El trabajo puede manifestarse de distintas formas y
en distintos ámbitos, más allá de lo tradicional ya conocido –sector público y
privado. Podrá ser llevado a cabo en relación de dependencia, incluido el canal
retail, como profesional o
emprendedor, y también en el sector que en los últimos años viene creciendo en
importancia: el compuesto por las entidades sin fines de lucro. Dentro de éstas
se encuentran amparadas una diversidad de organizaciones, de las cuales la
denominada ONG –Organizaciones No Gubernamentales– es la que ha tenido mayor
difusión y expansión en los últimos años.
La ONG, más allá de la actividad que representa como
institución, suele tener una finalidad básicamente solidaria y comunitaria.
Suele estar integrada por una reducida cantidad de personas bien entrenadas,
incluido los voluntarios, que son personas que prestan o “donan” sus servicios
en función de sus posibilidades horarias.
Si bien el Estado debería ocuparse de ello,
lamentablemente no lo hace en la mayoría de los casos; en esto podemos
encontrar “justificativos” tanto políticos como de índole presupuestaria. Es
sabido por todos que el Estado, si bien tiene vocación por cobrar impuestos a
los ciudadanos, luego no necesariamente se ocupa de los más necesitados.
Además, uno de estos impuestos –el IVA a los bienes básicos– es decididamente
“regresivo”, porque capta un porcentaje menor a medida que aumenta el ingreso
de la persona, afectando en mayor proporción a la población de menores
recursos.
Todo
un trabajo
Cualquiera sea la finalidad social de una ONG
–personas en situación de calle, adopción, discapacidad, madres solteras, etc.–
al tener que hacer frente a urgencias o solucionar necesidades puntuales,
necesitan ser muy eficientes, eficaces y productivas en su accionar. De allí el
nivel de compromiso y profesionalismo de sus integrantes, y la posterior
capitalización de experiencias que los colaboradores van sumando en sus
biografías.
Es así como de un modo secundario e incluso no
planificado, entre los integrantes funcionales de una ONG van surgiendo
referentes que cuentan con excelentes condiciones de liderazgo, adquirido de la
práctica cotidiana a la que están expuestos. Se trata, por cierto, de personas
que con el tiempo detentan una muy buena preparación para asumir puestos de
responsabilidad, tanto en el ámbito privado como público e internacional,
porque no sólo se han constituido en expertos en lo que vienen haciendo, sino
que también poseen una predisposición de llegada y trato superlativo hacia el
prójimo. Quizás éste es el mejor aprendizaje que surge de una tarea social, la
que nunca podrá ser emulada por una actitud o comportamiento meramente
intelectual-racional.
Personal
Branding, de valor
En la medida que el ser humano concreta su misión en la vida a través de la vocación que coloca al “otro” en el
centro y razón de su trabajo, comenzará a percibir un nivel de retribución y
estima por parte de sus “beneficiarios” directos y de la sociedad también.
Esto mismo es lo que han sabido “descubrir” y
“hacer” aquellas empresas que, por convicción, terminaron por colocar al
empleado en el centro de la organización. Si bien es una obviedad que una
empresa, actividad o profesión se debe a sus prójimos, la gran mayoría no se da
cuenta de ello porque son el fruto de una formación mercantilista que les ha
grabado a fuego, en sus neuronas, que el valor
está en la maximización del capital. Por tanto, consideran que es el empleado el
que deberá estar “al servicio” del logro de tan “preciado” objetivo.
Por supuesto que para nada estoy negando el
importante rol que tiene el capital dentro de la macro y micro economía, por
tratarse de un “insumo” especial y clave para el desarrollo del país. Pero otra
cosa muy distinta es pretender creer –y hacer “creer”– que el capital es lo que
importa y por ello “es un fin en sí mismo”, porque tal proposición, que sabemos
es un verdadero disparate, es consecuencia y reflejo de las mentes egoístas,
individualistas y “empobrecidas” que deambulan en la sociedad.
Si bien un “capitalista” exitoso puede ser
reconocido y hasta “adulado” por sus fans,
logrando con ello el sostenimiento de su Personal Branding, también es muy
cierto que lo será aquella persona que, desde el voluntariado responsablemente
asumido en una ONG, lleva a cabo una tarea social responsable y “comprometida”
en beneficio de sus prójimos y de la comunidad.
Entonces, la pregunta final sería:
¿Cuál de las dos personas llegará a ser “la” portadora
de “valor” de Tu Marca Personal?
José
Podestá