.
Lo opuesto ocurre en aquellos que, en función de las
etapas o pasos escalares que necesitan ir realizando en el tiempo, hasta el
momento de alcanzar el logro de su visión,
acuerdan con la empresa llevar a cabo determinadas tareas que son funcionales a
“su” proyecto personal.
Posiblemente, algunos de ustedes se pegunte hasta
qué punto es coherente y factible la actitud asumida en el último caso
mencionado. Pues bien, ello tiene que ver con el desarrollo aspiracional del
Personal Branding que este perfil de empleado, ejecutivo o profesional está
dispuesto llevar a cabo.
El
talento es el justificativo
Aquel que viene trabajando en el Personal Branding
sabe muy bien que cuenta con alguna habilidad o talento que pasa a ser vital en
su desarrollo personal. Por tanto, cuando la empresa decide incorporarlo es porque
descubrió o bien llegó a enterarse que se trata del individuo más adecuado para
la organización.
En el hoy, las empresas que están realmente
consustanciadas del entorno en donde deben desarrollarse y eventualmente
subsistir, tienen bien en claro que para alcanzar sus objetivos necesitan de
personas habilidosas y diferentes al gran
rebaño. Asimismo, también saben que el empleado o ejecutivo a incorporar se
retirará de la organización cuando sienta, por ejemplo:
- Que no han cumplido con las “promesas”
manifestadas en el proceso de selección.
- El empleado percibe que ya brindó y asimiló todo
lo que podía dar y esperar de la empresa.
En consecuencia, cuando el empleado es el que decide
partir –práctica cada vez más frecuente a la que están expuestas las
organizaciones– los intentos que ésta realice para “retener el talento” no
tienen sentido ni sustento alguno. ¿Por qué? Por la sencilla razón que el
talento no se lo puede retener sino estimular para que se exprese en el hacer.
En cambio, la organización es muy probable que
obtenga una mayor permanencia del empleado habilidoso que potencialmente pueda
llegar a migrar; por ejemplo, cuando lo integra en sucesivos proyectos que resulten
ser “funcionales” al plan de carrera de esa persona.
¡El portador de Tu Marca Personal cuenta con
las competencias necesarias para acercar el futuro al hoy, porque no sólo sabe
cómo hacerlo sino también porque con su quehacer laboral-profesional va
consolidando su posicionamiento, en armonía con las etapas de su vida!
José
Podestá